Luna de colores: Familia

Secuestro

Inmediatamente después de la batalla de Hogwarts comenzaron las capturas de todos los seguidores de Lord Voldemort, ya había pasado casi un año y medio, y seguían con una lista de búsqueda y captura más larga que la que les gustaría aceptar. La mayoría de los que eran capturados era mortífagos de rangos bajos, uno que otro de un rango medio, pero las cabezas seguían escondidas por ahí. El ministerio apenas regresaba a ser lo que solía, luego de sufrir tantos cambios, regresaba a sus tiempos de gloria.
Kingsley le había ofrecido un gran puesto a Tonks, pero ella lo rechazó.
-Señor ministro, no me lo tomé a mal, pero a mí me encanta estar en la acción y se que si me hago cargo de cualquier departamento, pasaré más tiempo sentada detrás de un escritorio que en la calle.
-Tonks, confío en que sabrás manejar las dos partes de manera correcta. Piénsalo un poco y en una semana me avisas de tu decisión.
-Le prometo que me lo pensaré.

Por otro lado a Remus en la escuela le iba de maravilla, lo habían nombrado jefe de la casa de Gryffindor, cosa que lo llenaba de orgullo, un licántropo obteniendo premios y haciéndose cargo de cosas tan importantes, lo ponía feliz aunque todavía existía el disgusto de algunos padres de familia, en especial de los alumnos de Slytherin. Por lo que cada mes, una semana antes de cada transformación, la directora tenía que supervisar personalmente que Remus se tomará la poción.

-Directora, ¿puedo pasar? -Remus llevaba un pequeño frasco transparente con un líquido azul contenido en el.
-Remus, no tienes que hacerlo, sabes que confío en ti.
-Mucho hace proporcionandome la poción y tolerando todas las cartas de los padres.
-Te sorprenderá saber que con forme el curso avanza recibo cada vez menos. Eso habla del brillante maestro que eres.

Remus se tomó la poción tratando de contener una mueca de desagrado.

-Siempre he tenido la inquietud de a qué sabrá.
-Imagine la gragea de cerilla, polvo y vómito, juntas, líquidas.

Mcgonagall hizo un gesto de asco.

-Exactamente -dijo Remus.
-Antes de que regreses a tu salón, ¿cómo siguen las cosas en el ministerio? La última vez que fui a tu casa Tonks mencionó que las cosas no van como deberían.
-Los mortífagos de altos rangos siguen sacrificando a sus seguidores por lo que los más peligrosos todavía siguen sueltos, y a Tonks le han ofrecido que se encargue del mandato de seguridad mágica, pero sigue meditandolo.
-Remus, si ella llega a aceptar el puesto, tendrán que tener en cuenta que su seguridad tendrá que ser mayor. Lo mejor sería que cambien la casa del vecindario muggle y busquen alguna otra propiedad.

Remus asintió y se disculpó, se le hacía tarde para una clase. Ese día como todos los otros Remus salió caminando del colegio,una vez en los límites se permitió aparecerse cerca de su casa para no levantar sospechas, sentía que alguien lo venía siguiendo, en esos días del mes sus instintos jamás se equivocaban. Vio la hora en su reloj, Tonks ya debiera estar en casa, pero ir hacía allá sería poner en riesgo a ella, a Andrómeda y a Teddy. Así que prefirió caminar a un callejón.

-¿Se te perdió algo Lupin?- la voz sonaba familiar, pero Remus no recordaba de dónde- Apuesto a qué no me recuerdas, soy Sebastián.
Ahí recordó, Sebastián era el segundo al mando en la manada de lobos cuando acepto la misión de ir con ellos, tuvo el desagrado de conocerlo, era sanguinario, lleno de cicatrices y un olor a sangre que podía detectar a metros.
-¿En qué te puedo ayudar, Sebastián?
Remus notaba como 10 sujetos más entraban al callejón y lo rodeaban, sería inútil poner resistencia.

