La Tragedia De Lo Que Siento Por Ti. © [✅]

19. Las sonrisas son el final

Ayer antes de quedarme dormida junto a mamá en mi habitación, le había enviado un mensaje a Andrew, algo en mi quería pasar tiempo con él.

Estaba sentada en la misma banca donde había estado sentada con Leonardo la primera vez que vine a conocer una parte de la ciudad. Si no hubiera sido por el mensaje de Alice no habría recordado el plan de hoy. Ella disimulaba el hecho de que nos quería juntos si o si.

-Disculpa si estoy llegando tarde- su voz logra que quite la atención del celular logrando que toda mi atención cayera sobre sus hermosos ojos- ¿llevas mucho esperando? Creo que el reloj de casa está descompuesto.

-Está todo bien- dije rápido para él pudiera tomar aire- salí temprano de casa ya que quería despejar mi mente.

En realidad los cientos de mensajes de los chicos en un grupo que habían creado para hacer las listas de lo que comprarían me despertó. Hasta Sebastián me llamó en la mañana para confirmar mi asistencia.

Él sólo sonrió y me invitó a ponerme de pie para empezar a caminar. Hacia algo de frío en las mañanas, decían que era por la temporada de invierno, ya luego volvería a su normalidad. ¿Y que era normalidad? Un clima casi igual de frío sólo que es donde todos vuelven a clases y a trabajos "normales".

La compañía absoluta de Andrew era reconfortante, me gustaba observarlo de reojo y encontrarlo muy concentrado en el camino. De vez en cuando me giraba para observar sus facciones relajadas, lucía calmado y se veía bien aun teniendo una camisa de manga corta color celeste cielo, quedaba bien con su piel blanca.

-¿Por qué me miras tanto? ¿estás bien?- pregunta de repente sacándome de mis pensamientos.

-Todo bien- respondí girando la cabeza para concentrarme en el camino.

-¿A dónde vamos?

-¿A dónde vamos?

Ninguno de los dos sabía qué hacer, solo caminábamos y no sabía qué hacer, me daba algo de nervios.

Decidimos detenernos en una tienda y compramos un helado.

Nos sentamos alrededor de una mesa redonda. Todo se veía bonito, el día estaba bien. Andrew se veía bien aún tenido algo de frío.

-Creo que el helado no fue buena idea- comenté al notar que se encogió para recuperar calor.

-¿Enserio?- pregunto sarcástico levantando levemente la ceja izquierda.

Sonreí al verlo así. El clima y él eran una mezcla perfecta. No porque Andrew fuera frío, Andrew era calor, un calor abrasador y envolvente que no te hacía daño, Andrew era alivio; de saber que podías correr de la mano junto a él, podían conquistar el mundo. Eso decía su mirada, y lo sabía porque él me había permitido entrar en un pequeño espacio de su vida.

-¿Quién no trae abrigo a un paseo?- solté al ver que seguía con frío aunque quería ocultarlo.

-Alguien que pensó que entrarían al centro comercial donde hay calor gracias al montón de personas que están dentro- contraatacó.

Sin duda no podía ganarle. Me quito el sombrero invisible frente a él. Pero sólo en mi mente, no quiero que se le suban los humos.

Noto detrás de él una tienda de abrigos para hombre. Y sólo en ese momento recordé que era su cumpleaños.

-Andrew iré al baño- dije levantándome de mi asiento para depositar el pote de helado vacío en el contenedor de basura.

-¿Irás a un baño público?- preguntó y luego se metió una cucharada de helado a la boca.