Cap- 26 FINAL

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El alcohol bajaba por su garganta.

Sus ojos estaban ebrios debido a la adicción que había generado y su boca sedienta por más.

Ahí estaba la tailandesa en la cocina nuevamente, bebiendo sin cansancio, tal y como el día en que su pequeña Jendeukie la abandonó.

Aquel corazón de pierdra se desboronó haciéndose cenizas y sus maquinarias de hierro se oxidaron completamente, al punto de ser solo chatarra. Todo de ella se volvió tóxico.

Su cuerpo entró en estado de anorexía, no se bañaba, no comía, apenas si bebía agua; solo era un esqueleto nauseabundo en vida. Su mente se volvió totalmente nula, ya no tenía sentido su existencia.

Todo ella era un asco.

Un asco que ya no tenía utilidad.

No tenía utilidad para el Diablo, para nadie, para ella misma.

Era inservible.

Rápidos y animados toques se hicieron presente en el portón. Por un momento pensó que la coreana había regresado a sus brazos, por lo que corrió inestable hacía la salida de su vivienda, y otra desilución se llevó.

Era Rose.

La rubia de cabellera larga la miró con un mohín. Su vista se nubló, se cegó por el deseo sexual. Aceptó la propuesta hecha por Kim.

Otra vez le había fallado.

Con Rose aún frente de ella, la sujetó agresivamente de su brazo, obligándola a entrar a la recidencia, y próximo apegarla fuertemente a la pared, cerrando la puerta con su pierna, y empezar a besarla de manera apasionada.

Era un beso lleno de lujuría. No era ningún misterio para nadie que la rubia sentía algo por Manoban, que no solo se conformaba en atracción. Las manos de Lalisa bajaron hasta el trasero de la australina, mientras que las manos de su contraria tomaron posición en su nuca.

Al cabo de unos minutos Chae-young ya se hallaba abierta de piernas sobre la cama de Manoban, entanto la misma sentía el placer de tener la boca de la chica del flequillo succionando y su lengua penetrando su clítoris. Un climax tras otro y consigo gemidos.

Era un sexo excitante y delicioso para ambas.

- ¿Te gusta Park? (preguntó Lisa durante mordía las paredes de la feminidad de la otra chica) Te hice una pregunta y tu como buena perra sumisa que eres tienes que obedecer (dijo conjunto al depositar un incitante y doloroso golpe en el genital de la dominada, para luego jugar con su lengua en la parte afectada).

- S..si Manoban...ah...me encanta (respondió posicionado sus manos sobre su cabeza, obligándola a penetrarla más, viendo como Lisa sonreía de manera maliciosa).

Se escuchó un ruido proviniente de la planta baja, y como respuesta la dueña del lugar se levantó recobrando una posición adecuada y se dirigió a las escaleras.

Bajó cuidadosamente cada escalón. Los pelos de sus brazos y piernas se pusieron a flor de piel y su corazón se aceleró.

Allí estaba ella, su pequeña, su gatita, en su casa, había vuelto.

Una bofetada recibió al intentar acercarse a ella y su cuerpo desnudo cayó al suelo.

- Al final ganaste Manoban (dijo con un semblante totalmente serio al lado de un búcaro repartido en pedazos, el cual se había roto al tratar de escapar) lograste lo que querías...te revolcaste conmigo diciéndome que me amabas...ilusionándome, engañándo...haciendome sentir amada...cumpliste lo que deseaste desde un principio..y venciste...venciste porque me enamoré de ti y si dañarme era lo que querías...pues dejame felicitarle querida Lis (habló recalcando la última palabra entre tanto aplaudía de modo mazoquista) por primera vez demostraste lo que verdaderamente eres, un escombro de mierda.

Se marchó.

Se marchó sin mirar atrás, dejando en el olvido todo lo que una vez sintió por la tailandesa, todo lo que le hacía daño, todo lo que tenía que ver con la Jennie buena e inocente. Ahora sería una nueva persona, una egoísta y sin necesidad de amar.

