No se puede decir que todos vamos por un buen camino en la decisión de nuestro destino más muchos no tienen la opción de elegir, y que bien suena esa palabra.
Permanecía sentada reposando mi espalda al tronco de un viejo árbol, el pasto era verdoso, agradable y quedaba una hermosa vista en el paisaje. Veía la ropa que colgaba de los tenderos sacudirse gracias al viento que soplaba fuerte. Respire profundamente queriendo que el día de hoy se quedara guardado en mi memoria por el resto de mi vida y si es posible que me acompañe en mi muerte.
El sólo pensar que pronto será mi partida a una gran ciudad junto a mis padres ya me hacía extrañar estar aquí, presenciando este atardecer que puedo asegurar agradaba la vista de cualquiera que lo mirase.
La vida estaba llena de cosas inesperadas, a veces ni te imaginas lo que estaba pasando, no puedes creer que esté pasando. Hay cosas que podremos decir muchas veces que no haremos y son las más tentadoras a hacer.
¿Sería correcto decir que la vida puede llegar a ser trágica? Y no necesariamente porque a veces no tenemos mucha suerte, quisiera que podamos volar y saber hacia dónde pero ¿si lo sabría querría ese camino? O ¿me querría enfrentar a alguno nuevo?
Soltando un suspiro decidí recostarme sobre el pasto, así observaba las largas ramas del árbol, sus hojas grandes ¿los árboles sabrían que sus hojas caerían algún día? ¿Les dolería? O sólo era algo que esperaban pacientes sin mucho apuro, eran conscientes y les agradaba que los amen en cada estación, por cada caída, era una nueva florecida.
¿Seríamos afortunados los humanos al nacer? O ¿Sería la peor desgracia?
Levanté mis manos, imaginando que tocaba las nubes, soñando en poder sentir el cielo entre mis dedos.
Las emociones eran fuertes cuando querías en verdad algo. Cuando soñabas en voz alta, cuando querías crecer porque pensabas que siendo mayor estarías mejor. La vida, la vida, esa palabra tan pequeña, esa palabra no tenía un verdadero significado, al menos no uno solo.
¿Cuántas mentes adolescentes se perderán en ella? La vida misma se nos es arrebatada, pero ¿somos sólo nosotros en realidad?
Cerré mis ojos tratando de imaginar que permanecía aquí, así, contemplando por el resto de mi vida las ramas de este árbol. Sabía de sobra que extrañaría mucho recostarme sobre el pasto de mi granja, y esperaba desde lo más profundo poder venir cuántas veces quiera.
Amor.
Misión.
Oscuridad.
Romance.¿Tendría que enamorarme alguna vez para llegar a completar el máximo de felicidad?
Abrí los ojos y contemple otra vez el cielo, tan celeste, tan radiante, ¿el cielo brillaría así por tener cerca al sol? ¿Sería culpa de la luna que se apagase su luz?
-Amelia, hija- la voz de mi madre hizo que despertara de la más maravillosa sensación de paz- pero niña ¿Qué haces ahí acostada?- iba a contestar pero con su mirada dio a entender que no quería palabras.
Me apresure a ponerme de pie, sacudiendo mi vestido avance hasta llegar a casa.
-Amm ¿por qué estas llena de hojas?- preguntó mi padre el cual estaba sentado ya a la espera de la comida.
-Estaba...
-Ya la conoces Francisco, ella está de allá para acá- se adelantó mi mamá mientras servía la comida en los platos- ahora que vamos a la ciudad inicia su camino a la independencia como persona- fijó su vista en mi- antes ve a lavarte esas manos jovencita.
Observando a papá me levanté de mi asiento para dirigirme al lavabo.
-Ella es muy independiente y lo sabes- escuché decir a papá.
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La Tragedia De Lo Que Siento Por Ti. © [✅]
Teen FictionPorque los sentimientos a los diecisiete son confusos. No te das cuenta que has caído hasta que sólo esperas a ese alguien para ponerte de pie. Ella es alguien que debe enfrentarse a un nuevo mundo; enamorarse. ¿Podrá alguien quedar enamorada de un...