❁𝑰 𝒏𝒆𝒆𝒅 𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓❁

✿𝑻𝑾𝑬𝑵𝑻𝒀✿

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✿Después de unos minutos que para el le parecieron eternos y pesadas horas pudo distinguir la cabellera blanca de entre los arbustos, su esposo estaba hecho bolita en el regazo de un frondoso árbol que se postraba entre sus narices tan alto y con ramas tupidas de hojas y pequeñas flores que eran desconocidas para el, el de mayor estatura estaba profundamente dormido abrazándose a sí mismo en un intento de reconfortarse del frío viento que hacia mover las hojas del árbol, lo tomó entre sus brazos cuidadosamente acomodandolo en su pecho e intenado compartir su calor corporal con él. Miro hacia todos lados serciorandose de que ningún enemigo estaba cerca para así correr a toda velocidad hasta la mansión tan imponente que había creado tiempo atrás.

El de ojos verdes tenia un sueño profundo sus ojitos estaban hinchados y sus mejillas estaba rojas y levemente mojadas por una fina capa de lágrimas que habían caído de sus ojos, el corazón de Samuel se apretujo en su pecho de manera dolorosa al ver lo que había causado en su pequeño oso, el no tenía la culpa de que el de ojos morados fuera tan descuidado y despistado en ciertas ocasiones y el mayor se lamentaba tanto por haberle hecho sufrir de esa manera, nunca se lo perdonaría, beso la frente del de blancos cabellos con tanto cariño intenso como podía transmitirle, no quería despertarle de su profundo sueño, esquivo las flechas de varios arqueros con una enorme agilidad que demostraba su gran capacidad de liderazgo y flexibilidad a la hora de luchar o escapar saliendo victorioso sin un solo rasguño.

Llegaron a la mansión, el mayor con la respiración agitada de tanto haber corrido y el menor aún en el sueño profundo cosa que el de ojos morados agradecía en esos momentos que el del tez blanca sea tan dormilón como para no levantarse en un día completo, se adentraron entre la muralla de piedra, subiendo las escaleras y de ahí al ascensor para facilitar más las cosas y llegar rápido a su destino. Ya arriba del todo suspiro con alivio justo ahí se sentía seguro justo ahí no había monstruo alguno que se pudiera colar por su fortaleza que relucía sus exorbitantes encantos ante cualquiera que la mirase, abrió la puerta de escáner caminando a paso lento por la entrada escuchando como la puerta se cerraba detrás suyo.

Suspiro con alivio mientras se esforzaba por subir las escaleras de la mansión hacia la habitación matrimonial que compartía con su pequeño oso, dejó al menor reposar en su cama acariciando su mejilla suavemente delineando el contorno de estas y disfrutando de la suavidad de la lechosa piel de su hermoso esposo, cansado de tanto haber corrido se quito los zapatos y la chaquta  haciendo el mismo procedimiento con el menor y se acostó a su lado abrazando el menudo cuerpo que poseía Rubuis, los cobijo a ambos con las suaves sábanas moradas y cerró los ojos disfrutando de la respiración suave y acompasada de su contrario, aún le parecia divertidamente irónico que siendo tan diferentes se hubieran quedado juntos hasta el punto de casarse, sonrio y se dejó caer a brazos de morfeo, mañana se disculparía con él.

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