LA CÁPSULA DEL TIEMPO (parte 2 )

146 16 5
                                    

Guillermo.

Tres años atrás.

Todo permanece gris, como si el sol tampoco quisiera salir y animarnos, como si quisiera acompañarnos en este dolor que desgarra nuestras almas. Mamá llora desconsolada todo el tiempo, mi padre anda perdido y maldiciendo a Rafael en todos los idiomas, los chicos ya no asoman por aquí, y mis hermanos y yo estamos intentando que Miguel no acabe metiéndole fuego a todo.

Mi hermano mayor está tirado en la cama, con la cara hinchada de tanto llorar y sus puños apretados deseando estamparlos contra algo. Ya lo hemos frenando unas cuantas veces, porque ha decidido pagarlo con el mundo y ha querido arrasar con todo Mürren en más de una ocasión estas ultimas horas.

Lleva una almohada a su cara y solloza de nuevo. Yo miro  a Marina, que está sentada a sus pies observándolo sin saber que hacer. Mario está perdido en los objetos de la estantería, seguro que con su cabeza hecha igual de mierda que nosotros.

-¿No crees que deberías calmarte? –pregunto acercándome a la mesilla de noche y apagando el móvil de mi hermano que no ha parado de sonar.

-¡Salid de aquí de una puta vez!¡Dejadme solo, no voy a hacer ninguna locura! –grita Miguel con rabia.

-Eso mismo nos dijiste antes y casi le metes fuego a la aldea, Mike –replica mi hermana

Mi hermano mayor se levanta furioso  e intervengo entre él y mi hermana pequeña porque no sé que es capaz de hacer.

-Ni se te ocurra –advierto.

-¿Me ibas a pegar? –pregunta mi hermana, enfadada.

-Marina, hazme el favor de callarte, así no arreglas nada –digo.

Mario es ahora el que se pone frente a Mike que se ha puesto de pie mirándonos con cara de pocos amigos, y lo empuja con todas sus fuerzas, no consiguiendo mucho pero haciendo que mi hermano mayor de unos pasos hacia atrás.

-¡Todo esto es tu maldita culpa! –grita.

-¿¡Crees que no lo sé!? –grita Miguel de vuelta -¿Pero que querías que hiciera? ¡Yo la…

-¡No lo digas! –dice Marina –Simplemente no lo digas.

Esta vez es la más pequeña de los Nehom la que comienza a llorar y sale de la habitación corriendo, yendo Mario detrás de ella y haciendo que yo lleve una mano a mi frente y cierre los ojos porque nuestra vida se están desmoronando por momentos.

-Esto tiene que cambiar.

-Me voy a volver loco, Guillermo –Miguel respira con dificultad mientras recorre la habitación de un lado a otro.

-No es momento de ser débiles, Mike, nuestra sangre es Nehom  –pongo un brazo en su hombro, frenándolo, y él gira su cabeza lentamente y la mira, cerrando sus ojos y más abatido aún.

A mi hermano jamás ha sabido manejarlo nadie. En cambio con ella era todo diferente. El único momento que veía a Miguel  calmado y feliz, es cuando aquella cabellera rubia asomaba por aquí con su sonrisa dulce y sus pies descalzos.

Esto que nos han hecho no tiene razón de ser, y por mucho que todos piensen igual (incluso él mismo) Yo sé que mi hermano mayor no tiene la culpa de nada.

Cuando pasan unos minutos y todo parece calmarse, Mike frunce su ceño y me mira.

-¿Qué pasa? –pregunto.

El eje. Entre luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora