Flavio
- ¿Pedimos unas pizzas? - sugerí al notar su descontento con la idea de cocinar, recibiendo un asentimiento de su parte.
Al parecer tanto ella como yo, carecíamos de dotes culinarios. Por lo que preferimos encargar algo antes de preparar comida en vano.
Van unas cuantas semanas desde la fiesta y desde que nos conocimos aún más, ese día se veía más que lejano. Quedamos con frecuencia aunque nos veíamos todos los días en el bar, a veces solos o con los otros chicos. Me acompaña cuando tengo que estudiar y aunque ella sea un saco de nervios andante, increíblemente es quien hace que no me agobie ni me presione.
Unos días atrás nos dimos cuenta que tan solo vivíamos a una calle de diferencia. Por lo que, hoy, antes de subir a mi piso pasé por el de ella a dejar una libreta que había olvidado en el trabajo. Samantha le tiene mucho aprecio y se que no quiere que el contenido de la misma sea visto por otra persona, así que lo correcto era llevársela. Me generaba curiosidad lo que podía estar escrito dentro, pero su privacidad es lo primero y confío en que algún día tenga la suficiente confianza para enseñármelo.
Aunque ya había venido en varias oportunidades a su apartamento, me seguía sintiendo como si fuera un niño pequeño en casa de un amigo de su padre. Samantha no tenía problema en que, por ejemplo, yo vaya y tome algo de la nevera sin previo aviso porque ya me había dado su permiso en reiteradas ocasiones. Aún así me costaba un tiempo soltarme del todo y con ella ese proceso iba marchando con menor lentitud de lo normal.
Recién había caído la noche, esta vez sin tener que ver como se esconde el sol utilizando un delantal ni aguantando las impertinencias de los clientes. Decidí quedarme un rato más ya que ninguno tenía planes ni nada por el estilo, puesto que nos encontrábamos sentados en una peluda alfombra que estaba situada en el centro de su salón, apoyándonos en el sofá.
- A que jugamos a un joc - propone abrazando sus rodillas.
- ¿Un joc? - abro nuestras latas de refresco, dejándolas sobre los posa vasos que habían en la pequeña mesita ratona sin comprender lo que ella había querido decir.
- Sí, un joc, un juego - aclara.
Al contrario de Samantha, yo no estaba demasiado familiarizado con el catalán. Ella podía hablarlo y entenderlo con fluidez, cosa que siendo de Murcia a mi no se me daba tan bien.
En las cuadradas cajas de pizza ya no quedaba ni un rastro de salsa. Mientras comíamos, hicimos un "pin pon" de preguntas y respuestas como si se tratase de una entrevista a famosos.
Descubrí, como ya lo había deducido la primera vez que nos habíamos visto, que teníamos la misma edad.Además, ella no era de aquí sino de un pueblo de Valencia llamado Beniarrés. Aproximadamente hace un año dejó su casa para venirse a Barcelona, primero con su hermana mayor y ahora completamente sola. Así como ella me iba compartiendo datos sobre su vida yo también lo hice, le comenté sobre mi hermana, sobre mis aficiones, entre otras cosas.
- Flavio, algún día tendrás que tocarme algo en el piano - reclamó.
- Cuando tu quieras.
Pese a la vergüenza le di mi aceptación, ella me llenaba de seguridad y sabía que al fin y al cabo su sinceridad sería lo que me ayudaría. Soy consciente de que me desenvuelvo en el piano de una manera destacable, pero no me gusta alardear de ello, sin embargo que Samantha se tome el tiempo de escucharme incrementaba mi confianza.
Tras numerosas súplicas de parte de la valenciana, el sofá de su casa se volvería mi cama por esta noche. Me había ofrecido su habitación pero a esa opción me negué inmediatamente.
Según ella era muy tarde para marcharme y sinceramente no pude resistirme a sus pucheros. Así que la ayude a acondicionar el salón como estaba antes de mi llegada, quitando las cajas y las bolsas de los aperitivos no tan sanos que habíamos acabado al instante de ser servidos.
-Buenas noches Samanthi - murmuré extendiendo la manta que ella misma me había traído para que no pasase frío.
- Que descanses Fla.
Viéndola así, podía afirmar que Samantha ha llegado para quedarse, para tirar cada uno de mis esquemas abajo. Poco a poco iba descubriendo su mundo, o lo que me dejaba conocer.
-----------
holaa!! gracias por las 3'7k de lecturas, les debo todo, nunca pensé llegar a esto la verdad es que es muchísimo para mi.espero que les haya gustado este capítulo y siento muchíiiisimo la tardanza, prefería hacerlo con más calma, además de que no he tenido suficiente tiempo.
nos leemos pronto.
—♥
ESTÁS LEYENDO
Sensaciones del pasado.
Fanfiction«...el miedo es causado por la incertidumbre pero ¿qué pasa si tu calma hace que mi miedo se esfume de la misma forma en la que ha venido?... »