Samantha
Desperté sin ninguna gana, luego de que el despertador haga su función una decena de veces fallidas. Al revisar el móvil como lo hacía usualmente por las mañanas para ver si había algún importante nuevo correo, o mensaje, me encuentro con dos de unos números desconocidos.
"El murciano pesado de la mesa tres"
De manera instintiva una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver el primer mensaje. Se trataba de Flavio. Respecto a lo de la mesa tres, será una anécdota que no se borrará con el paso del tiempo, es un elemento que podré utilizar siempre para lograr picarlo.
Resulta que uno de sus primeros días trabajando, el murciano, tenía que llevar dos zumos a una tal mesa tres. Al oír que me había dicho eso me había quedado desconcertada, claramente no sabía de que números ni de que mesas hablaba. Por la manera en la que lo repetía y lo repetía no parecía que yo haya escuchando mal. Finalmente, unos graciosillos fueron los que le hicieron la inofensiva broma, diciéndole que la mesa tres de la terraza querían unos zumos de naranja pero que no habían encontrado a ningún empleado antes para poder hacer el pedido. Se aprovecharon de que el era nuevo en el bar.
No puedo creer lo inocente que es.
El otro chat era solo el repartidor informando sobre la llegada del dichoso cartel. Llegaría antes de lo previsto, ya que tenían un modelo viejo guardado. Había quedado mucho más llamativo que el anterior y por la dolorosa expresión de mi jefe viendo la factura, espero que tenga una mayor resistencia.
Quitando los numerosos pedidos a los respectivos proveedores para que el siguiente día podamos tener las suficientes bebidas y raciones, la repartición de folletos por la zona y revisar la repercusión que daba nuestro aviso sobre la fiesta en las redes. Estaba todo bastante calmado lo que no era extraño, ya que al mirar por la empañada ventana se podía divisar que se avecinaba una tormenta en breves. Lo que esperábamos es que no se alargara hasta mañana, ya que todavía quedaban cosas por terminar que tendríamos que hacer justo antes de que la fiesta empezara.
Flavio
Ayer, apenas llegar a casa le envié un mensaje. No recibí ninguna respuesta hasta hoy por la mañana, obviamente, se había ido a dormir.
Al menos ahora tendría su contacto. El detalle de darme su número significa que estamos forjando una amistad más allá del trabajo, eso estaba claro. Porque normalmente no se lo das a alguien cualquiera; lo tomo como un acto de confianza. Seguramente no sea así y yo me esté imaginando nubes en un cielo que no hay. Pero lo que es cierto, es que actualmente solo cuento con su compañía y la de Marc, que tampoco está muy presente ya que su vida es un revuelo constante. Nos complementamos de maravilla a la hora de realizar cada una de las tareas que nos tocan y que llegara a ser así también fuera de este ambiente es algo provechoso, ya que considero que quedan pocas personas como ella.
Samantha🍹
El murciano pesado de la mesa tres
¿Ya están mis zumos?
Su respuesta era clara, haciendo referencia a aquel vergonzoso momento.
Estos días los dos tendríamos mucha responsabilidad en el resultado de todo esto, aunque sea algo pequeño, nos llevaríamos una buena remuneración y por supuesto al ser algo que beneficiaría a los demás sería el doble de reconfortante. El cartel que había recibido Samantha esta mañana había quedado perfectamente colocado y como debía ser, combinaba con el estilo del lugar.
- ¿Me pasas un plato de allí? - le pido a mi compañera para de esta forma poder servir unas tapas que me habían ordenado unos minutos antes.
No obtuve ninguna respuesta de su parte, insistí un par de veces aunque me daba la sensación de que me estaba ignorando.
- ¿Me has hablado? - pregunta mientras puedo ver como toca una de sus orejas como si tratara de acomodarse algo.
- Lo siento, no te he escuchado. - murmura luego de mi asentimiento y añade. - Esto no te lo había contado, pero tengo hipoacusia neurosensorial.
Que tiene qué
Antes de que pudiera hablar ella misma se anticipa a resolver lo que mismo que me estaba preguntando.
- Significa que tengo una pérdida auditiva del 60%
- Pues no lo parece. - dije lo primero que se pasó por mi mente a la vez que la rubia dejaba de revisar la caja registradora del bar.
- Bueno, es que llevo audífonos, sino no te escucharía tan bien. - ríe - ¿Qué me habías dicho entonces?
- Si me pasabas un plato de los que están a tu lado. - respondí
- Claro.
Me había quedado atónito porque es el tipo de cosas que no te esperas escuchar para nada y admiraba la naturalidad con que lo contaba.
Esta chica no deja de sorprenderme.
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hola!! gracias y muchas gracias por seguir leyéndome. ya es oficial que los capítulos serán un día si y un día no a partir de ahora, ya que es la forma de sacar algo más interesante.lo siento por este capítulo, desde mi parecer no es tan bueno.
nos leemos pronto
—♥
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Sensaciones del pasado.
Fanfiction«...el miedo es causado por la incertidumbre pero ¿qué pasa si tu calma hace que mi miedo se esfume de la misma forma en la que ha venido?... »