10. Amistades.

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Estaba sentada en el pequeño mueble que había en mi habitación, recordé mi celular, Alice dijo que me seguiría para estar en contacto. Debía de revisar, aunque suene loco lo de "cenicientawayne"

Esto de no haber usado un celular antes me hacía olvidar que tenía uno ahora.

Ingrese a la cuenta y ya tenía un montón de seguidores.

-Wow- solté despacio y revisando entre algunos de los seguidores a alguien con el nombre Alice.

Empecé a seguirla.

Deje mi celular sobre la mesita de noche, tenía tanto envuelto en la cabeza. Andrew, haberlo tenido tan de cerca me hacía desear que eso no estuviera sólo en mi memoria es que ¿por qué no podemos inmortalizar los recuerdos de otra manera?

-¿Por qué no tengo paparazzi por allí?- pregunté con molestia para mí misma.

Observo a mi alrededor porque se me cruza por la mente la loca idea de que había alguien más en la habitación pero sólo ideas mías por andar hablando sola.

¡Que frustrante resulta estar enamorada!

Ni sé qué es eso exactamente, es que siento que es muy especial y a la vez como que no sé qué es. Sentimientos y cosas de adolescentes, la tía Rebeca lo hacía ver todo tan fácil, me había dejado llenar la cabeza de cuentos, no con el mejor final pero eran cuentos ¿Que esperaba?

Debía de dejar eso de darle tantas vueltas a algo que en si no quiere girar.

Estaba liada en mi mente pensando en si debía de ir al parque hoy o lo dejo para mañana con Alice, entre ir o no ir, pues voy.

-¿Amelia piensas ir a algún lado?- preguntó mi madre.

Apenas había conseguido bajar hasta la mitad de las escaleras. No pensaba escaparme pero si quería salir sin decir a donde voy, pero no Amelia esto no es tu granja.

-Si- dije vagamente- sí- afirmo- voy al parque- solté algo más segura.

Ella se quedó analizando por unos minutos. Que inquietantes eran las madres. Bajo un par de escalones más, saltando, despacio.

-Sólo al parque- dijo pero en realidad lo estaba meditando- ¿estas segura que estarás bien sola?

-En el parque hay mucha gente- solté pero luego comprendí su preocupación.

Al terminar de bajar los escalones restantes me acerco a ella.

-Voy a estar bien- le dije segura.

Espere a que asintiera con la cabeza, y salí como bala de la casa, antes de que se arrepienta.

Estando afuera choqué con papá.

Solté una sonrisa de oreja a oreja y este me quedo viendo raro.

-Voy a ir al parque, vuelvo para comer- le dije empezando a caminar.

-¿Y cómo sabrás a qué hora será eso?- preguntó él.

-Cuando mi estómago lo diga- contesto divertida.

Escuche cómo soltó una risa, sin duda alguna ese señor que caía bien.

Mientras caminaba hasta el parque me fijé en todo el camino, en las personas, en lo fresco que resultaba sentir el aire que hacía que mi cabello se levantará un poco. Solté una sonrisa de alegría, había en serio que amar algo para poder quedarte y sobrevivir en este planeta.

Cuando desperté de lo maravillada ya estaba de pie junto a la cancha de baloncesto, había algunas personas que pasaban por aquí. Me fijé más y ahí estaba él, Andrew, moviendo el balón de un lado a otro, tratando de no dejárselo quitar de nadie.

La Tragedia De Lo Que Siento Por Ti. © [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora