Capítulo 30

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-Bien- Comenzó con el tour Lucas. - Cada quien hace lo que le resulte más fácil o confortante. Al ser pocos es normal cruzarnos muchas veces y ver más militares que personas - aseguró mientras caminaban hacia donde estaba la huerta.

- ¿Por qué son tan pocos? - preguntó Mili.

-Este bunker no fue diseñado para poblar, sino que fue diseñado para el presidente, su familia, científicos, militares y sicarios. Como vino el presidente, de todos modos, trajo a un par de empleados con sus familiares para que nos sirvieran durante este aislamiento, aunque no sé cómo será su reacción cuando sepan cómo quedó el exterior - continuó contando-Bueno, aquí, como ya saben, es la huerta. De aquel otro lado está la granja, y...- hizo un silbido y aparecieron 7 perritos cachorros y uno más grande. -Estos son los bisnietos del mismísimo Dylan, perro de un antiguo presidente del país. Nos pareció tierno rescatarlo.

Todos se arrodillaron y empezaron a hablar con voces finas y de idiotas mientras todos los cachorros les movían sus colitas y saltaban. Alexa alzó a uno que era negro con blanco y este empezó a lamerle el rostro.

- ¿Tienen dueño? - preguntó.

-De hecho,  todos aquí son alérgicos o amargos, por lo que no, no tienen. Cuando trajimos a su madre aquí no sabíamos que estaba embarazada. De hecho, ya estaban hablando de sacrificar a todos menos a un macho y a una hembra para que siga habiendo descendientes de Dylan - le contó con claras intenciones de que los adoptaran. 

-Nos los quedamos. A todos- aseguró Camile. -Si quieren mátense entre ustedes, pero no a los perros - dijo muy decidida, por lo que se llevaron a todos los perros, incluso a la madre, a su cuarto.

Desde allí, Lucas les indicó como era vivir en el bunker. Podías ser cazador, recolector, agricultor o cuidador. Los cazadores salían una vez a la semana en busca de comida o animales, ya que según él, seguían habiendo, aunque ellos no se habían cruzado con más que insectos. Los recolectores buscaban cosas con los científicos, ya sea cadáveres de zombis, especies extrañas u otros artilugios extraños. También salían una vez a la semana, junto a los cazadores. Los agricultores trabajan día por medio, debían cuidar las plantas y los animales del lugar. Mientras que los cuidadores atendían y arreglaban los lugares comunes, limpiando y cocinando.

También les dijo que a partir del día siguiente deberían comenzar a trabajar de algún modo, decidir que querían ser. Luego de eso decidió retirarse y dejarlos instalarse con los cachorros.

-Debemos empezar ya a ver cómo llegar al presidente- dijo Camile. -Este lugar no me gusta, quiero volver a mi casa.

-Primero vamos a hacerle un rincón con los colchones sobrantes a los perros, luego hablamos sobre el presidente- ordenó Iñaki.

-Tienes que ordenar tus prioridades- aseguró Axel. -Nosotros vinimos acá por algo-

- ¿Nosotros? - preguntó Valentín gritando. - ¿Desde cuándo sos parte del nosotros? Solo sos un entrometido que quiere ligar con Alexa, y eso que es 15 años menor que vos, mequetrefe.

-Yo no quiero ligar con nadie- negó. -Vine para ayudarlos- aseguró levantando el tono.

-Ay sí, como no- se metió Camile en la pelea.

- ¡BASTA! - gritó Iñaki y todos se callaron. -Somos un grupo. Constantemente perdemos miembros y también recibimos nuevos. Debemos ahora instalarnos, descansar, reponer fuerzas y luego haremos lo que sea necesario. Démonos este día para analizar el lugar y descansar. Mañana volvemos a la acción. ¿Sí?

Luego de hacerles un lugar a los perros, se separaron para observar y conocer. Camile e Iñaki fueron a la sala de entrenamiento, esta era mucho más grande y con muchos más tipos de pistolas, sin embargo, ellos practicaron combate cuerpo a cuerpo y con espadas, ya que era su punto débil.

