LOS SOSPECHOSOS PARTE 1

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CAPÍTULO 10

Enfermera: —Señor, ¿a qué hora venían a buscarle? Necesitamos la cama libre.

Will: —No me dijo exactamente a qué hora vendría, pero si me deja el teléfono, la llamaré ahora mismo. O también puede llamarla usted —le dije a la doctora Semia, ya que vi su nombre en la bata.

Doctora Semia: —No hace falta que me diga más. Ahora reviso el expediente de tu hermana, que lo dejó cuando llegó al hospital, y la llamaré. Pero primero quiero que vayas al servicio, te pongas esta ropa y dejes todo limpio.

Will: Aluciné con la confianza que tenía la doctora al hablarme, pero me dije a mí mismo que sería normal, ya que trata con muchas personas. Tomé la ropa y me fui rápidamente a cambiarme. En el servicio, mientras me cambiaba, me di cuenta de que no llevaba puesto el calzoncillo. No tengo ni idea de desde cuándo. Bueno, no le di más vueltas y me vestí con lo que tenía.

Will: Cuando salí del servicio, la doctora se presentó con mis pertenencias, que incluían dos zapatillas Nike azules que me faltaban. Después me dijo que mi hermana me estaba esperando en la sala de espera.

Will: En cuanto me lo dijo, me calcé enseguida y fui a ver a mi querida hermana. Apenas la vi, le di un gran abrazo.

Miranda: —¡Will, me estás espachurrando!

Will: Empecé a reírme, y contagié la risa tanto a la doctora como a Miranda. —Bueno, dejemos de reírnos y vámonos de aquí —le dije a Miranda.

Miranda: —De acuerdo, pero antes tenemos que firmar unos papeles.

Will: —Vale —le contesté sin poner ninguna pega.

Will: Cuando terminamos, nos despedimos de la doctora. Ya en el aparcamiento, mi hermana subió al coche y lo puso en marcha sin decir nada, así que decidí abrir la conversación.

Will: —Miranda, ¿recuerdas que a la hora de comer te conté que vi a una chica? Pues bien, ella me dijo que me necesitaba.

Miranda: —Espera, hermanito, ¿vamos a abrir el cajón del amor? Sé que ha sonado cursi, ¿pero vamos a hacerlo?

Will: —Claro que no. Pero si tú quieres hacerlo, por mí está bien. ¿Tienes algún noviete, hermanita?

Miranda: —Pues, Will, creo que no estoy teniendo suerte en el amor. Los chicos siempre me decepcionan. Además, creo que el amor verdadero no existe. No digo que el amor no exista, porque claro que existe, pero no ese amor de película, donde dos personas se encuentran en una gasolinera o algo parecido, se chocan, tiran un helado, y luego se enamoran para siempre. Todo eso está controlado. Creo que solo existen amores de polos opuestos, donde si ambos tienen defectos, se entenderán más fácilmente. Esto es la vida real, y en la vida real todos tenemos nuestros propios defectos.

Will: —Miranda, yo sí que voy a sonar cursi, porque eso es lo que me gusta a mí. Te lo voy a explicar para que lo entiendas. Yo no sé la definición exacta de amor, y aunque la haya, no quiero saberla. El amor es algo abstracto que todos debemos tener y definir a nuestra manera. Lo que quiero decir es que, cuando vi a esa chica, me enamoré, lo que significa que fue amor a primera vista. Y sí, creo que el amor perfecto existe, porque cuando esa persona te gusta tanto, no le ves ningún defecto. Para terminar, te digo que no pararé hasta encontrarla y preguntarle por qué me está siguiendo.

Miranda: —Will, como soy tu hermana, te apoyaré en lo que necesites, igual que tú harías por mí. Pero debo decirte que me quedaré con mi propia idea, aunque respeto la tuya de todo corazón.

EL INSPECTOR SÁNCHEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora