Samantha
Cada cover lleva un gran trabajo por detrás, por lo que trato que en los sesenta segundos de duración eso pueda verse reflejado.
Esta vez me acompañaba Maialen, que como ella misma decía; antes de desplomarse en su sofá teniendo únicamente la compañía de Murphy prefería hacer lo mismo en mi casa, con la diferencia de que aquí me tenía de excusa para compartir unas cuantas cervezas.
- Siento que me están empezando a pasar cosas con Flavio, pero a su vez es algo muy precipitado, nos acabamos de conocer - solté rápidamente, luego de terminar con las tomas de la versión de Vas a Quedarte, que hoy subiría a mi Instagram. Una canción de una de mis artistas favoritas del momento.
- Ay titi, las cosas no van ligadas al tiempo, va mucho más allá. - me hizo un espacio en el sillón, sin mostrar una pizca de sorpresa.
Mi amiga fue bruja en otra vida.
- Lo sé, lo tengo claro - suspiré sentándome a su lado. - Tenemos una conexión tan bonita que con nadie logré tener pero no tengo ni idea de qué hacer.
- Decírselo - recomendó.
- ¿Tú estás loca? - inmediatamente negué con mi cabeza, como si eso me protegiese de lo que vendría a continuación - No se lo puedo decir, va a pensar cualquier cosa.
- Samantha igual lo que tienes es miedo - finalmente se paró del sofá en el que días atrás había dormido el causante de esta conversación. Restándole importancia a lo que yo acababa de decir.
- No.
En verdad tenía razón.
- Sí - murmuró sin perder la tranquilidad - Y déjame decirte que Flavio está muy alejado de ser ese tipo de persona.
Ambas sabíamos a lo que nos estábamos refiriendo, un tema que todavía se me hacía reciente. Era difícil pasar página y hacer como que nada había pasado. El sufrimiento fue lo que marcó un gigante antes y un después en mi vida.
A mis diecisiete años, conocí a un chico. Respecto a la edad no me puedo excusar con que no tenía ni idea de lo que pudiera significar, pero si que en ese entonces conservaba cierta inocencia, la primer causante que me cegaba al pensar que los comportamientos de dicha persona no eran normales. Salí con él alrededor de un año y no fue por mi propia voluntad, ni siquiera las cosas que vinieron después. En un principio me hizo creer que lo que nos esperaba era el mismo camino que tomaban los personajes de los cuentos clásicos de Disney, repletos de felicidad. La Samantha de ese entonces no era capaz de comprender la inexistencia de esa nube mágica que él había creado para atraparla.
Conocí a una persona que resultó ser otra.
En resumidas palabras estuve envuelta en una relación tóxica sin ser consciente de ello. Hasta que la situación se empezó a agravar por distintos hechos que hasta el día de hoy volvían a mi mente, a la hora que querían, el día que fuera y volvían a desmontar todo.
En esa época se mezclaron factores tan potentes que conseguían, por momentos, perderme en mi, como si no pudiera tener el control de nada, como si aquella chica de hace tres años no fuera yo, sino otra. Me alejé de mis más cercanos y me encerré en mi propia burbuja al ver que la situación se escapaba de mi, no sabía cómo gestionarlo. Me sentía sola, con miedo, debía permanecer callada por obligación. Caí en un bucle que me costó una ansiedad con la que aún convivo.
Me veía con los ojos del enemigo.
Afortunadamente en la actualidad ya no es así. Pude salir, volví a confiar en mi y formé una seguridad que sin las fuertes vivencias que me han marcado no hubiese podido conseguir.
Tampoco estoy dispuesta a tirar el esfuerzo de años abajo y verme nuevamente en una situación similar, a eso se debe mi falta de decisión a la hora de expresar mis sentimientos. Los cuales mi libreta llena de pensamientos, frases y poemas conocía a la perfección. Mi amiga era como la versión animada de aquel objeto, los consejos que la libreta no podía darme me los daba ella.
Sin ningún preámbulo Maialen comenzó a hablar. Sin permitirme indagar más en mis recuerdos.
- Recuerda que la vida es como un tren, en el que las personas suben en un determinado momento pero nunca sabes si se bajarán en la próxima estación o te acompañarán el máximo tiempo posible - me miró asegurándose de que mi atención estuviera en ella. - Samantha esa persona se ha bajado de tu tren y se ha llevado todo el daño con él. No puedes vivir aferrada al pasado y sabes que si vuelve las puertas de ese vagón permanecerán cerradas, no volverá a entrar.
El problema es que no sé en qué vagón ha subido Flavio.
Así me quedé. Con una carga menos y unas mil dudas más. Si mi mundo en sí era una ola, con sus altas y sus bajas, no comprendo qué hará su calma contra ella ¿romperla? Con su carta en mis manos, la tarde se pasó en un suspiro que llevaba su nombre.
"Gracias por tu preocupación Sam.
Y ahora que lo escribes... La miel si que estaba mala.
El motivo de mis "no ganas de hablar" como tu bien has percibido algún día te lo contaré. No tienes porque no saberlo.
En este papel se me hace más fácil decirte que eres de las mejores cosas que se han cruzado en mi camino, ojalá sea así por mucho tiempo más.Te quiere tu compañero favorito, Fla"
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holaa!! muchísimas gracias por seguir leyendo.¿qué les pareció el capítulo?
nos leemos pronto
—♥
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Sensaciones del pasado.
Fanfic«...el miedo es causado por la incertidumbre pero ¿qué pasa si tu calma hace que mi miedo se esfume de la misma forma en la que ha venido?... »