Salió a paso rápido de la casa siendo perseguida por su exnovia, quien le gritaba que la perdonara, pero Kim no cedería, no volvería a caer en su antigua telaraña y en su trabalengua hostil de amor.

Jennie se adentró en el auto prestado por Jisoo, y lo puso en marcha y aceleró a gran velocidad.

.....

Todo había sucedido demasiado rápido y ahora Lalisa estaba en cama de un hospital después de haber sido víctima de un atropello, sin alguna señal de que volvería a despertar o sencillamete volver a lo que se diría una segunda vida.

Jennie la atropelló, dejándola en un estado de coma, dejándola entre la vida y la muerte.

Pasaron meses desde lo sucedido y la castaña aún no se movía del hospital, ya que a pesar de todo el sufrimiento que le hizo aún la amaba, aún seguia siendo su Lis.

Una voz femenina se hizo presente en el pasillo de paredes blancas. Era una enfermera de estatura alta, de cabello rojo y ojos grandes. Su respiración se agitó por la sonrisa teñida en su rostro y sus palabras pronunciadas por la misma dieron un vuelco a su alma.

- Ella despertó señorita Kim, Lalisa Manoban despertó.

Entró de manera apresurada a la habitación, encontrándose a una Manoban completamente distinta a la de la última vez. Miraba al techo con sus manos entrelazadas sobre su abdomen, con el rostro pálido, sus huesos marcados y con lágrimas bajando por sus mofletes.

Por primera vez la vio llorar.

Una mano hizo presencia en su hombro, era el docotor que la atendía. Ella lo miró confundida esperando alguna razón de haber encontrado a su ex en ese estado. Este la miró negando constantemente y con la mirada cubierta de tristeza.

- Lo lamento mucho (susurró para luego marcharase, cerrando la puerta para mayor privacidad).

La castaña de orbes chocolates se acercó de forma lenta e insegura a la cama donde estaba la de mayor estatura. Tomó su mano, entralazándolas sin dejar de mirarla.

- Lis yo...(fue interrumpida).

- Jennie lárgate de mi vista (apartó su mano pero la coreana no se movió) que no escuchas que te largues....quiero que te alejes de mi...que desaparezcas...no quiero estar a tu lado, me haces daño...por tu culpa estoy aquí, por tu culpa estoy paraplejica, por tu culpa me he vuelto una puta persona sin rumbo, que ahora tiene que andar en silla de ruedas porque sus piernas no funcionan...entiende que me has destrozado la vida....por favor Jennie entiende que te odio.

Un puertazo resonó. Otra vez la alejó de su vida. Alejó a la persona que ama, a su ángel, a su linda Nini, su razón de ser. Todo era su culpa, y se merecía todo su desprecio, todo su rencor.

Las lágrimas no dejaban de caer y sus anhelos de morir no se desvanecían de su mente. ¿Para qué vivir sino te tengo? ¿Para qué vivir cuando se que eres el más hermoso regalo que me dio la vida y lo dejé ir? ¿Para qué vivir sino puedo probar tu labios, sino puedo amarte como es debido?.

Te dejaré ir.

Te dejaré ir porque ya cumplí mi propósito, porque te amo. Curé tus alas, las vendé y las cuidé, sané tus heridas y te enseñé a creer en ti. Te enseñé amarte, a verte como yo te veo, como un hermoso ángel.

Es hora de que te deje ir, es hora de que despliegues tus alas y vueles. Es hora de que me dejes atrás, en tu pasado, porque eso es lo que soy un pasado que debes odiar, un demonio.

Tu eres mi angél, pero yo no soy tu demonio, solo un triste recuerdo, solo un paso más que debes dar y seguir adelante. Tu eres mi más grande victoria.

Prométeme que vas a vivir.

Prométeme que vas a soñar.

Prométeme que vas a volver a amar.

Prométeme que me odiaras.

Prométemelo Jennie.

Prométemelo.


FIN♡




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