3. Arreglos, arreglos.

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Despierto gracias a los rayos del sol que ingresaban por la ventana.

Cortinas. Cuanto llegan a ser necesarias.

Me dirigí al baño para asearme antes de bajar a desayunar.

Iba a salir de mi habitación pero antes me acerqué a la ventana, una perfecta vista hacia la calle, podía observar las distintas tiendas, las panaderías ya se encontraban abiertas en la espera de la gente madrugadora que pase por un poco de harina para su sistema.

Había algunos autos circulando, personas corriendo, personas que simplemente caminaban para ir a algún lugar, en fin, no se veía tan mal después de todo.

Debería de salir a correr, el parque estaba cerca y un par de vueltas no me vendrían mal.

Decidí que era hora de bajar.

-Buenos días- dije cuando llegue al comedor.

-Buenos días amor ¿cómo dormiste anoche? ¿Pudiste descansar?- preguntó papá dejándome un beso en la frente.

Vaya pregunta, tenía algunas cosas rondando en mi cabeza, alguien.

¿Por qué sentía que lo había visto antes? ¿Lo habría conocido en otra vida?

Mamá aún estaba en la cocina así que me encamine hasta allá para ayudar en lo que faltaba no sin antes contestar.

-Estoy bien papá, y si, pude descansar, no me levanté de mal humor y hasta me paso por la mente el pensamiento de que la ciudad está bien- dije embozando una gran sonrisa.

Él mostró sorpresa y asintió con la cabeza.

Luego de que ayudé a pasar el resto del desayuno a la mesa pudimos sentarnos a disfrutar tranquilos de un desayuno. Los veía a ambos descansados y calmados pero igual decidí preguntar.

-¿Y ustedes?

-Muy bien cariño, todo el cansancio que sentíamos por el largo viaje lo dejamos en el ayer- contestó mamá sirviendo un poco de leche.

Acabado el desayuno me ofrecí a limpiar la cocina para que ellos puedan ir tranquilos a donde sea que vayan el día de hoy. Papá no trabajaba puesto que era domingo y su trabajo era de lunes a viernes con un buen sueldo, lo suficiente para poder alimentarnos y lo de las cosechas también nos ayudaba.

Las cosechas. ¿Quién quedaría a su cargo? Seguro mis padres eligieron a alguien de confianza en verdad para que la cuide.

Me di la gran labor de revisar la casa, no era muy grande ni demasiado lujosa, nos gustaba mantenernos cómodos y no exagerar. La casa contaba con 3 habitaciones, 2 baños en la parte de arriba, una cocina con un muy bonito mesón, el comedor era seguido a esta y se podría decir que estaban casi juntos, la sala donde estaban los muebles y la televisión, o bueno esa aún no la compra, en la parte baja.

La sala de trabajo, perteneciente a papá, se encontraba en la parte baja, había algunos libros ya en las estanterías, otros permanecían aún en las cajas, él me dejaba pasearme por su oficina, le gustaba que tenga curiosidad aunque no la podía considerar para hacer una descripción sobre mí.

Esperaba con ansias querer quedarme o más bien adaptarme a esta vida. A la vida entera, un par de piezas de mi rompecabezas perfecto estaban queriendo alborotarse.

Estaba en la sala de mi padre, buscando entre tantos de los libros, ¿había libros para saber si estás enamorada? ¿Eso era como estar enfermo?

Mejor me recosté en el suelo extendiendo los brazos y las piernas. Observe el techo de la habitación.

La Tragedia De Lo Que Siento Por Ti. © [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora