Samantha
Durante el trayecto hasta el establecimiento me habían llegado una docena de mensajes con la misma finalidad: preguntar en dónde me había metido.
Miré el reloj para asegurarme de que no fuera una exageración de parte de mi amigo pero no, iba tarde.
Son las 19:16
Además, me había dicho que llevaría a un conocido muy cercano. Me llamó sin ocultar lo emocionado que estaba para decirme que lo conocía desde la infancia, que se había enterado hace unos días que andaba por aquí y quería que nos acompañase. No le iba a quitar la ilusión por lo que no me negué, siempre es buen momento para conocer a nuevas personas y más con la extensa publicidad que el catalán me había hecho al teléfono en cuestión de unos escasos minutos. Maialen también venía, había dejado a su perro, Murphy, en el veterinario para una simple revisión y un baño que lo dejaría con la energía totalmente renovada. Por lo que al estar cerca del bar en el que nos íbamos a juntar, aprovechaba para quedarse con nosotros.
Con tanta prisa no me había fijado que hasta había cruzado la avenida con el semáforo en rojo. Un peligro. Aunque ya no faltaba tanto para llegar.
De todos modos, no me preocupaba tanto estar en hora, ya que Marc estaba acostumbrado a mis demoras.
Lo conocí en el Instituto, aunque él es un año mayor iba a mi misma clase, ya que había repetido. Es otro de los pilares fundamentales de mi vida, me puede faltar cualquier cosa menos mi familia, Marc y Mai. Hemos sido siempre nosotros tres, desde la adolescencia acostumbramos a salir juntos, beber, llorar, reír, lo que sea necesario en el momento pero juntos. Y es algo que se agradece. Hubo una temporada en la que nos tuvimos que separar, cada uno vivía en una parte distinta del país: yo en Valencia y Maialen en Pamplona. Marc fue la persona que nos convenció en venir a vivir al lugar donde había nacido y tampoco había sido una tan mala decisión. Al fin y al cabo aquí encontraríamos más oportunidades que en otro lugar.
Tenía la incertidumbre de quién podría ser la persona que estaría con nosotros, entre las posibilidades podría estar un chico que conoció en Galicia, con quien el verano pasado tuvo un fugaz amor. Aunque no creo que estuviera aquí ni que lo invitase a tomarse unas cervezas con nosotros. Sería caótico.
Faltaba un minuto para y veinte cuando llegué al lugar.
Podría haber sido peor.
Doy un rápido vistazo a las mesas de la terraza del bar al que visitamos a menudo y diviso a mi amigo sentado en una de ellas "hablando" con Maialen, ya que parecía que estaba teniendo una charla más interesante con el móvil que con ella. Cómo no.
Me aproximo a ellos con una cara de disculpa por decimosexta vez llegar más tarde que la regla después de pecar una vez al mes.
- Titiii. - menciona Mai alegremente y se levanta de un salto de la incómoda silla de hierro para darme uno de sus cariñosos abrazos en modo de saludo.
- Bonitaa ¿qué tal? - respondo casi a gritos separándome de su abrazo para luego saludar al mero espectador de nuestro dramático saludo, quien no nos conociera pensaría que llevábamos años sin vernos.
- Pero mira quién ha llegado ¿qué pasa, que por ser guapa tenemos que esperar? - se me escapa una carcajada al escuchar su ocurrencia, llenando su frente de besos por el simple hecho de que los odiaba.
- En mi defensa, ya estáis acostumbrados. - respondo tras todo el paripé que montamos en cuestión de segundos, sentándome a la izquierda de ella.
Al ver mi silla vacía vuelvo a recordar el invitado estrella que teníamos hoy por lo que miro a mi amigo en busca de una respuesta.
- Se ha ido al baño. - dice para luego dar un sorbo a su fresca cerveza y añadir animadamente - Estoy seguro que te caerá muy bien, es murciano un buen partido. - Esto último hace que automáticamente suelte otra de mis carcajadas.
- Un buen partido para ti. - le tiro una servilleta sin obtener un buen resultado ya que terminó cayéndose en el medio de la mesa que nos separaba. Me quedé hablando con Mai, que me estaba poniendo al tanto acerca de todo lo que había sucedido en estas últimas horas, porque al hablar prácticamente todos los días no había mucho que contar.
De repente veo acercarse a una persona que me hace desconectar totalmente de la conversación que mantenía con mi amiga.
- ¡Flavio, al fin! - Exclama Marc, mirando al otro chico. - Ya pensaba que te había atacado algún ser extraño en tu expedición por los baños del bar.
Joder el murciano
Flavio
Sabía que vendrían unas amigas de Marc, ya que fue el mismo quien me invitó a su salida, pero al salir del baño no me esperaba encontrarme con una cara tan conocida.
Estaba muy guapa, para que mentir. Llevaba un peinado muy distinto a los que estoy acostumbrado a verla en el trabajo, donde siempre lo lleva completamente recogido. Esta vez parece que optó por dejarse su rubio cabello suelto, solo utilizando una fina coleta que le sostenía los pelos de los costados. Vestía un mono negro que estilizaba su figura y debajo se dejaba ver una camiseta blanca con algún diseño que tampoco pude observar muy bien.
Antes de cualquier cosa me quedé un poco estático, no sabía cómo reaccionar. Afortunadamente la otra chica decidió romper con el extraño silencio que se había formado.
- Encantada bonico, supongo que no sabrás mi nombre, soy Maialen pero ten la confianza de decirme Mai. - Su dulce tono hace que desvíe mi mirada de los azules ojos de Samantha para dedicarle una tímida sonrisa a la primera.
- Un gusto Mai.
Marc quien no era ningún tonto se había dado cuenta de las caras que se nos habían quedado al vernos; por lo que no perdió la oportunidad de añadir sin dejarme soltar ni una sola palabra más. - ¿qué pasa, os conocéis?
Veo como Samantha asiente con la cabeza, saliendo de su trance - Es el compañero de trabajo del que te hablé.
¿Ha hablado de mi?
---------
hola!!! de verdad que no doy crédito de todas las personas que están leyendo mi historia, una vez más muchas gracias.este capítulo es un poco más largo de lo habitual y espero que no se les haga tan pesado leerlo, a mi personalmente me encanta. además lo he divido en dos partes, pronto verán que sucederá a continuación.
cualquier cosa me pueden dejar en los comentarios que estaré al pendiente.
nos leemos pronto.
—♥
ESTÁS LEYENDO
Sensaciones del pasado.
Fiksi Penggemar«...el miedo es causado por la incertidumbre pero ¿qué pasa si tu calma hace que mi miedo se esfume de la misma forma en la que ha venido?... »