Soñé Contigo (CDM) ~EDITANDO~

Capítulo 8. Primera, ¿Cita?.

Sucrette Pov.

Domingo al fin, ayer estuve metida en una batalla vía "HP: SPE" sencillamente mi juego favorito, el día de ayer me hice compañera de equipo con un tipo llamado "Hidden", el cual presumía frente a los niños ratas de su especie su nivel del juego, todos lo admiraban.

Nov. —Pensé.

Olvide quitar mi alarma ayer y por costumbre sonó a las 8 en punto.

Ayer en la noche Kentin me llamó para quedar en algún sitio, el centro comercial, creo...

No le puse demasiada atención.

Tomé una ducha y recibí un mensaje de Kentin. Este decía que pasaría por mí a las 9:00. Demasiado temprano para mi gusto.

Tome lo primero que encontré y tomé una ducha, no sin antes escuchar un poco de música. Cuando termine me puse un top blanco con el logo de "Nutella" y un short negro. Hacía calor...

Botas y una camisa de cuadros.

Estaba perfecta, en mi idioma, claro, para esta ocasión.

Oí la puerta abrirse y pude divisar a Kentin, baje las escaleras sigilosamente y noté que él estaba hablando con mi madre.

Supongo que noto mi presencia, ya que enseguida poso su mirada en mí.

—Wow —Escuche la palabra salir de su boca.

Caminé hasta la puerta y nos fuimos.

Estábamos en el autobús y todo el camino venía contando historias graciosas.

Cuando llegamos divisé a Armin en la entrada del CC.

—Llegan tarde —Soltó con energía, iba a responder pero Kentin se me adelanto.

—Me demoré un poco, lo siento...

Entonces llegaron la mayoría de los chicos de la clase B. Mi Clase.

Según Kentin, llegaron:

—Rosalya

—Violeta

—Armin

—Alexy

Tres chicas y tres chicos. Genial.

Me presente con las chicas, ya que aún no las conocía, solo las había visto antes. En clase, claro está. Eran muy agradables.

Estaba hablando con las chicas cuando alguien llegó y tomó mi mano, me arrastró hasta una tienda y dijo:

—Me han dicho que sabes jugar, ¿No es así?

—No, doy asco. —Dije.

Seguimos "caminando" hasta la tienda de Videojuegos. Si, "Caminar" significa ser arrastrada hasta un lugar con ayuda de otra persona.

—Sinceramente no creo que una chica pueda ganarme, y menos tú, Sucrette.

Solamente reí.

— ¡Que comience la Partida! —Esto último lo dijo con una emoción inexplicable, sus ojos brillaban.

Sin darnos cuenta ya eran las 9:00 pm. A solo minutos de cerrar el centro comercial. Logramos salir y tomamos el autobús, como ayer.