A decir verdad, Camile había ido para entrenar; Iñaki, por otro lado, había ido para conseguir respuestas ya que ella había estado mucho tiempo actuando extraña y hablando poco. En uno de los descansos, cuando se sentaron para tomar agua, comenzó sus interrogatorios.

- ¿Qué te pasa?

- ¿Con qué? - preguntó ella.

-Tu pelo. Amabas tu pelo largo, te lo solías teñir de colores y hacerle iluminaciones. De un día para otro te lo cortás. Lo tenes hasta más corto que yo ahora.

-Me gusta así. Antes me molestaba- contestó ella.

-No me vengas con esas tonterías. Decime la verdad.

-Me siento mal. No quiero hablar - dijo poniéndose de pie.

- ¿Por qué? Sabes que podes confiar en mí.

-Me siento culpable, por todo lo que pasó en el bunker de Neuquén. Por mi culpa murió Milen - contestó ella. Él se puso de pié y la abrazó, cuando se separaron volvió a preguntar.

-No fue tu culpa ¿Por qué te sentís así? - ella estaba por contestar cuando se oyó un disparo y una bala pasó al lado de su odio. Ambos miraron de donde había venido pero solo vieron una silueta alejándose de ellos. Cuando corrieron hacia la puerta, ya no había nadie.


Por otro lado, Alexa se fue con Valentín a la biblioteca. Querían conocer mejor la estructura del bunker así que buscaron los planos y de más. Notaron que cada 5 metros había rejillas en los tubos de ventilación, así que podrían meter a Mili en uno en caso de emergencia. Pensaron en ella ya que era la única que no los rompería.

-De todos modos, ¿Qué haría desde ahí arriba? ¿Disparar con una pistolita? - preguntó sarcásticamente Valentín.

-Sí, y eso, si estamos en apuros, nos salvaría la vida- aseguró ella.

-Me encanta cuando me contradices- dijo despacio, creyendo que ella no escucharía.

-Con razón decís tantas tonterías- contestó ella con una media sonrisa.

Ambos se quedaron con una pequeña sonrisa en silencio cuando algo los sacó de sus pensamientos. Un disparo rozó el brazo de Valentín, hiriéndolo. Alexa corrió rápidamente hacia la puerta, sin embargo, ya no había nadie.


Axel, por otro lado, decidió recorrer el lugar y conocer a las personas. Primero fue a la sala de juegos, luego observó que había una nueva sala que era de música, y finalmente fue a la huerta medicinal.

- ¿Qué hace un hombre guapo en una huerta? - preguntó una joven que estaba por el sitio.

-Observo. Nunca había visto que a huerta estuviese dividida, ni con sectores especiales como este.- contestó él.

-Ajá, y... ¿El nuevo tiene nombre? - preguntó ella.

-Sí, claro. Soy Axel. ¿Y vos? - contestó con una sonrisa seductora, notando que a ella no le interesaba saber realmente qué es lo que él hacía en el sitio.

-Micaela- dijo estrechando su mano devolviéndole la sonrisa. 

Estaban saludándose cuando un disparo le dio en el abdomen a Axel. Él cayó al suelo por el dolor mientras que ella salió en busca de la persona que había disparado, pero ya no había nadie. Luego volvió con él y lo llevó a lo que era la enfermería.

- ¿Qué le pasó? - preguntó Alexa al verlo llegar y lo pusieron en una camilla. A su lado estaba Valentín con una venda donde la bala lo había lastimado.

-Alguien le disparó, no pude ver quien- dijo Micaela. -¿Quieren que vaya a buscar a alguien?

-Sí. Tiene que venir el resto del equipo.- aseguró Valentín. -estamos en peligro.

Se llevaron a Axel a una habitación privada para hacerle una operación. Sin embargo, todo el equipo esperó en la puerta de esta. Se miraron unos a otros aterrados. Estaban todos en el mismo lugar y todos con una misma historia. Alguien quería matarlos.

SussesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora