Jennie es una chica homofóbica y una badgril. Es adicta a fumar, y se mete en peleas callejeras.
Lisa en cambio es una chica timida sin seguridad en si misma. Tiene una enorme sensibilidad y carisma.
Esas cualidades hacen que Jennie sea vulnerable...
Llena de anciedad por verla otra vez, pero una vez más se negaba a aceptarlo.
Se inclinaba hacia delante y hacia tras, con sus manos entrelazadas en su espalda baja entanto apretaba sus labios uno contra otro.
Se escuchaban pasos que se a acercaban a la puerta principal de la casa, conjuntamente a una estruendosa música. Aquellos pasos hicieron eco en sus oídos a pesar de estar al otro lado de la pared.
La puerta se abrió dejando ver a un hombre de cabello negro con canas, despeindo, una arruga en el pómulo derecho y labios partidos. Se veía soñoliento y andaba vestido con solo un pantalón ancho blanco con tonalidas de sangre en su muslo derecho, y dejaba ver su barriga al aire con bellos alrededor del hombligo.
- ¿Qué quieres niña? (dijo con el ceño fruncido durante un nuevo olor a alcohol viajaba de la nariz de Lisa hacia sus plumones).
- Busco a Jennie Kim.
- Ahhh esa malcriada (bufó), e...ella es..tá ahí (comunicó señalando el cobertizo debajo de la escalera entre hipo entretanto tomaba otro trago de su botella de wiskey).
Lalisa pasó temblorosa a su lado y próximo dirigirse a donde antes señalado por el hombre.
Cerca de la puerta de blanco color, dañada y vieja colocó su oreja sobre esta al escuchar sollozos de trás de la misma, entanto agarraba el picaporte, y una voz temblorosa y quebrada la llamó. Los pelos de sus brazos se erizaron al instante y su corazón revoloteó como el primer día que la vió en la calle.
- Por favor Lis salvame.
Dicho eso, hizo más fuerza en su agarre, aventándoce fuertemente contra la puerta, haciendo que se abriera, provoncando que la tailandesa cayera en el interior del cobertizo.
Sus pupilas se dilataron y sus manos se entumecieron, no podía creer la imagen que veía, su pequeña Nini cubierta de sangre, con moretones púrpuras con tonalidas de verde y chupones pordoquier, su maquillaje azul oscuro deslizándose por sus mejillas debido a las lágrimas, tenía cortadas y labio inferior partido, toda sucia y despeninada, tal y como una vagabunda.
Pero ese no era el caso, Lisa estaba desvastada por la silueta de la chica de menor estatura, su linda Jen Jen. Estaba sentada en el suelo, sin ningún tipo de calzado, en ropa interior negra de la marca Victoria's Secret, con su braga cubierta de sangre y con sus manos en su espalda atadas a unas cadenas de cobre.
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Se acercó a la castaña rápidamente sujetándola de las mejillas deslizándo sus dedos pulgares sobre estas exparciendo todo rastro de maquillaje. Sus ojos tailandeses se hinundaron en lágrimas.
Sus manos recorrienron sus brazos y abdomen posando leves caricias. Kim le regaló una sonrisa finjida tratando tranquilizar a Manoban, pero esta solo la abrazó, penetrando sus dedos en su cabellos acompañado de gotas ácidas provinientes de sus ojos, que caían en la espalda lastimada de Jennie.
Se separó de ella dándole un beso en la frente y en la comisura de sus labios.
- Resiste pequeña (habló vizualizando un hacha y una manta blanca con lóneas doradas).
Agarró el hacha con ambas manos y rompió la cadena, y próximamente envolverla en la manta y cargarla estilo princesa, para después dirigirse a la salida.
Salieron de la mansión Kim con gran apuro, y todo gracias a que el padre de la joven de ojos chocolatados se había adentrado a la cocina en busca de más bebida alcohólica.
En camino a las rejas que daban paso a la mansión encontraron al chofer y amigo de Jen, quien las hizo montarse en la caminoneta e irse a otro lugar.
Otro lugar al que no le volvieran hacer daño a su bonita Jendeukie.
