Croptop

1.1K 154 24
                                    

Para Emilio, Joaquín siempre había tenido un cuerpo envidiable. Era curioso que entre más le atrajera su amigo notaba más cosas de su físico que le terminaban encantando. Cuando lograron ser novios todo dentro de ellos fue mejor. Emilio no perdía la oportunidad de decirle a Joaco lo mucho que le atraía y aunque en ocasiones el menor moría de pena, la mayoría de veces contratacaba los piropos que Emilio le lanzaba.

Entonces, cuando Emilio vio por primera vez a su novio con un croptop la bella de Joaquín Bondoni traspaso los niveles conocidos para él. Era exagerado, pero cuando pudo ser libre y decir abiertamente lo que sentía sin pensar que estaba mal, se fue como gorda en tobogán.

Fue un día gracioso. Joaquín había pedido ropa por internet, playeras, camisas, abrigos, pantalones, etc. Para su sorpresa y desgracia una de ellas le quedaba enorme. Tenía un estampado sencillo, cuando se la probó se mostró decepcionado. Renata, su hermana, quien también había pedido ropa y estaba junto a él tomó la prenda entre sus manos y la revisó.

–Me la mandaron en una talla mas grande –comentó Joaquín.

–¿Y? –preguntó Renata– Está bonita. ¿Me la puedo quedar?

–Mmm ¿no? –Joaquín se la arrebató y la dejó encima de su demás ropa.

–Egoista –murmuró su hermana, Joaco rodó los ojos– Ay, sí me mandaron el croptop en el color que quería.

Joaquín le prestó atención. Renata miraba con felicidad la prenda. La prenda se veía comoda y fresca. ¿Él se vería bien con algo así? Regresó su mirada a la prenda que acaba de dejar a un lado. ¿Y sí...?

–Oye, Ren –su hermana lo miró– ¿Me ayudas arreglar esta playera?

Renata lo miró confundida, pero asintió. Horas después Joaquín estaba frente a un espejo, veía fijamente su cuerpo con la prenda. Su hermana no se había burlado cuando le dijo su idea, convertir la playera en croptop. Simplemente le sonrió y se habían puesto manos a la obra.

Era un poco raro para él verse con esa prenda. Ropa para mujer, dirían algunos, pero para Joaquín simplemente era un nuevo estilo y le gustaba. Se sentía cómodo. Estuvo un buen rato viéndose, el tiempo pasó volando.

Tocaron su puerta y él dijo un simple pasen. Una exclamación sorprendida lo sacó de su ensimismamiento. Giró hacía el sonido, encontrando a Emilioen el umbral de su puerta. No se acordaba que le había avisado que después de una sesión fotográfica iría a su casa.

–Hola –dijo el menor. Emilio lo miraba fijamente, a su cuerpo, mejor dicho. Joaquín desvió la mirada– Ire a cambiarme, esperame.

–Emm no –Emilio lo tomó de la muñeca, deteniéndolo. Joaquín lo miró confundido– Hola, bebé –su expresión seguía siendo sorprendida.

–¿Estás bien? –le preguntó.

Emilio alzó la mirada hasta sus ojos y asintió.

–Es que... estoy viendo a una obra arte –Joaquín sintió sus mejillas arder al momento. Que directo, pensó– Wow, simplemente wow –dijo Emilio.

–¿Qué opinas? Era una playera, pero era una talla grande y decidí cortarla.

–Te ves... –Emilio tragó saliva– perfecto.

Joaquín sonrió, era chistoso verlo así. Algunas cosas seguían siendo nuevas para ambos. Emilio miró a Joaquín, esperando su aprobación, su novio asintió levemente, entendiendo. Emilio volvió a tragar saliva y lentamente colocó las manos en la cintura descubierta de Joaquín.

–Esto es raro –Joaquín rió.

–No lo es –susurró Emilio. Miró a Joaquín a los ojos – Me gusta y si a ti te gusta y te sientes cómodo entonces no tiene nada de raro.

Joaquín colocó sus manos sobre las mejillas de su novio. Lo atrajo hacia si para besarlo. Sabía que con él siempre se sentiría seguro.

ArtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora