Hace varios días había tomado la decisión de dejar de esperar y simplemente continuar. Aun no recibía noticias de Emmanuel y a ser sincera ya no me interesaba recibirlas, en las semanas que transcurrieron tuve que entenderlo a las malas.
Sí, había entendido que era estúpido esperar algo que simplemente no iba a suceder, me la pasaba con la tonta fantasía de "si me quiere llamará" y repetí tantas veces esa frase en mi cabeza procurando que la esperanza se mantuviera viva, pero no fue así. Esperé pacientemente, pero así como todo tiene su límite, yo llegué al mío.
—Queridos estudiantes, me temo informarles que la feria de literatura, arte y fotografía será pospuesta hasta nuevo aviso, esto debido a diferentes asuntos externos de la escuela. Esperamos que puedan entender y que dada la fecha presenten sus mejores trabajos —informa el maestro Russel para acto seguido continuar con su clase.
Había tomado la decisión de asistir a la escuela para así ignorar un poco los efectos del linfoma, aunque para mi desgracia, el que yo la ignoraba no implicaba que los demás se hicieran de la vista gorda. Era inevitable no notar los efectos secundarios de la quimioterapia, como lo agotada que lucía y sobre todo, era imposible no notar mi hermosa cara de trasero que se mantenía así durante la mayor parte día.
Aiala me reprendía constantemente, diciéndome que con ignorar la enfermedad no haría que esta desapareciera y mucho menos cambiaria mi desagradable situación, sin embargo yo me defendía diciéndole que era mi única alternativa para no sentirme tan miserable mentalmente. Ya bastante tenía con el agotamiento físico.
—Alguien tendrá que suspender su sesión fotográfica —menciona Aiala sacándome de mis pensamientos.
Me giré para verla y la encontré haciendo una carta para su amor secreto, quien al parecer ya no era tan secreto porque aunque lo intentó, no pudo evitar que viera el encabezado de la página, en donde claramente se veía el nombre "Fanyany"
—Así que... Fanyany... —Bromeé y le codeé el brazo para hacerla molestar.
—Que te den. —Rodó los ojos y continuó escribiendo la carta.
—La verdad es que sí creo que suspenderé la sesión, no me siento muy bien. —Cambié el tema de conversación, evitando así que la heterocroma se molestara por mi imprudencia.
Eso no quiere decir que era una excusa, porque la verdad si me sentía muy mal y a ser sincera cada día me sentía peor, me costaba levantarme de la cama y en ocasiones mi cuerpo dolía bastante, ya fuera por la enfermedad o bien por el tratamiento.
— ¿Quieres que llame a tu mamá? Sabes que tienes autorización para salir si estás tan mal —su voz se torna preocupada y su mirada se posa en mí. Exactamente esto era lo que más me molestaba de tener que enfrentar la enfermedad.
—No te molestes Aiala, solo faltan un par de horas para acabar la jornada escolar. Además hoy tengo tratamiento así que por ley tengo que ir al hospital hoy —Le dedico una sonrisa un tanto tranquilizante y desvío mi mirada hacia el frente del salón, debía enfocarme en otras cosas si quería que el malestar pasara.
ESTÁS LEYENDO
NO SEAS OTRO ERROR [EN EDICIÓN]
Teen FictionEileen Calwell había dedicado gran parte de su vida a ser una chica aplicada, incluso aprendió a vivir en la monotonía para no arruinar todo aquello que se había empeñado en construir durante años. Pero, todo esto cambia cuando una enfermedad se atr...