IV - Cruce de miradas.

645 27 0
                                    


Samantha

A veces, es decir, cada vez que se me presenta la oportunidad de hablar mi impulsividad me hace actuar de una forma de la que luego estaré arrepentida.

No sé donde meterme, podría decir que quiero salir corriendo pero siendo sincera de solo pensarlo me imagino el tropiezo que me daría a la mitad de mi brillante huída. No puedo creer lo idiota que puedo llegar a ser.

Todo iba bien hasta que vi llegar a mi jefe con un viejo delantal en la mano. Lo que me sorprendió fue que se lo entregó al chico que segundos antes, sin ningún tipo de preámbulo, le había piropeado con toda la tranquilidad del mundo.

En ese momento mi cabeza comenzó a unir toda la información como si de un rompecabezas se tratase, hasta darme cuenta que el tío no era ni más ni menos que mi nuevo compañero de trabajo.

Trágame tierra.

Él simplemente permaneció callado, aunque podía notar las ganas que tenía de reírse por toda esta situación, además que la expresión de mi cara no se alejaría mucho a lo que vendría siendo un cuadro.

Por fin habló, terminando con la incomodidad que había surgido.

- Soy Flavio ¿ya nos conocemos, no? - esboza una divertida sonrisa.

Será cabrón.

-Mi nombre es Samantha. - respondo riendo avergonzada - Y no, no me suenas de nada. - suelto por último, tal vez sonando un poco borde pero fue la mejor manera que se me había ocurrido para salir de esta.

-Vale, vale encantado. - murmura mientras lo veo irse en mi dirección contraria a la vez que se ponía el delantal.

Genial, eso indicaba que su turno empezaba ahora.

Los minutos pasaban cada vez más y más lentos mientras que cada uno hacía la tarea que nos correspondía. Flavio se encarga de limpiar las mesas y yo de lavar los vasos que han sido utilizados a lo largo de la mañana y tarde.
Lo más raro es que, por momentos, nuestras miradas se cruzaban, como si se conectaran, una sensación bastante extraña.

Así pasó el resto de la calurosa jornada que se basó en un casual cruce de miradas.

Quizás sería interesante trabajar junto al chico, porque él lo era.

Flavio

Al hablar con ella, me ha costado lo inimaginable que las palabras salieran de mi boca como si estuviera seguro de lo que estaba diciendo. Tenía una postura un tanto intimidante que potenciaba mi característica timidez.

Samantha era su nombre y sería con quien compartiría mi tiempo durante mi turno en el bar.

Se trata de una chica rubia de ojos claros, azules para ser exactos. Ella no es la típica mujer que a los ojos de cualquiera pasaría desapercibida, tiene algo especial, que te atrae, ese algo que no me dejaba parar de observarla.

Es como si habláramos con la mirada, lo que no tiene ningún sentido ya que nos acabamos de conocer ¿qué necesidad tendríamos de hablar?

Cayó la noche y esa era la señal que indicaba que nuestra jornada había culminado. Terminamos de poner todo en orden, dimos paso a los otros camareros que se encargarían del turno más atareado y me despedí de la simpática rubia de una forma más normal que nuestra primera conversación.


-------------
hola!! se que este capítulo es un poco corto en comparación a los otros, pero en modo de recompensa les digo que el siguiente será más largo.

¿qué piensan acerca del primer encuentro?

espero que la historia les esté gustando.

nos leemos pronto

—♥

Sensaciones del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora