XII- Que tinguem sort.

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Samantha

Hay canciones que acompañan y definen determinados momentos de tu vida. Canciones que te recuerdan ese momento en el que estabas triste, el de felicidad máxima o ese logro tan inesperado. Por otro lado, hay canciones que son como la banda sonora de tu vida. Y yo tengo la mía.

"Está bien, iniciarás tu"

Un conciso mensaje de apenas cuatro palabras que tenían un gran significado.

En distintas ocasiones le había insistido a mi jefe para tener un hueco en alguna jornada y poder cantar algún cover o presentar una canción de mi autoría con la esperanza de que alguien lo difundiera y que me facilitara las cosas. Él solo se negaba echándole la culpa al tiempo y afortunadamente algo, no sé que, le hizo cambiar ese pensamiento. Hoy era el día en el que al fin podría dar un pequeño paso más. Las versiones en Instagram si que rentaban, un par de seguidores pero a la larga no eran suficientes; somos muchas personas buscando lo mismo, hay muy poca posibilidad de que lleguen a alguien ciertamente relevante.

Ese mensaje era su confirmación. Luego de tantos intentos  lo había conseguido y cantaría junto a otros artistas en mi misma situación. Solo faltaba prepararme más que nada mentalmente ya que la última vez que había cantado frente a alguien ni siquiera la recordaba.

Pese a que ese mensaje fue lo que automáticamente mejoró mi día, no contaba (como generalmente solía pasar) con tanto tiempo. Debía ensayar lo que presentaría, ir por mi bicicleta que anteriormente se había roto, buscar un outfit adecuado para cantar y todavía quedaba mucho que preparar en el bar.

Con la ayuda de mi hermana del otro lado de la pantalla del portátil pude elegir el conjunto de ropa que me venía mejor. Débora es la persona que me ha animado cada vez que podía y la conexión a nivel de hermandad que tenemos es envidiable. Con ella, llegué a la conclusión de que no necesitaba lucir algo extravagante para resaltar, ese sería el cometido de mi voz.

Por lo que me decidí por usar una falda negra que se ajustara a mi cuerpo junto a una camiseta transparente de lunares y manga larga; debajo otra camiseta pero de tirantes, no podía ir solo con la primera.

De camino al bar le conté a Mai todo lo que había sucedido en tan solo una mañana, llevaba mi bicicleta a pie porque hacia bastante calor como para arriesgarme a pedalear. Una vez allí dejé detrás de la barra la pequeña mochila que había llevado con la ropa y una bolsa con el maquillaje que me aplicaría más tarde.

Tuve que ordenar y dejar a mano cada uno de los platos que se utilizarían para servir las raciones que pidieran, dejé los vasos impolutos y guardé en su lugar todo lo que se necesitaría para hacer los cócteles a partir de la medianoche. Flavio se encargó de bajar todas las canciones para la fiesta, algo que me asustaba ya que tenía un gusto bastante peculiar. Aún así, confiaba en él.

Nuestros amigos llegaron unos minutos antes para darnos la enhorabuena por lo bien que habíamos montado todo. Y la verdad es que nos lo merecíamos, el lugar había quedado genial. Me despedí de ellos después de conocer a Gérard, ya que era la primera vez que lo veía en persona.

Con los nervios a flor de piel, notando como las personas abandonaban sus conversaciones para fijar su total atención en mí, subí al mini escenario y me senté en el taburete que anteriormente habíamos colocado.

Todo saldrá bien, todo saldrá bien y sino no pasa nada, soy capaz.

Mi mente iba a mil revoluciones por segundo, eran demasiadas emociones las que estaba sintiendo, difíciles de explicar. Trataba de convencerme de que no tenía que temer en nada. Es solo cantar, como siempre lo había hecho, entregando cada parte de mi.

En primer lugar dije algunas palabras en modo de presentación, sin pensarlo, prefería que todo fuera espontáneo.

- Esta canción significa demasiado, ya que me ha acompañado en cada momento. Tiene un mensaje muy real, pese a la incertidumbre tenemos que caminar, porque mañana podría faltarnos lo que hemos conseguido hasta el día de hoy, arriesgarse es lo que nos llevará a esa libertad, quien quiera acompañarnos en nuestro propio viaje y siendo consciente de las dificultades, es bienvenido. - solté dándole el inicio al improvisado concierto que hoy darían los artistas.

A continuación rasgué con mi púa las cuerdas de la guitarra que segundos atrás estaba situada a mi lado, con su respectivo soporte para que no se cayera.

- Si em dius adéu,
vull que el dia sigui net i clar,
que cap ocell
trenqui l'harmonia del seu cant. -Liberé cada tensión de mi cuerpo al cantar la primer estrofa.

- Que tinguis sort
i que trobis el que t'ha mancat
en mi. - Continué mirando al frente, conectando con aquellos ojos marrones que tanto me atrapaban, que me hicieron sentir hasta más segura de lo que estaba.

El ambiente que se había formado durante mi presentación era mágico, y más cuando volvía a encontrarme con su mirada, que extrañamente me aportaba una tranquilidad que no había sentido nunca.

Mi felicidad era esto, dejar el sentimiento en cada palabra, poder dar un trozo de mi, aunque no sea nada ni nadie.

-Que demà, que demà
mancarà el fruit de cada pas
per això malgrat la boira cal
caminar. - terminé mi actuación recibiendo una serie de aplausos que dibujaron en mi rostro una sonrisa de oreja a oreja. La ilusión que me hacía cantar en mi lengua materna es indescriptible y más al ver como los demás habían disfrutado de mi versión.

-No sabía que cantabas, ni que lo hacías tan bien.

Giré mi cabeza viendo a Flavio aproximarse hasta mi.

Posteriormente de las felicitaciones de parte de mis amigos, de las charlas y varios tragos, entre otras cosas. Había ido a la playa por el sendero iluminado con las dichosas velas que nos llevaron horas y más horas colocar. Quería despejar mis ideas.

- Pues ahora lo sabes y gracias. - le dediqué una sincera sonrisa indicándole que se siente a mi lado, cosa que obedeció.

- Las estrellas están muy bonitas. - suspiró mirando el cielo, lo que desencadenó que yo también lo hiciera.

- Como tu.

Que dices Samantha, cállate.

- ¿Soy bonita? - respondió entre risas y noté como el rubor subía a mis mejillas.

-Creo que ya sabes a lo que me refería, tonto. - contesté.

El tiempo se detuvo y nuevamente nuestras miradas se transformaron en nuestra vía de comunicación. A medida de que la distancia era menor, no podía dejar de observar cada centímetro de su cara, su adorable nariz, sus labios, el pendiente que colgaba de su oreja izquierda.

Los efectos del alcohol que aún estaban en sangre me animaban, como quien no quería la cosa, a plantarle un beso. Afortunadamente me dominó mi parte racional y me alejé con lentitud, de forma que ya no notaba su fresco aliento mezclarse con el mío. ¿En qué estaba pensando?

Antes de que pudiera sacar otro tema de conversación fue él quien acortó la distancia uniendo nuestros labios en un tímido y breve beso.

Esto es de película.

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hola!! gracias por leerme siempre, de verdad muchas gracias.

¿qué opinan? han pasado muchas cosas

nos leemos pronto.

-♥

Sensaciones del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora