Capítulo 10

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Caída la noche, Sylene llegaba a casa bastante cansada. La carga emocional ese día había sido abismal. Se quitó el suéter y dejó su bolso sobre el sofá, para luego lanzarse ella. Cerró los ojos un par de segundos hasta que escuchó a Jor acercarse.

—¿En dónde estabas? -Preguntó él muy serio-

—La misma pregunta tenía yo para ti. -Se levantó- Estuve toda la tarde con Luna luego de lo que pasó. Alexander me dijo que tu estabas ahí, pero te fuiste, y ni tuviste la decencia de responderme las llamadas.

—Lo lamento, no quería hablar con nadie. -Encogió los hombros- Me fui de ahí detrás de Agnes, quería saber como estaban ella con todo esto. -Sylene volteó los ojos-

—No puedo creerlo, recién te enteras de lo que hizo y tu te vas detrás de ella solo para saber como estaba. Es irreal.

—Ya yo lo sabía. -Respondió con naturalidad-

—¿Qué cosa? ¿Qué sabías?

—Lo que había hecho Agnes, ya yo lo sabía. -La cara de Sylene fue más que de impacto, de desconcierto-

—¿Qué estás diciendo? ¿Cómo que lo sabías?

—Agnes me lo contó y…

—¿Lo sabías y preferiste quedarte en silencio? ¿Qué pasa contigo?

—Ella me pidió que no le dijera a nadie. Y como no me afecta directamente, no le dije a nadie.

—Te escucho y me repugna ¿Acaso Agnes es algo tuyo? Preferirse ocultar algo que influía a tu propia sangre, solo para proteger a alguien que no tiene nada que ver contigo ¿Qué te pasa?

—¡Ah bueno! ¿Y cuál es el problema? ¿Acaso esto te afecta a ti? ¿Ella te hizo algo a ti? No, no te hizo nada, no te afecta Sylene. Deja de sufrir por los demás. -Le hablaba en un tono alto- Ese es tu problema, te tomas las cosas demasiada a pecho.

—¿Demasiado? Intentó matar a nuestra hermana. -Le respondió igual de alto-

—Pero no lo hizo. -Encogió los hombros- Así que deja de sufrir, yo solo le estoy dando mi apoyo a alguien que me necesita.

—¡Sorpresa! Tu hermana de sangre te necesita ¡Estúpido!

—Ella te tiene a ti. -Volvió a gritar, dejando a Sylene en desconcierto- Tiene tu ayuda, tu apoyo.

—Al parecer ya escogiste un bando dentro de este conflicto. -Jor empezó a reír-

—¿Bando? ¿Estás hablando de bandos? Sylene aquí no hay bandos, estamos todos dentro del mismo problema. Todos. Porque al parecer a todos se les olvido que tenemos un problema mayor, el saber cómo llegamos hasta acá y porqué.  No estar preocupándonos por recuerdos que no son del todo nuestros. Pero tú hablas de bandos, está bien, elijo un bando, me quedo con Agnes porque ella sí me necesita. -Sylene negaba- Vete con Luna, vete con tu hermanita. Vete con Alexander, a ver si de una maldita vez te termina de hacer caso. -Estas palabras molestaron muchísimo a la chica, fueron como si encendieran un cerillo en un cuarto lleno de dinamita. Extendió la mano lanzando una onda expansiva que voló a su hermano contra la pared. Sin darle oportunidad de levantarse fue hacia el e intentó golpearle, pero Jor le detuvo el golpe en el aire- ¿Qué? ¿Te duele? ¿Te duele que te digan la verdad en la cara? ¿Te molesta que te digan que…? -Sylene no le dejó siquiera terminar la frase cuando ya le había propinado un puñetazo entre la nariz y la boca. Jor por el impacto, empujó fuertemente a Sylene. Ella sintió como de pronto un calor fue recorriendo todo su cuerpo, pero rápidamente se calmó apenas sus ojos cambiaron de color. -

—Eres un maldito imbécil.

—Eso viene en los genes. -Se tocó al sentir que empezaba a sangrar. Y con la misma mano llena de sangre, le mando un beso a su hermana. Ella solo tomó sus cosas y se fue furiosa a su habitación. Este conflicto amenazaba con afectar a todos-


Encerrada en su habitación, Luna había parado de llorar, pero sentía un vacío enorme dentro de sí. Sentía su corazón roto por tantas razones. No era solo el hecho de haber perdido a sus amigos, haber perdido al que veía como el amor de su vida. No solo era el hecho de que su hermana la odiaba y quería verle muerta, también era la posición que había tomado su padre dentro de aquel conflicto, eso era doloroso. Abrazaba un peluche mientras veía un punto muerto en la pared, intentaba poner la mente en blanco, pero no podía. De pronto el sonido de alguien tocando su puerta, le llamó la atención.

—Déjame en paz Alexander, quiero estar sola.

—No es Alexander.

—¡Ethan! -Se levantó con rapidez para abrir la puerta. Al verle le abrazó- ¿Estás bien? Alexander me dijo que estabas con Agnes.

—Sí, fui con ella para intentar entender un poco más toda esta historia. -Terminó de entrar a la habitación- Es muy confuso para mí todavía, apenas tengo fragmentos de ese día. Pero son imágenes bastante duras. -Luna bufó y tomó la mano de Ethan para hacerle ver todo lo que había pasado-

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