Tristeza de verano; JJ Maybank

Capítulo treinta y uno

Pequeños lagos. Inmensos ríos sin finales a la vista. Agua mas clara. Agua mas verdosa. Hierbas altas, pastizales. Enormes hectáreas de cultivo de girasol.

Durante un momento, todo era cuidad, ahora se volvió campo.

Vio hoteles, lugares de comidas rápidas, bancos, estaciones de gasolina. Vio. Pasado.

Ahora volvió a despistarse. Barry no recurrió a la radio de nuevo desde hace más de dos horas.

Completamente perdida ella se siente. No puede pedir auxilio ni escapar. Está en el medio de la nada.

Con la garganta algo seca y muchas ganas de ir al baño.

Siente los labios cubiertos por una fina capa de frío. Siente frío en las piernas. Siente los pies congelados y le duele el cuello de estar tanto tiempo en la misma posición, doblado y con la cabeza apoyada en el marco de la ventana.

Tiene las manos entre las piernas, pues son la única parte de su cuerpo a la que puede emanar calor.

La mirada. Su mirada también está despistada. Perdida, viendo algún punto ciego de la carretera.

Por la posición del sol y confiando de sus propios instintos, deduce que deben ser eso de las once del medio día.

Al parecer, aún falta mucho. Y cada minuto que pasa me alejo mas de ti.

Entregarse a lo que le está tocando es algo que ya conoce y muy bien. Al no haber vivido casi nada y pasarse el rato encerrada en su habitación, ese pensamiento siempre estuvo presente en ella. Pero de lo que no estaba advertida es a cuánto puede llegar un ser humano con su locura. Ese cariño que alguna vez vio en los ojos de su padre parece nunca haber existido, ahora que trata de rebobinar el tiempo y vivir aunque sea uno de esos escasos recuerdos.

Y también se enfada mentalmente. Porque está comenzando a molestarle el hecho de vivir a base de recuerdos. Ahora que conoció a JJ, se dio cuenta que añorar el pasado está bien hasta cierto punto. ¿De qué le sirve recordar al hombre que tiene a su lado si se transformó en otro totalmente distinto? De nada, solo lamentarse mas y sumirse en sus propias penas.

Cuando se refiere y quiere, "añorar el pasado" es, por ejemplo, los recuerdos aún vívidos que tiene de su madre. Imaginarla sonriendo por alguna torpeza que ella haya hecho, verla pintar, tararear mientras cocinaba. Esos, son momentos que desea añorar y conservar.

Respira profundo y deja ir con tranquilidad y sin intención de molestar a su padre, el aire recién inhalado.

Está bien, quizá todo tiempo por pasado fue mejor, solo algunos tiempos, solo su madre. Pero tiene la esperanza y es a ella misma a quién le reza, para que mañana sea aún mejor.

Algo blanco y con forma de cuadrado comienza a verse. A medida que el vehículo avanza, gracias a la velocidad puede darse cuenta que se trata de un cartel.

Si! Al fin!

Rápidamente la curiosidad se presenta y hace que Katniss se remueva en el asiento. La incertidumbre y ansiedad, luego de no ver nada durante un largo tramo.

Despega la cabeza del frío metal y tan solo cuando faltan unos metros para pasar el cartel, alcanza a leer.

Para nada.

Tuvo que jugar con la disimulación y controlar las ganas de lograr ver bien para no llamar la atención del señor Barry, pero fue para nada.

Este solo decía "405" en color negro.

Y, cuando pasaron una bifurcación de cuatro caminos diferentes, supo que quizá, ese cartel marcaba la altura a la que se encontraban estos puentes.