Capítulo 11

65 11 2
                                    

Estaba anonada, en definitiva no me esperaba para nada la confesión deEmmanuel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba anonada, en definitiva no me esperaba para nada la confesión de
Emmanuel. No podía negar que me emocionaba que el sentimiento fuera mutuo, pero también me causaba un poco de miedo el hecho de que las cosas me estuvieran saliendo tan bien.

—Vale, y aquí es donde nos besamos y somos felices por siempre— Bromeo y Emmanuel me da una sonrisa ladeada. ¿Por qué se tenía que ver tan bien así?

—Eso sería muy cliché y creí saber que a ti no te gusta lo cliché—menciona serio aunque con cierta gracia en su voz y se cruza de brazos.

—Bueno, la vida es un cliché— Me encojo de hombros y Emmanuel da un paso hacia mí, el hecho de que fuera más alto que yo hacía que tuviera que levantar mi cara para poder ver la suya. No negaba que su cercanía me causaba escalofríos,
pero a la vez me gustaba. Era algo así como tomar una rosa porque te gusta, aún sabiendo que trae espinas.

—Entonces hagamos de este momento un cliché Calwell— Se acerca más a mí de tal manera que puedo sentir su respiración entrecortada al igual que la mía.

Él me miraba ansioso, su mirada penetrante me pedía a gritos que diera el siguiente paso, después de todo solo debía acercarme unos centímetros más y nuestros labios chocarían, era tan simple como una suma. Sin embargo no lo hice, en lugar de eso me aleje a una distancia prudente.

—Nos vemos mañana Emmanuel— susurré y entré a mi casa mordiendo mi labio inferior con nerviosismo.

Estaba segura de que Emmanuel se quedaría unos segundos afuera asimilando lo que acababa de ocurrir, lo que me daba tiempo de subir a mi cuarto y hacer lo mismo que él haría.

Cuando llego a mi cuarto suelto el aire que al parecer estaba conteniendo, sin duda alguna esta había sido una de las situaciones mas incomodas que haya vivido. Me sentía un poco mal por no haber besado a Emmanuel, pero debía ser sincera conmigo misma, aún no era el momento.

Me acerco a mi cama y tomo asiento en la esquina de esta, intentando ordenar mis ideas aunque siendo franca eso nunca me salía bien y terminaba pensando más de lo que debía. Quería gritar de emoción, esto de que la persona que te gusta se te declare no es algo que suceda todo los días, pero, si lo hacía Emmanuel se daría cuenta de lo que acababa de causar en mi y primero muerta antes de que Emmanuel me escuchara gritar como niña puberta. Me quedo unos minutos más pensando hasta que recuerdo que debía hacer algo y por ende tendría que ver de nuevo a Emmanuel esta noche. Soy un fracaso para huir de algo, no podría actuar en una película de persecuciones ni como extra.

Bien Eileen, piensa en algo para poder hablar con tus padres sin tener que ver o dirigirle la palabra a Emmanuel, imposible. Tenía que perder mi dignidad.

Bajo a paso apresurado las escaleras y logro ver a mi papá hablando con
Emmanuel cómodamente en la sala, cuando noto que Emmanuel dirige su mirada hacia mi, corro rápidamente al cuarto de mis padres para buscar a mi mamá.

NO SEAS OTRO ERROR [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora