17. DE LA MANO DEL DIABLO (PARTE 1)

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Siempre he sido una persona positiva y he visto la vida desde lo mejor que me puede ofrecer. En cambio mi hermano mayor no puede dar un paso sin quejarse. El abuelo contaba que éramos el claro ejemplo de equilibrio, porque yo aportaba sueños e ideas locas y Pablo, realidad.

Nuestra relación no ha sido la mejor siempre, pero nos hemos encontrado en un punto en el que hemos sabido guardar las formas. Hasta que llegamos a El Eje y se volvió el doble de testarudo y gruñón.

Y ya es sumamente Inaguantable.

-¡Te he dicho que no! -grita mi hermano.

Ruedo los ojos y doy con mi pie en el suelo. Seguimos en el aula de historia, intentando convencer a Pablo de que Miguel debería ser uno más para llevar a cabo el plan con más seguridad, pero el cabezota de mi hermano insiste en que es una trampa y que el hijo mayor de mi tutora nos la va a jugar.

-¿Puedes confiar por una jodida vez en tu vida? -pregunto entre dientes.

-No hables así -se queja.

Oh, perfecto, ahora va a ejercer de padre.

Suspiro y echo mi pelo hacia atrás, girándome hacia Miguel que tiene una sonrisa divertida en su rostro.

Entre cierro mis ojos y ladeo la cabeza -¿Te parece gracioso? -pregunto.

El chico de los tatuajes levanta sus manos en son de paz y mira a su hermana, que se acerca hasta él con los brazos cruzados.

-Miguel, te voy a hacer una pregunta y espero que contestes desde la más absoluta sinceridad -Marina se aclara la garganta.

-Adelante -responde su hermano.

-Si papá te pidiera volver con él ahora mismo ¿Lo harías?

Todos estamos pendientes a lo que va a contestar, mientras el hijo mayor de mi tutora mira a su hermana, serio.

Sinceramente es una buena pregunta, pero creo que no tiene nada que ver con que nos ayude porque lo que vamos buscando se supone que no tiene nada que ver con su padre.

Miguel suspira pesadamente y nos mira -Posiblemente.

Agacho la cabeza y Marina cierra los ojos.

-¿Veis? -interviene Pablo -Pensáis que os lo digo por joder y simplemente quiero...

-Pero no volvería a haceros daño -Miguel interrumpe y lo miro -Intentaría que entrara en razón y si no lo consigo, frenaría sus planes.

Mi estómago se siente raro. Oírlo hablar así hace que mi corazón de un vuelco y que mi cuerpo tiemble. No entiendo su comportamiento en el pasado cuando en el presente es este.

¿Puede una persona cambiar tanto en tan poco tiempo?

Mi mejor amiga muerde su labio y se acerca algo cohibida hasta su hermano, que lo mira inquieto.

-Está bien, puedes venir con nosotros.

Marina pone una mano en la espalda de Miguel y este la mira unos segundos, hasta que tira de ella y la abraza. Yo sonrío, porque me hace demasiada ilusión que hayan tenido un acercamiento y miro a mis amigos, emocionada.

Pablo no parece muy convencido, porque está con su ceño fruncido y cruzado de brazos. Luna asiente satisfecha y Coco y Helena parece que no se creyeran lo que está pasando.

Al fin y al cabo esto era algo que tenía que pasar, porque sabía que tarde o temprano, Miguel se iba a dar cuenta de que no vale de nada ir en contra de la gente que lo quiere.

El eje. Entre luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora