Joaquin nunca imaginó que enamorarse sería tan complicado. Ya era raro para él que todo fuera bien en todos los ámbitos de su vida. Era demasiado hermoso para creerlo.
Suspiró mientras miraba a su persona en el escenario. Disfrutando el momento pero a la vez notando lo distraído que estaba.
Pensaba una y otra vez si era correcto la decisión que habían tomado. Tenían 16 y 17 años respectivamente. Demasiado jóvenes para enfrentarse a un mundo de ataduras.
Es lo correcto, pensó.
Se cruzó de brazos y se concentró en lo que había a su alrededor. Personas venían e iban preparando la sorpresa que le harían a Emilio. Su disco de oro. Lo sentía un poco irreal que hubiera pasado tanto desde aquellas firmas donde todo eran risas y felicidad.
–Lo merece tanto, mi niño –exclamó una persona a su lado.
Se contuvo de no rodar los ojos, eso no sería educado pero sólo un pensamiento cruzó su mente en ese momento. Hipocrita.
Se sentía impotente por la situación. Quería llorar, gritar, romper algo pero no es algo que él haría. Y por primera vez en su corta vida, quiso ser adulto. Lo deseaba tanto para tomar sus propias decisiones sin que terceros intervinieran.
Los minutos pasaron. Veía con detenimiento cada movimiento de Emilio. Hasta que le entregaron su disco de oro. Sus lágrimas se veían como una mezcla de tantos sentimientos. Estaba feliz y orgulloso por él pero sintió el tiempo detenerse cuando su novio decidió salir del escenario directo a él para abrazarlo. Su corazón se estrujó.
–Felicidades, mi amor –susurró sobre su oído. Emilio lo apretó sobre si y sorbió de su nariz.
–No quiero –dijo alto y claro.
Sabía que nadie más los podía escuchar. El ruido fuera en el escenario no lo permitía, sin embargo podía sentir la mirada de todos y en especial de dos personas que no sabía que sentir por ellas en ese momento. Se aferraron al cuerpo ajeno por unos segundos más. Emilio no lo miró cuando se separó. Nada estaba bien. A Joaquín le importó poco las consecuencias y se inclinó sobre la frente de Emilio y le dio un beso.
El show debía de continuar. Este salió al escenario y siguió cantando por los siguientes minutos.
Hasta que llegó la hora de su presentación. No sabía si sería la última vez que lo presentaría de esa manera. No quería pensar en eso. Salió al escenario con una sonrisa y saludando al público. Emilio se acercó a él y lo abrazó como ya era costumbre. Sus manos se entrelazaron y cuando se acercaron y apretaron el cuerpo del otro supo que no era un abrazo cualquiera.
–Saldremos de esta –dijo en el oído de su novio.
Al toparse con los ojos de Emilio cuando se separaron vio la tristeza en ellos, parecía no poder ocultarla así que tiró de su cuerpo y lo volvió abrazar, ahora con Joaco recargando su cabeza en su hombro como acostumbraba hacerlo. La sonrisa nostálgica surcando su rostro.
Tal vez sería la última vez en público, no lo sabían. Al separar sus manos, Joaquín lo tenía más que claro.
Era un nuevo reto que el destino les estaba poniendo. Era el comienzo de su nueva realidad.
Esto lo tenía escrito desde principios de Marzo pero con todo lo que sucedía no creía conveniente publicarlo. No es como que ahora todo esté cool, pero por lo menos lo suficiente para publicarlo.
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Romance"𝑨𝒓𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒎𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈: 𝑰𝒕'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒄𝒆𝒔𝒔 𝒐𝒇 𝒔𝒆𝒆𝒊𝒏𝒈 𝒚𝒐𝒖𝒓𝒔𝒆𝒍𝒇 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒂𝒓𝒆 𝒏𝒐𝒕 𝒚𝒐𝒖." - Chuck Klosterman One shots Emiliaco