Love Me {Dipper Y Tu}

Capítulo 49 FINAL

AY QUE EMOCIÓN DJFKFKDKDKD FALTA RE POCO AAA AAAAA

Desde que era un pequeño, Dipper se había interesado en la anatomía humana. Y había estudiado sobre ella lo suficiente como para saber que tenía el maldito hombro descolocado. Además de que, el inminente dolor que se hizo presente en su brazo una vez aquel demonio de piel roja se lo rasguño eran prueba suficiente de que algo ahí había sucedido.

Por suerte, Mabel estaba a un paso de donde el se encontraba y, con ayuda de una piedra gigante, dejó aquel ser en el suelo.

—Gracias Mabel—respondió mientras con cuidado tocaba su preciado hombro.

—Ni lo menciones—su hermana le sonrió—. ¡Cuidado Will!

El demonio peli azul se dio vuelta de inmediato y asestó de un puño a un ser que Dipper no podía identificar.

Obviamente que Will Cipher iba a tener destreza cuando de pelea se trataba. Pero el nunca imagino que tanta. Si su miedo más grande era el tío Ford enojado, aquél demonio era el segundo en la lista.

Claro que no iba a contar a su hermano Bill Cipher, aquel triángulo amarillo entraba en la categoría de pesadillas (literalmente).

Y al fin, todos los demonios que hace unos momentos estaban ahí, ya se habían evaporado o habían huído a algún punto de la dimensión.

Entonces, un fuerte estallido volvió a alertarlos a los tres.

Corrieron hacia donde el muro se había caido, dejando una clara vista de la pelea que se estaba desatando paralelamente abajo de sus pies: el Cabaña-Bot 2.0 vs Bill Cipher.

El estruendo fue tan grande que, por un momento, Dipper temió lo peor. Pero nada estaba más lejos de lo que el había imaginado.

A un lado de la cabaña (bastante destruida), se encontraba aquel triángulo amarillo, abatido y en el suelo. Era como si un dorito gigante hubiese caído sobre el frondoso bosque de Oregon.

Subió un poco la vista y, el corazón le dio un vuelco. Había una figura que destellaba una luz azul sobre aquel ser. Y estaba seguro de quien era.

—Okay, es la hora —Will apuntó su mano al suelo y aquella rueda del zodiaco apareció.

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Le temblaban las manos. Su cabeza dolía como los mil demonios y sentía que en cualquier momento se iba a desmayar.

Pero también sentía su poder en cada fibra de su cuerpo.

_______ miró al demonio que estaba debajo de ella. ¿Cómo pudo haber desperdiciado todos aquellos momentos para destruirlo?

—¡_______! —la voz de Will la sacó de sus pensamientos—. Rápido, lo noqueaste. Pero no estará así para siempre.

Asintió y ambos volvieron al Cabaña-Bot, donde todas las personas presentes los recibieron con vitores.

—¡Aun no debemos celebrar! -rápidamente buscó a las últimas piezas del rompecabezas—. Señores Pines, Pacífica, Gideon, McGucket, Wendy y Soos—sonrió—. ¿Estan listos?.

—Luego de tanto tiempo ¡Al fin nos desharemos de...! —las voces fueron calladas por un gran golpe que hizo que todos se tambalearan.