Capítulo nueve

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JJ.

Cuando regresamos a su cuarto, mientras ella cerraba la puerta, fijé mi vista en aquel cuadro que descansaba en el atril. Al parecer recién estaba empezando porque los trazos en lápiz aún se veían. Era una niña con un oso de peluche. Dibujaba realmente bien. ¿Habrá ido a una escuela especializada en arte? No creo Barry tenga el suficiente dinero como para permitirle eso a su hija. Quizá su madre se encargue de eso.

En mi mente se formaban miles de preguntas que quería hacerle y el hecho de saber prácticamente nada de ella me intriga aún peor.

Me volví y la vi, parada contra una de las puertas del ropero. Recién ahora, pude percatarme de que estaba descalza, sus piernas largas y finas... Bingo! Tenia razón, ese vestido no le llega a las rodillas. Ahora su pelo estaba a los costados, le llegaba por los hombros. Como siempre desde que la conocí, tiene la mirada clavada en el suelo. Ambas manos están detrás de su espalda y como sus talones están elevados, parece más alta de lo que realmente es. Su figura era esbelta, delicada y frágil... Sus labios, a pesar de tener la cabeza gacha, su labio inferior resalta. 

Demasiado lento veo como levanta la cabeza hasta que se detiene en mi. Ahora mismo me está mirando, de una manera insondable. Mierda. Una oleada de calor recorre mi cuerpo y el deseo me impacta como una bola de derribo. ¿Pero qué...?

- ¿Puedo preguntarte algo? - Habla, casi susurrando. Asiento - ¿Por qué le robaste ese dinero a mi padre?

Suspiro. Ella es la clase de persona que no me delataría... O eso creo. De todas formas, no se si la vuelva a ver después de que Kie venga a buscarme, sería en vano que se lo cuente a Barry, además, los chicos y yo buscamos algo que todo el mundo busca. No sería nada del otro mundo. 

- ¿Recuerdas lo que te dije el otro día que nos vimos? - Asiente - Bueno, eso era una razón por las cuales le robe. La verdad es que... ¿Conoces ese tesoro del Merchant? ¿Del que todos hablan, el que todos buscan? - Vuelve a asentir - Bueno... Mis amigos y yo lo encontramos. Cuatrocientos millones en oro. Solo pudimos sacar tres lingotes, los cuales los difundimos con calor y lo llevamos a una tienda en donde intercambiaban oro por dinero. La historia de porqué necesitábamos esa cantidad de plata no viene al caso pero, cuando estuvimos allí, una mujer nos mandó a que siguiéramos un camino, donde encontraríamos el dinero que nos debía por el oro pero ¿Quién era su jefe? Nada más ni nada menos que tu sagrado padre - Le respondí sarcástico - Es por eso que vine aquí ese día, quería recuperar lo que me pertenecía, lo que debíamos tomar sin consultar, cómo el hizo. 

Katniss no dijo nada, al parecer había soltado toda esa información de manera rápida o tal vez no creía que su padre podría llegar a ser más hijo de puta de lo que ya es.

Frunce el ceño y muerde su labio inferior. Mierda.

- En ese caso... Después de todo, creo que no te has equivocado en irrumpir aquí - Sonríe y veo como sus mejillas se encendieron. Está intentando bromear conmigo, joder, que adorable - ¿Por qué no han podido sacar todo el oro?

Sonrío. Una parte de mi está saltando de la emoción por el hecho de que Katniss ya no me teme, quiere entablar una conversación conmigo, quiere saber más. 

- ¿Puedo sentarme? - Le pregunto, apuntando la banqueta. Ella asiente y se pone de costado, solamente con la cabeza apoyada en el ropero y cruzada de brazos - No pudimos sacar todo el oro porque además de que una vieja ciega psicópata casi nos mata con una escopeta, el papá de la novia de JB, Ward, descubrió dónde estaba, sacándonos ventaja y llevándoselo el primero - Ella frunce el ceño de nuevo y habla.

- ¿Por eso tu amigo es buscado por todas las personas en esta isla?

Me río, bajando la cabeza pero rápidamente la levanto y respondo.

