❁𝑰 𝒏𝒆𝒆𝒅 𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓❁

✿𝑺𝑬𝑽𝑬𝑵𝑻𝑬𝑬𝑵✿

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✿Sus miradas chocaron combinadose entre el profundo morado y verde a ambos les parecía mágico las miradas dulces que se enviaban pero simplemente uno no estaba queriendo ceder más ante más dolor, Ruben quería rendirse valla que quería pero se le complicaba al ver la extraña mueca de súplica que tenía Samuel en su rostro, el cálido apretón de manos y las pequeñas caricias en el dorso de su mano le hacían sentir tan relajado a la ves que enamorado, esa pequeña muestra de amor hacia estragos en su mente, en su corazón, en todo su ser, solo Vegetta sabía como ponerle de aquella manera tan tonta, tan perdidamente enamorado, tan suya...

Al principio de su relación le pareció asfixiante como si pudiera controlarle con eso pero con el tiempo aprendió que realmente ambos estaban en la misma situación y les encantaba ver al otro tan perdidamente enamorado, era como el mejor premio que pudiese ganar. Cuando fue que todo eso dejó de ser tan relevante? Cuando las frescas noches donde veían estrellas se convirtieron en agobiantes momentos llenos de frustración, decepción y Soledad? Ruben no entendía porque el amor de su vida se concentraba más en aquellos papeles que en él, necesitaba exigirle una explicación! Alejo su mano del contacto del contrario como si este le quemase, ante la atenta mirada tan severa que le mandaba el mayor se notaba que aquello le había molestado y mucho pero quien lo culpaba? 

─Y ahora, ¿que es lo que te hace falta? ¿Tan grande a sido el error que eh cometido? No comprendo que es lo que quieres! Te doy tu espacio, permanezco al margen de ti para que puedas hacer tus cosas sin necesidad de que yo te moleste! Nunca te a faltado nada!!─Sus exclamaciones se escuchaban por todo el lugar, logrando que varias de las parejas que se encontraban ahí voltearan a ver curiosas de lo que sucedería, aquello incómodo de gran manera a Rubius quién sintió como se encogía en su asiento ante las atentas miradas de esos espectadores─ Que es lo que quieres ahora? Puedo dártelo todo, alas, aviones, el aire! Estoy dispuesto a todo por ti...

Las lágrimas no tardaron en salir de los ojos de más alto sorprendiendo al mayor pues Ruben no era de llorar de esa manera enfrente de tantas personas, solía hacerlo en su casa apretándose contra su pecho en un intento de reconfortarse y sentirse seguro─Solo quiero una flor, que me haga sentir que estoy vivo, que aún amo, que aún respiro!! Que aún existe nuestro amor...─Se levantó abruptamente de la mesa haciendo que algunos cubiertos se saliesen de su lugar y con una mirada llena de dolor se retiró de lugar, corriendo hasta la salida y siendo seguido por Samuel quien agarró su mano cuando estuvo a punto de abrirse paso por las lujosas puertas del restaurante, suspiró y habló ─tu me das, solo lo que compra el dinero pero jamás me das nada de ti, jamás me das tu misera presencia, jamás me das un te quiero...

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