Una semana.
Había pasado una semana y la gente aún miraba al Yunho con cara de oler mierda. Y el chico ya se estaba cabreando bastante. Pues muy agradable no era, por no decir insoportable.
Y no, no era insoportable el echo de que le miraran, sino el tener que aguantarse soltar puñetazos en las jetas feas de todas esas personas.
Por un lado, el chico era capaz de comprender la situación. Sí, más de la mitad de las chicas de su escuela estaban prendidas por Jongho, y Yunho podía comprenderlo. Tenía que admitir que, al contrario de lo que él solía afirmar, Jongho era ridículamente guapo. Por no mencionar todo lo demás.
Lo que le molestaba era la poca vergüenza del personal. ¿A caso no veían los obvias que eran sus caras cada vez que caían sobre Yunho? ¿No podrían, no sé, ocultarlo mejor?
Y vaya, tenían todo el día para hablar de él a sus espaldas, pero no, tenían que hacerlo cuando el escuchaba hasta sus respiraciones.
Aquello empezaba a parecerle ridículo.
Y a Yunho realmente no le abría importando, ya que nunca le importa mucho lo que la gente opine de él (a menos que sean personas importantes, claro, entonces trata de tenerles en cuenta). Sin embargo, más que enfadado porque se la tuvieran jurada, era más bien por el comportamiento en sí de todas esas chicas, que parecían más infantiles de lo que ya eran teniendo esos comportamientos.
Es decir, si aquella situación le hubiera caído encima a otra personas, él también habría mostrado su molestia por el comportamiento de toda esa gente.
A los chicos no parecía importarles tanto todo aquello. Pero no se le escapaba tampoco la mirada de alguno de esos idiotas, que ya había intentado hacerse popular antes haciéndose amigo de Jongho y no lo había conseguido.
Y a él; esos tíos le daban pena y vergüenza ajena también.
Claro que, aún le quedaban algunos amigos y quizá también algunas chicas más "normales" que no le miraban ni nada por el estilo, y que incluso le apoyaban. El primero de esa fila sería San, obviamente.
San incluso parecía más enfadado que el propio Yunho, veía todo aquello injusto. Aunque tampoco ocultaba su curiosidad por la relación de Yunho con Jongho y por sus repentinas charlas. Pero al menos él ni se veía tan disgustado como una niñata celosa.
A pesar de todo lo que le ocurría al pobre Yunho, a Jongho no le iba mejor.
Cada día se sentía más acosado y más alejado de Yunho. Bueno, así lo sentía él. El otro chico no le había caído del todo mal, y pensó que ahora que él sabía todo su secreto, quizá pudiera hacer un amigo real. Pero vio la situación de Yunho y él mismo se molestó también.
Se culpó por no haber intentado pasar desapercibido y rezó porque Yunho no se la tuviera jurada por todo aquello que le estuviera pasando, aunque realmente no fuera su culpa.
Pero lo peor aún estaba por llegar para esos dos. Sobre todo para Jongho.
🍙🍙🍙
—¿Habéis visto a esos dos idiotas?—Dongju era quien había dicho aquello. Era un chico bastante popular en la escuela qué tenía un grupo de amigos bastante grande y era admirado por muchos, su padre era bastante adinerado te lo chaval era apuesto.
Pero, desgraciadamente, nadie es perfecto. Y él detestaba a Jongho. A parte de "quitarle la fama", sentía que él era un falso y ni hacia más que molestarle.
Para su suerte, Jongho era demasiado bueno como para devolverle los golpes que alguna vez le había dado, que en realidad no habían sido gran cosa. Pero esta vez, lo sería. Y tenían la excusa perfecta.
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ᴇʟ ᴏᴛʀᴏ ᴊᴏɴɢʜᴏ ;; 2ho
ФанфикJongho es, en pocas palabras, la definición de alumno estándar, de chico perfecto. Bueno en todo. Con altas calificaciones, buen cuerpo, y una personalidad algo seria pero amable y adorable. Sí, ese es Jongho. O eso es lo que todos creen. Jongho ha...