- Si. Algo así... Lo que pasó después fue qué, como Ward tenia el oro, solo faltaba irse de aquí para que nosotros no tengamos forma de sacárselo. Así que con la excusa de llevar a su hija a las Bahamas, depositó el oro en la parte trasera del avión. Una cosa llevo a la otra y el hermano de Sarah, Rafe, mató a la alguacil que estaba por llevarse preso a Ward y John B quedó en el medio. Lo que significa que culparon a él por la muerte de Peterkin. Por eso mismo, ahora mi amigo es un fugitivo - Dejé salir el aire que estaba conteniendo y reí. Todo esto es una puta locura.

- ¿Y crees que logrará escapar?

- Si, es John B. Nosotros tendremos que ayudarlo pero sé que todo saldrá como lo planeamos, al menos eso es lo que necesito creer ahora mismo.

Ella asiente y baja la mirada, jugueteando con un hilo suelto de su vestido. Parece insatisfecha y dudosa... ¿Querrá saber mas? 

- Puedes preguntar lo que quieras, no me molestará - Le aseguro. Ladea la cabeza pero después de mordisquear su uña, habla.

- ¿Qué pasará una vez que él escape? ¿Tratarás de conseguir el oro? - Y ahora su mirada era rigurosa, expectante a mi respuesta.

- Todos los policías nos conocen, hemos hecho cosas antes de esto así que quizá tengamos problemas con ellos. No creo salir limpio de esta como para poder conseguir lo que nos robaron - ¿Por qué carajos me acabo de sincerar con alguien que conozco hace dos minutos? No seas idiota, lo sabes muy bien.

Ella no dijo nada, no sonrió ni hizo ningún gesto. Sus ojos se centraron en la ventana, parecía pensativa, ensimismada. Y fue en ese momento que me volví a sentir cohibido. No comprendía porque, no estábamos haciendo nada y ni siquiera estaba enfocada en mi. ¿Por qué ya no me mira? Joder, parezco un puto pervertido de mierda y un niño de trece años con todos estos sentimientos hacia ella con a penas haber intercambiado unas palabras. 

No podía negar que la situación era rara y tenia ganas de que Kie llegue ya mismo, pues era evidente que la incomodo. ¿Soy yo o serán los hombres en general?

Y otra vez, mi amiga vuelve a salvarme. Dos bocinazos se escuchan y Katniss dirige su mirada hacia la sala de estar. 

- Debo irme, mi amiga me espera - Me levanto, encaminando hacia la puerta.

 Siento como ella me sigue y cuando estoy en la cerca de madera, me doy vuelta y ella estaba allí, parada en el medio de la entrada, tirando de manera evasiva aquel hilo.

- Bueno, fue un placer. Supongo que no nos veremos por un buen tiempo así qué, no dejes que ese imbécil te haga creer que eres inferior - Y pienso en depositar un beso en su mejilla pero me detengo frente a ella, eso confirmaría lo estúpido que me tiene - Puedes irme a visitar a la cárcel si quieres - Decido bromear, sonriendo y dándole la espalda, yendo hacia la camioneta.

- Adiós JJ - Escucho que dice cuando terminé de bajar los escalones. 

Me estaría mintiendo a mi mismo si no dijera que todo mi cuerpo se tensó al escucharla pronunciar mi nombre. Lo dijo de una forma tan grácil que las palabras se me atascan en la garganta, incapaz de contestar. Simplemente me volteo y asiento. Por el amor de dios...  

Me obsequia una sonrisa algo tensa y se adentra en su casa. Observo cómo se aleja su figura cubierta por el vestido, sus piernas largas y pálidas, sus brazos finos y el contorneo de sus caderas...

- Lo siento JJ pero debemos irnos - Interrumpe Kiara y lanzo un gemido para mis adentros. 

Cuando subí al asiento del acompañante, supe solo una cosa: estaba reluctante a marcharme de allí.

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Capítulo nueve aquí! Solo quería agradecerles a todas las personas que han votado y comentado esta historia. No pude contestar porque estaba corrigiendo esta parte y no me quería desconcentrar para así tienen lo más rápido posible este capítulo. 

Otra cosa que quería compartir con ustedes es, lo feliz que estoy. Entramos en el puesto 2 en OBX! Eso también es gracias a ustedes así que, gracias otra vez.

Nos vemos en el capitulo diez, saludos! 



Tristeza de verano; JJ MaybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora