Capítulo 3

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Que emocionada estaba Letty por ir otro día a clases, pero esta vez no era solo por aprender. Tenía ese brillo en los ojos y esa sonrisa boba que salía confetis por los poros.

Justo al llegar, ahí estaba el galán, con esa sonrisa encantadora que derrite en un segundo al iceberg con el cual chocó el Titanic.

Todos se incorporaron a clases, pero pocas chicas se podían concentrar. Aun así, Letty no perdía su visión por la cual fue a la universidad.

Paul era un galán raro, no era ese típico bobo, charlatán, se presumía de listo en la clase y filósofo; todo lo sabía y se notaba a leguas que leía. Tenía un buen sentido del humor, un tanto chistoso. Hablaba hasta por los poros.

Al regresar a casa, Letty le va comentando a Carla sobre la personalidad y su parecer del galán de la uni. No podía creer que estaba hablando de un chico con tal ilusión, sin ni siquiera haberse pasado palabras; por lo que Carla no paraba de reír.

Como todos los días, después de la universidad, miraban serie de Nexflix, y hacían un recuento de lo que le sucedía en todo el día. Era un tipo de ritual de mejores amigas.

Justo antes de ir a dormir, Letty recibe un mensaje en Facebook, cuando lo abre se percata que es de Paul -¿Es broma?- se cuestionó Letty. No se creía que un chico tan guapo se interesara en escribirle. De pronto, recuerda que hay un proyecto para realizar en la universidad, y ella es la chica lista de la clase. Se pincha el globo en el que iba flotando, y no sabe porque razón, pero se le arrugó el corazón. Se acomplejaba de su personalidad, de su físico, nunca estaba a gusto con quien era.

-Hola- escribe Paul.

-Hola, ¿Qué tal?- responde Letty.

-Te he observado mucho en clases, eres brillante.
-Gracias, eso comentan- Airosa y estremecida por aquel comentario.

-Si quieres te puedo agregar a WhatsApp- espetó Paul –Ya que vamos a todas las clases juntos- insistió.

-Está bien- acepto Letty, llena de suspicacia.

Entre intercambios de WhatsApp, se quedaron hasta la medianoche hablando de estudios y haciéndose más compañeros, que otra cosa. Y, ¡Vaya sorpresa! Él también estudiaría Criminología.

Al día siguiente, al llegar a clases, no estaba Paul, Letty miraba exasperada cada vez que se abría la puerta, pero no era él, nunca llegó y tampoco le escribió más. Que sensación más incómoda y deprimente sentía. No comento eso con nadie, ni siquiera con Carla.

Pasaron tres días, y nada de Paul ir a clases, ni de volver a escribirle; miraba el chat cada segundo, pero tampoco se había conectado más. La luz roja y el sonido del BlackBerry eran insoportables, cada vez que miraba y no era él. 

Gracias por leerme. ❤️

El amor cuando no duele mataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora