Siempre me decía a mi misma “Eileen no te metas en problemas”, pero creo que ya era un poco tarde para si quiera intentar hacerlo o al menos pensarlo. Ya era seguro que si antes estaba en la cuerda floja con Jasmine, ahora había caído al vacío y dudo poder salir de este en mucho tiempo. Una cosa más para confirmar que mi relación con Jasmine estaba realmente jodida.
—Eileen Calwell Shiefeld, no olvides que hoy inicia tu tratamiento, te quiero en el hospital una vez acaben las clases. De igual manera en el transcurso de la semana se le informará a la escuela sobre tu caso para así tener los cuidados pertinentes —informa mi mamá sentándose junto a mi en el comedor y apoyando su barbilla en una de sus manos.
Había pasado solo una noche desde lo sucedido con Jasmine y la tensión se sentía en el aire, justamente las dos fuimos reprendidas y castigadas por la fuerte discusión, así que por mi parte no saldría mas que a la escuela y al hospital para recibir mi tratamiento, todo esto durante un mes. En el caso de Jasmine era casi igual, solo que sin ir al hospital.
—Claro mamá, anoche entendí perfectamente el castigo. No tienes por qué repetirlo —contesto y me levanto de la silla en busca de mi mochila, cuando la encuentro me la cuelgo en los hombros y me hago junto a la puerta para salir de la casa.
—Esta advertida señorita. —Me apunta con su dedo índice y frunce el ceño, asiento con la cabeza para luego dedicarle una sonrisa inocente.
—Hasta luego mamá. —Me despido y salgo de la casa sosteniendo las correas de mi mochila con ambas manos.
Agradecía el hecho de que Jasmine hubiera tenido que salir mas temprano que yo debido a que desayunaría con su tía, esto me daba un respiro. Dudo que alguna de las dos hubiera tolerado ver el rostro de la otra.
Una vez llego a la escuela me encuentro a Aiala conversando animadamente por teléfono, si no supiera quién estaba detrás de esa llamada la hubiera cuestionado, sin embargo sabía perfectamente era la “chica roba suspiros”, apodo puesto por Alessandro.
—Hola, tierra llamando a Aiala. —Chasqueo mis dedos frente a su cara para llamar su atención, esta me indica que espere unos segundos y se aleja a unos pasos de mí.
Me quedo viendo a ningún punto en específico cuando de repente siento una punzada en mi cabeza. Rápidamente saco un sobre de pastillas que había guardado en mi mochila e ingiero una quitándole la botella de agua que Aiala traía en el costado de su mochila. Debía acostumbrarme a repetir este proceso y no solo con estas pastillas, ya estaba cansada y eso que apenas comenzaba todo esto.
—Algún día nos dirás quién es la chica roba suspiros ¿verdad? —cuestiona Alessandro sacándome de mis pensamientos, estaba tan sumida en ellos y en la medicina que no noté cuándo llegó.
—Muy bien dicho moreno, algún día —responde la heterocroma y guarda su teléfono en la pretina de su pantalón.
Segundos después pasa por nuestro lado la pelinegra de nombre Jasmine, su mirada se centra en mí y luego se dirige a otra dirección como si yo no fuera la gran cosa. Bien hecho Jasmine, por fin están quedando claro algunas cosas.
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NO SEAS OTRO ERROR [EN EDICIÓN]
Teen FictionEileen Calwell había dedicado gran parte de su vida a ser una chica aplicada, incluso aprendió a vivir en la monotonía para no arruinar todo aquello que se había empeñado en construir durante años. Pero, todo esto cambia cuando una enfermedad se atr...