Ya habían pasado cuatro horas desde que Tonks llego a su casa, Remus no aparecía así que decidió hablar con el retrato de Sirius que tenían en casa y a su vez en el muro dedicado a la batalla de Hogwarts en el colegio.
-Sirius, ¿Remus sigue en la escuela?
-No, se fue desde que acabaron las clases.
-Gracias, tío.

Andrómeda cargaba a Teddy viendo como su hija pasaba por la casa mirando el reloj.
-A lo mejor pasó a ver a Harry, ¿no te mencionó algo?
-No mamá, Remus nuca sale sin avisar, voy a salir un momento, a lo mejor y ya viene.

A pesar de que la noche ya había caído, las pequeñas calles se veían transitadas y con vida. Tonks con la mirada buscaba cualquier rastro cuando de pronto vio una cara conocida, a unos cuantos metros de ella Sebastián estaba de pie sosteniendo el maletín de Remus. Tonks salio corriendo en dirección de aquel hombre, que la dirigía al mismo callejón que a Remus.

-¿Dónde está Remus? -Suelta la varita o no lo vuelves a ver. -¿DÓNDE ESTA REMUS? -Tonks era una auror lo bastante entrenada como para soltar su varita en una situación así, Tonks miraba fijamente a Sebastián cuando noto que uno de los sujetos a los que le estaba dando la espalda saco su varita dispuesto a atacar. Tonks se dio la media vuelta cuando Sebastián la aturdió dejándola inconsciente.

-Sí, con el ministro. De parte de Andromeda Tonks.

-Andromeda, buenas noches -dijo Kingsley tranquilamente. Andromeda le explicó todo lo que había pasado, y el ministro le explicó que ultimamente Tonks estaba cerca de encontrar a uno de los hombreslobos más importante.
-No te preocupes Andromeda, mandaré a unos aurores a tu casa y yo mismo iré al unico lugar donde es posible que ellos estén. Te mantendre informada.

Remus apenas recuperaba, estaba completamente atado y sus ojos se acostumbraban a la poca luz del lugar. El olor y las marcas por todos lados le facilitaron saber donde estaba. Volteo a los lados para confirmar y vio a Tonks, todavía desmallada, trato de romper las sogas que ataban sus extremidades sin exito.

-No te esfuerces, son especiales. No te dejan ir

-Por tu bien espero que mi esposa se encuentre bien o si no lo pagaras con tu vida.

-Tranquilo solo esta inconsciente, la necesitamos despierta para que vea todo lo que te haremos, cuando te hayamos matado, seguira ella. Sera suficiente mensaje para el ministro y asi dejara de perseguirnos.
-Eres un inútil, siempre lo supe, no merecías estar a cargo. Solo a ti se te ocurriría traernos aquí -Remus estaba enojado y la irá que tenía se dejaba notar -, espero que de verdad estás cuerdas sean lo suficientemente fuertes porque si no yo mismo te mataré.
-Ellos están aquí, ellos nos encontraron- decía uno de ellos mientras corría a toda prisa -son demasiados.

Las luces que salían de los hechizos eran suficientes para iluminar la cueva, no podían escapar, los autores habían llegado. Trataron de escapar por uno de los túneles pero un grupo de aurores fue tras ellos, cuando Kingsley en persona apareció.
-Ministro.
-Por favor, Remus, dime Kingsley.
-Desatala a ella primero.
Kingsley obedeció, y susurro un hechizo que hizo que Tonks despertara.
-¿Ministro? ¿Do-Dónde estamos?
-Gracias a Merlin estás bien -decia Remus que seguía atado.
Kingsley fue a ayudarle mientras Tonks recuperaba del todo sus sentidos.

Remus se puso de pie con ayuda del ministro mismo y fue a ver que Tonks estuviera bien. Fueron llevados a San Mungo para revisar que estuvieran bien y después escoltados a su casa donde los esperaban los Weasley, Teddy, Andrómeda, Mcgonagall, Harry, Hermione y hasta Hagrid para verificar que estuvieran bien.

(Para: LunaticaLupinTonks)