CARTA IV

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COMO ANTES


     De repente un día despertamos juntos, y ya no eran viernes por las noches compartiendo cervezas, sino sábados por las mañanas, acompañados de besos y café.   Las noches tristes desaparecieron y el amor volvió a nacer, todo era como un sueño del que no queríamos despertar, esas tardes maravillosas donde solo existían nuestras almas entrelazándose en la magia del amor.  

     Todo era prodigioso y nuestros ojos intercambiaban deseos,  con solo una mirada se desvanecían muchos sentimientos, moríamos por estar siempre admirándonos el uno al otro.  

Sus besos eran los mas apacibles que mis labios habían probado en toda la vida, eran los mas tiernos, si sus manos acariciaban suavemente mi rostro, era inigualable ese sentimiento que tenia hacia el, con solo verlo a los ojos y tenerlo a mi lado.

     No se si fue una mala jugada del destino, o fue el camino que nos separo pero de algo estamos seguros que ni en mil años podremos olvidar esos besos, ni ese sentimiento tan puro y tan ingenuo que nació desde el día que nos conectamos en ese mismo sentir, y si coincidimos en algún momento estaré segura que volveremos hacer los mismos amantes que con una sola mirada entraban en la magia del amor,  así

  COMO ANTES...





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