El fantasma de las estrellas

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Tweek casi no pudo meter la llave en la puerta al llegar por culpa de sus contantes temblores, ¿y como no? pues sabia que sin importar si lo volviera a ver o no, sabia que en su nuevo hogar donde se supone su vida personal y publica se verían beneficiados tenia incluido un fantasma, lo cual hasta cierta forma parece tener sentidos pues después de todo, investigar casos extraños es a lo que se dedicaba.

Al cerrar la puerta tras de sí vio el espacio semi-vació lleno de cajas y el desorden de sus pertenencias, tragó duro y caminó nuevamente por el lugar, encendiendo cada una de las luces para engañarse a si mismo de que eso le daba seguridad.

—¿H-hola?—Preguntó al llegar a su cuarto, sin despegar la vista de la ventana donde lo vio antes de partir, pero ahí no se encontraba nada.—¿H-hay a-alguien?—Luego de unos minutos sin respuestas respiró, luego dio una risa nerviosa mientras ponía una mano en su cabeza, tal vez lo que dijo la doctora era cierto y todo fue producto de su cerebro.

Ojalá hubiera sido así.

—Bu—Dijo una voz monótona apareciendo de repente frente a Tweek, quien a pesar de que obviamente se trataba de una especie de broma, su rostro no reflejaba burla, lo que asustó mucho mas al pobre rubio.

—¡GHA!—Gritó de la manera mas aguda posible, luego se tomó el pecho entre las manos pues sentía que se le iba a salir en corazón, incluso le dieron ganas de vomitar por lo que no dudó en buscar el baño.—Maldición—Dijo al terminar de sacar su bilis pues no había comido nada en mas de 10 horas, luego de eso tomó agua del lava manos y cuando su mirada se posó en el espejo frente a él, se quedó de piedra al ver detrás de él a ese espectro recargado en la puerta mirándolo con indiferencia.

Pero había un ligero cambio.

Puede que por el miedo y la sorpresa solo halla visto un par de segundos al fantasma que habitaba su casa, pero lo vio lo suficiente para saber que al verlo directamente era casi transparente, como si fuera la imagen de un proyector, pero en el reflejo del espejo se podía ver como una persona real, incluso si detallaba bien podía notar que su piel era levemente mas oscura que la suya pero sin quitarle lo pálido.

Como lo estaría un muerto.

Tomó aire, agarró valentía y sin nada mas que sacar de su estomago se volteó lentamente enfrentando la realidad, había un muchacho inexistente frente a él que lo miraba con pereza, era ligeramente mas alto y su vestimenta se notaba de una época pasada, pues traía puesto una chaqueta de mezclilla azul tipo vintage, unos pantalones rasgados y holgados de color negro, unos botines converse también azules, incluso se podía notar su cabello ligeramente largo y rebelde que se salia del chullo que traía puesto.

—Hola—Saludó sin saber muy bien que decir.

—Ey—Respondió el otro, su voz sonaba lejana como si estuviera en otra habitación, pero sin quitar ese tono monótono y nasal que tenia desde el principio.—Perdón por casi matarte del susto... dos veces.—Tweek dio una leve risa al pensar que toda la vida se imaginó siendo secuestrado por el gobierno al revelar secretos y teorías del estado para luego ser ejecutado, pero no, dos de las tres veces que se sintió al borde la muerte fueron causadas por un susto al ver un fantasma que ahora mas tranquilo notaba que no tenia nada amenazante.

El miedo es provocado por el sentimiento de lo desconocido. Ahora confirmaba eso.

—No importa—Respondió sin dejar de detallar lo extraño del asunto—¿L-levas mucho aqui?—Preguntó dejando ir el miedo y entrando la curiosidad. El otro pareció pensar.

—¿Que año es este?—Preguntó al fin.

—2020—Respondió instintivamente.

—Supongo que unos 30 años como mínimo—Alzó los hombros con indiferencia y Tweek abrió los mas los ojos por la sorpresa.

Phantom Love | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora