VII- Que todo sume.

613 36 4
                                    

Flavio

Me incomodaba un poco sentarme al lado de ella, quizás sea una tontería, que lo es. Pero al fin y al cabo no he tenido ningún tipo de contacto fuera de lo profesional. Como no había otra silla libre tuve que sentarme entre Samantha y el único chico que había aparte de mi.

Marc ha tenido un gran gesto conmigo, como siempre. Por lo menos al salir con ellos he cambiado un poco de aires. Él me conocía y sabe que a veces se me complica un poco a la hora de socializar, no por tener un carácter desagradable o cosas por el estilo, solo que mi timidez gana ante la idea de tomar la iniciativa en este tipo de situaciones.

Maialen, la otra joven que nos acompañaba, era bastante simpática conmigo y por lo que pude deducir también era muy cercana a Samantha.

Al parecer a ésta última le había parecido un tanto cómico que haya preferido beber un refresco antes que una cerveza, ya que me miraba con  una risita silenciosa cada vez que bebía un poco del mismo.

- ¿Y entonces, que te trae por Barcelona? - se interesó Maialen.

- He venido a estudiar, a pesar de que no sea lo único que quiera intentar aquí. - digo con un deje de inseguridad ya que en mí estaba latente que la segunda parte sería un poco imposible.

- Pues, cuéntanos sobre lo otro - añade Samantha, con su peculiar acento.

- A lo que me refería es que quisiera darle un lugar a la música sin que quede en un segundo plano de mi vida. - menciono acomodándome la camiseta, mientras que puedo observar como las chicas se lanzan una extraña mirada cómplice.

- A Samy también le interesa mucho la música. - sonríe el otro rubio.

Que guay.

- Ya bueno... Según ellos ya soy cantante. - señala a nuestros acompañantes riendo. - Pero yo lo dejaría en intento.

- Te lo tenías muy guardado. - termino mi refresco mirándola y ella me responde con una mueca de qué le vamos a hacer.

Aunque sea muy extraño, la tarde con ellos fue todo lo contrario a lo que yo pensaba. Se me hizo demasiado cómodo compartir este rato, no fue nada aburrido sino que fue agradable poder llegar a hablar con tanta fluidez sin sentir que sobraba. Me alegró la atención y el interés que me demostraban.

Su cercanía me hacia sentir en casa. Siempre tendré a mis personas en Murcia, pero aquí me encanta el hecho de poder darles un espacio a estas dos nuevas amistades en mi vida, de ellas aprendería muchas cosas. De eso se trata, de que la gente que te rodea sea la que sume cosas positivas en ti y ahora mismo pongo mi mano en el fuego afirmando que tanto la rubia como la chica del flequillo harían todo menos restar.

Samantha

Ver a Flavio beber de una lata de refresco ayudándose de una pajita fue lo más adorable que pude presenciar en meses.

Quizás era algo muy normal pero se me hacía muy gracioso de parte de él. Ya que tu lo miras por fuera y ves a un hombre con un aspecto bastante imponente. Así lo había percibido yo desde el primer momento. Por lo que me ha permitido conocer acerca de él mismo, es una persona con unos valores y objetivos muy claros, da gusto compartir las horas de trabajo con él; a pesar de que no podemos hablar demasiado por la demanda de pedidos que nos hacen los clientes. Si seguía acompañándonos en este tipo de salidas, nos aportaría nuevas vivencias a nuestras charlas, estoy segura que sería muy interesante, y más reflexionar con él. Tiene una capacidad impresionante.

El tiempo pasó volando. Cuando quisimos acordar ya daban las diez menos diez de la noche. Obviamente, era hora de que cada uno volviera a sus respectivas casas. Mañana comenzaba un nuevo día y junto a el la rutina.

Maialen fue la primera que tuvo que marcharse, la veterinaria cerraba en punto y debía apresurarse para ir a buscar a su mascota. Nosotros tres nos ocupamos de pagar y de dejar la mesa como estaba antes de que viniéramos.

Nos dimos dos besos en modo de despedida y acordamos para volver a repetir la quedada la próxima semana si era posible. Cuando me giré, escuché una grave voz detrás de mi.

- Hasta mañana Sam. - murmuró el murciano.

- Nos vemos. - le respondí con una sincera sonrisa haciendo que él me la devolviera.

Tras esos escasos segundos los dos partimos hasta nuestros destinos.

Llegué a casa sin mucha hambre, yendo a la cama lo antes posible para que al día siguiente no estar agotada desde la temprana mañana. Sin embargo, al intentar dormir, unos ojos marrones se hacían presentes en mi mente.

Madre mía Samantha.

---------
hola!! ¿cómo va todo? estoy muy pero muy contenta, tengo que agradecer que ya hemos llegado a 1K de lecturas y es algo que me hace muy feliz.

como digo siempre, espero que les esté gustando la historia. tienen todo el derecho de comentar que les está pareciendo y demás, así como ideas o lo que se les cruce por la mente.

estoy disfrutando mucho de escribirla ya que es algo que en mi lo extrañaba, aunque quizás no les interese, desde pequeña suelo escribir este tipo de tonterías y se me hace muy entretenido poder compartirlo.
parece que entre flavio y samantha  las cosas están avanzando. se que está yendo con un ritmo un poco lento, pero prefiero que sea así antes de soltar tanta información de un solo tiro.

nos leemos pronto.

—♥

Sensaciones del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora