Dulce Tortura

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Emilio realmente creyó que besar a Joaquín en escena sería fácil siendo ya novios.

La primera vez que lo hicieron en febrero sin ser nada, estuvo nervioso. No sabía bien que hacer y para cuando las tomas terminaron y la escena quedó no supo cómo mirar a Joaco a los ojos. Le había gustado pero se suponía que no debía de ser así porque era simple actuación.

Después de cinco meses de ese primer beso y habiendo pasado tantas cosas y ellos siendo novios en el tiempo actual no creyó que los mismos nervios llegarían a él por una simple escena de beso que su papá/jefe dijo que debía de ser un "beso pasional"

¿Si quiera eso existe?, pensó
.
Miró a Joaquín que estaba a unos metro de que, vestido con un traje que lo hacía ver deseable. Lo besaría, siempre lo hacía pero está vez sería intenso y frente a cámaras, a su papá y frente Arath.

Joaquín miró en su dirección y sonrió. Él también se veía nervioso. No habían hablado mucho desde que le habían recalcado que él beso no sería uno tranquilo. Emilio no tenía confianza en sí, tenía miedo de arruinar la escena por ser un intenso y ansioso. Porque cada que tenía cerca a Joaquín y un beso era intenso, las cosas se salían de control y realmente no confiaba en ninguno de los dos.

Grabaron primero la escena del baile, ellos balanceandose lentamente mientras se miraban enamorados y con media lágrima afuera. Y cuando les indicaron donde pararse para la escena del beso y los cortes que harían para cada ángulo se puso más nervioso.

Les iban a indicar en qué momento se separarian para cambiar de cámara y tendría que volver a besarse.

Joaquín no ayudó a sus nervios. Su querido novio seguía sin hablarle y lo entendía. Sentía que los estaba sobrepasando eso.

Emilio puso una mano en su hombro y empezó acercarse a Joaco para iniciar el beso. Las indicaciones habían sido claras. "El beso empezará lento y después de cinco segundos lo tornarán intenso."

Ese era el plan principal pero cuando su novio ligeramente apretó su labio inferior entre los suyos olvidó todo y su mano abandonó su hombro y la enroscó en su nuca para acercarlo más a él y ahora si, profundizar el beso como debía de ser.

–¡Corte! –escuchó el grito de uno de los directores.

Se separó de Joaco y este intentaba retener una pequeña risa. Pasaron quince segundos donde no escucharon nada de los directores.

Esperaba el regaño.

–¡Chicos! –gritó uno de ellos. Ambos miraron hacia los asientos donde ambos directores estaban sentando y a sintieron.

–Desde el principio y esta vez Emilio, no pongas tu mano ni en el hombro de Joaquín ni en su nuca, por favor.

–¿Por qué? –Emilio quería saber. Era extraño.

–Porque no queremos que nos corten el beso al final y un beso así de intenso lo hará. Sabemos lo que les decimos.

Joaquín y Emilio fruncieron el ceño. ¿Un beso así? Era un beso normal, tranquilo en comparación a otras telenovelas pero sabían a que se referían. A un beso así de intenso entre dos hombres.

Simplemente rodó los ojos, asintió y regresó su mirada a Joaquín que tenía también el ceño fruncido.

Emilio extendió su mano para que la tomará. No dejaría que se volviera a salir de control así que usaría a Joaco como soporte para, irónicamente, no perderse en él.

Dijeron acción de nuevo y volvieron acercarse. Podía sentir, casi podía tocar si quiera la tensión que se formaba cada que estaba con su novio.

Sus labios se volvieron a tocar, pasaron cinco segundo y él abrió un poco la boca para atrapar el labio inferior de Joaquín y morderlo. Joaco no se quedó atrás e intentó dominar la situación, se inclinó un poco sobre y empujó su lengua sobre sus labios.

Oh, no, pensó Emilio.

Si resistió un minuto fue hasta mucho. Cambió de posición y se sorprendió de lo bien coordinados que estaban porque no fue ningún problema y tenían práctica, eso les ayudaba. Emilio apretó la mano de Joaco y se inclinó más sobre él y empujó un poco su cabeza para tomar control de la situación. Cambiaron de nuevo de posición y para ambos fue todo un arte el como sus narices se rozaron sin ningún problema. Joaco apretó el labio inferior de Emilio sobre los suyos y a pesar que él prefería que su novio fuera el que mordiera los suyos le divertía un poco hacerlo porque sabía que eso lo alteraría de más.

Escucharon el "cambio" por parte de alguien de la producción y se separaron lentamente.

No abrieron sus ojos. No se sentían capaces y es que a pesar que sabían que era una escena no lograban desprender del todo que se sentían más como Emilio y Joaquín en ese momento.

Ambos sentían la respiración del otro sobre su rostro. Escuchaban un poco lo que algunos de la producción decía y el movimiento de los camarógrafos mientras se preparaban para el otro ángulo.

–¿Estas bien? –preguntó Emilio en voz baja y sin mover tanto los labios. Su respiración era un desastre.

–No tanto –murmuró Joaquín. Y no mentía.

Por escasos cinco segundos, Joaquín decidió rozar su nariz con Emilio y moverla ligeramente antes que escucharán de nuevo el "¡Acción!" y volvieran a besarse.

Ambos sentían que era una tortura besarse sin utilizar las manos pero era un poco necesario y en todo caso era una dulce tortura.

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