La Tragedia De Lo Que Siento Por Ti. © [✅]

27. Andrew.

No quería levantarme de mi cama, la encontraba muy cómoda puesto que estos últimos días he estado yendo a entrenar con los chicos. Con Andrew. Quien al parecer no tenía mucha paciencia pero se esforzaba y se notaba que lo hacía.

-"Amelia muévete pues"- había dicho.

Es la frase que más repetía debido a que no me movía en la cancha, no lo hacía intencionalmente solo que no sabía para donde irme. Una vez un chico dijo que lo hacía bien como defensa, que siga así. Pero bueno seguro Andrew quería que me esforzara más ya que estaba en su equipo y por mi culpa no había buenos pases.

Unos golpes sonaron en la puerta y luego esta fue medio abierta sin esperar mi respuesta.

-¿Visible o invisible?- pregunta Alice.

Reí ante esa pregunta.

-Dormida- respondí sonriendo.

Su cabellera rubia se asomó y ya luego fue entrando y cierra la puerta detrás de sí. Una sonrisa estaba plantada en su rostro que me provocaba cierto miedo. Agarro una almohada a modo de defensa.

-¿Por qué me ves así?- le pregunto amenazando con arrojar la almohada.

-Porque hoy es tu cumpleaños- respondió ensanchando aún más su sonrisa.

¿Ah? ¿Mi cumpleaños? Pero si había cumplido a principios de año.

Me estaba asustando bastante y empecé a crear teorías de que había estado en un sueño o algo por el estilo.

No. Ella estaba confundida. La observo seria.

Cuando se acerca más a mí automáticamente pego un salto fuera de la cama. Ella cayó donde antes me encontraba. Le arroje la almohada. Pego un grito y luego cuando esta me sujeta del brazo casi muero.

-Amelia tranquilízate- me pedía riendo.

-¡¿Es que tú estás loca?!- le grite.

Sus risitas se hicieron carcajadas. Me solté de su agarre torpemente, no brusca ni nada, es una broma.

-Tu rostro- tomó aire debido a que casi se ahogaba de la risa- debiste de verlo- soltó junto a una carcajada.

Formo una fina línea en mis labios. No muy gracioso debido a que si hubiera agarrado otra cosa para golpearla no estaría riendo.

-Ya para Alice- la regaño.

-Has estado despierta y quería asustarte de alguna forma- habló parando por completo su risa.

Parpadee ya que ella en verdad causaba algo de miedo.

-¿Qué estás haciendo por aquí exactamente eh?- pregunté rebuscando en mi armario lo que usaría el día de hoy.

-Vine para que me ayudes a organizar una fiesta- respondió con simpleza sentándose sobre mi cama.

Me volteo para observarla por unos segundos. Entrecerré los ojos queriendo encontrar la trampa.

-¿Hay algo de malo?- preguntó al darse cuenta de mi rostro de sorpresa.

-La tercera es la vencida- dije, ella frunció el ceño- ahora me están pidiendo que ayude con la fiesta y no que entretenga al festejando- explico.

Ella levantó las cejas entendiendo lo que decía. Una sonrisa se posó sobre sus labios llenos de labial rojo.

-Entonces te vendré a buscar más tarde- dijo saltando fuera de la cama.

Antes de salir de mi habitación me dio un beso en la mejilla como despedida. Le sonreí hasta que cerró la puerta.

Tomo una ducha rápida ya que hoy quería dedicarme al cuidado de las plantas del patio trasero.