12. ¿Qué hago parada aquí?

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Así que esto se sentía estar en una ciudad llena de cosas para disfrutar, bueno no en si disfrute de la ciudad pero disfrute de charlar con el chico que ha robado el corazón de esta chica.

-Amelia ¿sabes qué hora es?- pregunta mi madre quien estaba en mi habitación caminando de un lado a otro.

Santos de las mañanas ¿por qué no podía dormir un poco más?

Ayer después de haber hablado con Andrew sentí que estaba lista para dormir, relajada, feliz, emocionada pero sí, hay está el problema, permanece en las emociones, en serio que esto de que te sientas en las nubes era peligroso para mantener un rostro sin ojeras y cabello despeinado.

Vueltas y más vueltas había dado en mi cama, pensando en si use las palabras correctas, en sí no había estado mal comerme un pote de helado sabor a chocolate ¿por qué estaría mal? ¿por qué el helado sólo hace que pienses más? ¿por qué el helado es tan delicioso?

El caso es que estoy perdida.

Y no quería levantarme de la cama, no aún, debía de dormir un poco más. Cubro mi rostro con el edredón, quería que mamá entendiera que está chica no está lista para mostrarse al mundo.

-Amelia- la escuche decir- sé que estás enamorada- ¿por qué las madres eran así de adheridas a los temas?, si use adheridas- lo haces muy obvio pero la cosa es que es normal y a veces está bien, sólo no te quieras aprovechar para dormir tarde y querer que te permite más horas de sueño, porque te aseguro que ya fueron suficientes horas reparadoras.

Aun así mi cuerpo decía que quería permanecer tumbado en esta cama hasta mañana.

-¿Hoy no saldrías con esa amiga? Puede que haya escuchado y tal vez visitado a su madre.

En este momento no importaba que haya querido averiguar la vida de los vecinos.

Había quedado con Leonardo y aún estaba en la cama.

-Mamá ¿Qué hora es?- pregunté casi dando un salto en la cama para quedar sentada y que mi rostro se viera.

-Las 9:30 AM cariño- dijo tranquila- ¿por qué?

¡Santa Virgen de los tomates!

-¿Mamá crees que alguien espere a una chica que acaba de conocer en un parque?- pregunté levantándome inmediatamente de la cama para ir en busca de una toalla, debía de ducharme.

No quería entrar al baño sin que ella dijera nada, su rostro serio y asombrado ¿estaba pensando qué decir?

-Mamá- la llamo para que reaccionara.

-Pues debes de averiguarlo, ¿no?- dice alegre e hizo una mueca con sus labios- oh, también olvide al chico Leonardo, es algo de la familia ya lo he visto- frota su mentón como si recordara de dónde.

-Cierto, se me hace muy familiar- digo meditando.

-Claro. Reuniones en casa de la familia de tu padre, de allí lo conozco. Puede ir, estaré por allí por si necesitas que le rebane la cabeza- mamá era graciosa pero a veces daba miedo.

Sonreí ingresando rápidamente al baño. Me arreglo tan rápido como podía, algo de brillo labial, ropa casual, pedí ayuda a mamá para que me seque el cabello ya que si lo hacía sola seguro me enredaba todo.

-Regreso pronto- dije alzando mi vaso con jugo para beberlo rápido, no había más tiempo que perder.

-¿Llevas tu celular?- pregunta papá antes de que salga.

Y raramente si lo tenía en el bolsillo de los jeans boyfriend.

-Al parecer sí- dije rápido.

Escuche un cuídate al unísono por parte de mis padres. Me apresure en cruzar la calle evitando los autos para no terminar arrollada por uno. El parque, el parque, que lejos se hacían los lugares cuando querías llegar a tiempo.

La Tragedia De Lo Que Siento Por Ti. © [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora