XVIII

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El ruido de mi valija es irritante, intento sin mucho resultado cruzar la vereda de piedra para poder llegar al taxi que me llevara al aeropuerto. Niall toma la parte de atrás de la pesada maleta y con ayuda del taxista, la subimos al baúl.

Con aire triste, ambos subimos al vehículo del hombre. Donde él nos da un cuestionario y charla sobre deportes, la cual es inoportuna para mí. Viajamos alrededor de quince minutos hacia nuestro destino y despedimos al conductor con su paga por el servicio.

A lo lejos vemos la figura de Zayn con un cártel titulado "Te voy a extrañar mucho tonto", y con tan solo verlo corro a abrazarlo, aunque yo sepa que en semanas lo volveré a ver. El rubio que se había quedado atrás en la corrida, se une al encuentro de nosotros. Me separo de ellos con unas pequeñas lágrimas en los ojos y observo el listado de vuelos, comprendiendo que falta el tiempo justo para el embargue de mi avión.

Ansioso busco indicios de él en la multitud, pero tristemente no lo encuentro en ningún lado y mi decepción crece, sabiendo que este sería el último momento para verlo y despedirnos, pero no será así.

Niall apoya su mano en mi hombro y cabizbajo me dirijo a la fila de migraciones, pero una voz ronca y agitada me llama, provocando que mi ilusión salga a flote. Giro mi cuerpo y lo veo corre hacia mí, con su campera de lana cuadrille atada a la cintura.

— Perdón que llegara tan tarde, intente venir lo más rápido posible, pero la ruta de acceso oeste estaba cortada — Me explicó aceleradamente mientras tomaba bocanadas grandes de aire. Sin pensarlo me tiro encima suyo para abrazarlo, al principio se sorprende, pero su amarre en mí se fortalece. Es tan íntimo el momento que puedo escuchar el ritmo de su corazón y respiración sincronizarse, era tal el momento que nos olvidamos el entorno y la razón de este. Y casi refunfuñando me distancio de él.

— Te voy a extrañar muchísimo, no voy a tener a nadie que haga alegorías excéntricas — Susurre mirándolo a los ojos.

— Yo también, entraste rápido en mi vida. No podes entrar en las vidas de las personas así e irte sin más. Muy feo lo tuyo, pero es probable que te lo perdone. Prometo ir a visitarte con Botitas, en cuanto termine la última colección para una marca.

— Es feo lo tuyo, que me desplazas por Gucci — Bromeo para aligerar el ambiente. — ¿Es una promesa de garrita?

— Por supuesto que es una promesa por garrita — Entrelazamos nuestros meñiques para sellar el juramento. Subo la cabeza y cruzo con su mirada, ambas se mantienen establecidas, dudando de su acción o esperando que el otro tome la iniciativa para hacerlo, mi corazón comienza a bombear con más rapidez, creciendo nervios por todo mi cuerpo, pero decidido a hacerlo. Pero el ambiente se rompe por la voz de una mujer llamándome a abordar, sin saber qué hacer, le doy un abrazo rápido a Harry y a mis amigos, y apresurado corro hasta la sala de embargue.

Una azafata malhumorada me guía atrás del avión hacia mi asiento y guarda mis pertenencias. Sentado frente a la ventanilla, analizo mi nulo valor y reflexiono sobre el lugar que dejo. Un lugar al que podría llamar hogar en un futuro.

Soulmate   ◊Larry Stylinson◊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora