ᴇʟ ᴏᴛʀᴏ ᴊᴏɴɢʜᴏ ;; 2ho

Capítulo 4 ;; Incertidumbre.

Jongho tiró uno de los cojines de su cama al despertador, que había comenzado a sonar a las 7:00 a.m. con ese pitido insufrible.

Al chico se le había olvidado quitar la alarma, y ahora tenía que sufrir ese maldito sonido un sábado a las siete.

"Genial".

El despertador se apagó al recibir el golpe y el chico escondió su cara debajo de la almohada. Obviamente no iba a interrumpir sus horas de sueño extras así de fácil.

Sin embargo, se acordó de algo que no le dejó dormir el resto del día.

¡El chico!

El de las caídas. Ese chico lo había visto.

Y no, no lo había visto en su uniforme dentro del colegio siendo tan perfecto como era costumbre. Tampoco le había visto llendo a salir con personas del colegio.

No.

Lo había visto con su pandilla, vestido de hip-hop llendo a comprar snacks a una tienda que se encontraba en una calle medio abandonada.

Y quizá no era tan malo como parecía. Pero el estilo que llevaba, lo que estaba haciendo, las personas con las que estaba. Lo delataban.

Delataban quién era realmente.

Y si el chico era medianamente listo, se habría dado cuenta de que era él. Y aún peor, podría decirlo.

Sin embargo, dejo sus nervios a un lado.

"Espera. ¿Quién le iba a creer de todas formas?"

Es decir, él era perfecto. Siempre lo había sido. Porque ahora un don nadie dijera por la cara que él realmente no era así, y que era algo un poco distinto, no iba a haber ningún efecto. No iba a pasar nada.

Claro que no. No tenía que preocuparse.

O, por lo menos, no hasta que calló en quien era el otro chico.

¿Jeong Yunho?

Y no mentiría si dijera que Yunho comprado con él era una hormiga. Pero no era un mal estudiante, los profesores también le respetaban. Además, los padres de Yunho siempre ayudaban a organizar actividades para la escuela aunque el chico no estuviera muy dispuesto. Sus notas eran bastante buenas en general. Y era guapo. Alto y guapo.

—¿Guapo? ¿Este tío?— murmuró para si mismo Jongho mientras miraba las fotos del anuario del colegio del año pasado —Bueno, está bien... Pero tampoco es la gran cosa.

Él ni siquiera se había fijado tanto en el chico hasta ese momento. Es decir, claro. Lo había visto a veces antes de tener aquel incidente pero nunca le prestó atención, y que él recordara, nunca intercambió una palabra con Yunho.

Sin embargo, jamás se hubiera esperado que ese tipo tan no-importante en su vida se convertiría en alguien capaz de hacer que todos le miraran de una manera distinta a la que siempre le habían visto.

Yunho podría arruinarle todo lo que había conseguido y todo lo que había estado fingiendo.

—Vale Jongho. Tranquilo. Ese chico solo te ha visto con gente un poco... con aspecto de no-muy-buenas-personas, en una calle no muy para mi estilo, y con ropa de persona que se mete en líos.
Está bien, por lo menos no me ha visto pintando un graffiti ni nada de ese estilo, porque si así fuera, estaría realmente metido en un gran lío.— se paseaba por la habitación murmurando para sí mismo. Intentando tranquilizarse.

De repente, alguien llamó a la puerta de su habitación.

—¡Cariño! ¿Estás despierto?— se escuchó al otro lado de la puerta.