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Polémica

Joaquín miraba fijamente el móvil de su hermana, sus ojos le ardían. Quería llorar, pero el enojo podía más.

Un croptop es poco probable que un heterosexual lo use.

La polémica de usar uno era demasiado tonto para Joaquín. Él sólo tenía calor y por eso lo había usado, nada del otro mundo. Era un simple pedazo de tela. Realmente no le importaba lo que opinaran pero el acoso de personas que no lo conocían estaba llegando al límite.
Renata llegó a su lado y le quitó el teléfono.

—No veas eso —se sentó a su lado en la cama y entrelazó su brazo con el de su hermano— sé que no importa lo que diga porque no sé lo que estás sintiendo ahora pero te amo, estoy muy orgullosa de ti.

Joaquín sonrió y besó la frente de su hermana. El día empezó tranquilo, su mamá les había preparado panqueques para el desayuno y él había jugado con su perrita Canela. Al menos fue lindo hasta después del medio día. Su teléfono se había llenado de notificaciones, amigos, familia, conocidos, fans. Todos hablando de cómo un periodista lo había atacado en Twitter. No entendió al inicio pero cuando leyó todo el asunto se sintió expuesto.

No era la primera vez que lo criticaban o insinuaban que era gay. Tal vez el problema era que todos hablaban de eso, sus fans intentando defenderlo, sus amigos también. Por primera vez detestó tener los reflectores sobre él y creía que eso era porque su vida privada era la que estaba siendo juzgada.

Después de leer lo que pasaba había decidido apagar su celular. No quería saber del mundo. Al menos no ese día. Su hermana salió del cuarto y el aprovechó a meterse entre las sábanas de su cama y envolverse en ellas. Las horas pasaron lentamente y antes de darse cuenta ya estaba dormido.

Soltó un pequeño suspiro porque se sentía muy bien la caricia, escuchó una pequeña risa y abrió los ojos lentamente encontrándose con la mirada de Emilio. No supo en qué momento él lo había movido para que su cabeza estuviera en su pecho.

Sus ojos estaban hinchados y eso lo pudo avergonzar en otro momento porque Emilio nunca lo había visto en ese estado pero no le importaba. El rizado besó su frente y siguió con la caricia en su cabello.

—Hola, bonito.

—¿Cuánto tiempo llevas viéndome dormir? —preguntó, se acurrucó más sobre el cuerpo de Emilio. No desaprovecharía el momento.

—Como una hora, precioso. No quise despertarte.

Joaquín sintió sus ojos llenarse de lágrimas. Emilio no dijo nada más y le plantó un beso en sus labios.

—Sé que soy feo pero no para que llores al verme —Joaquín se rió.

—Tonto —murmuró el menor—Para mi mala suerte no eres feo.

Emilio sonrió y lo miró fijamente varios segundos.

—Sino quieres hablar del asunto no lo haremos ¿ok? —Joaquín asintió.

—Seguiré usando croptops —dijo después de un momento.

Emilio volvió a besar sus labios con una sonrisa.

—Le haces un favor a la humanidad, Joaquín.

Joaquín sintió la presión en su pecho disminuir. Emilio era demasiado bueno para ser real.

—Te amo —susurró.

—Yo también te amo, bonito.