Dos horas más tarde, Axel salió de cirugía. Estaba anestesiado y dormido, pero todo el equipo esperaba sentado alrededor de él. Al principio nadie decía nada, luego todos comenzaron a sacar sus hipótesis, comenzando por la obvia.
-A alguien de este bunker no le gustan los nuevos- dijo Iñaki.
-Imposible, Tiago me habría advertido. Él y yo somos como uña y carne- aseguró Valentín.
-No podemos confiar en nadie, menos en Tiago- dijo decidida Mili. -No creo que mi hermano diera su vida para que nos mate alguien de este grupo. Además, no los conocemos. Deberíamos interrogarlos.
-Eso sería muy brusco- negó Alexa en voz baja -Además, seguro van a tomar medidas y con la cantidad de guardias que hay seguro alguien vio algo.
-O tal vez son los guardias los que nos quieren muertos - propuso Camile. Todos se veían desconcertados ante esa posibilidad. - ¡Vamos! Unos extraños llegan a su hogar con armas, sobreviviendo misteriosamente a un apocalipsis zombi, se instalan y nadie dice nada raro, nadie nos interrogó, ni siquiera saben si somos de este país o enviados de otro para matar al presidente.
Contestar en ese momento era extraño. No sabían qué decir, lo único que estaba claro era que solo podían confiar entre ellos. Llegada la noche, decidieron hacer guardia para cuidar a Axel, mientras los otros dormían en la habitación con la puerta cerrada. El único exterior al grupo que sabía del plan era Tiago, pues Valentín aseguró que él no sería capaz de atacarlos.
El primero en hacer guardia sería Iñaki. Él aseguró poder pasar incluso toda la noche en vela, pero por su seguridad dijeron que solo haría la primera guardia y luego sería precedido por Alexa.
Él pasó la primera parte de la guardia tranquilo ya que no se escuchaban siquiera pasos al exterior. De vez en cuando entraba una enfermera a controlar los signos vitales del joven y en una ocasión entró con un café y una manta para Iñaki. Sin embargo, cuando ya había pasado la mitad de su turno, alguien más entró por esa puerta.
Camile llevaba mucho tiempo dormida cuando una de las cachorras se subió a su cama y comenzó a lamerle el rostro. Ella despertó y notó algo inusual, si bien habían dicho que pasarían la noche con la puerta cerrada con seguro desde adentro, la puerta se encontraba abierta. Miró las camas de sus compañeros, estaban bien, pero faltaba alguien. Fue a su cama y encontró lo que parecía ser un diario íntimo, y leyó. Sin explicación, salió corriendo. Entendió finalmente lo que ocurría.
- ¿Mili? ¿No deberías estar durmiendo? - preguntó él calmándose ya que se había asustado.
-Supongo que no podía- contestó ella.
- ¿Por qué?
-Es que... todo lo que he hecho hasta ahora no ha servido de nada. Solo debía hacer una cosa bien, y no me salió- dijo mientras se acercaba.
- ¿Qué es lo que tenes que hacer? Puedo ayudarte.
-No creo- ella ya estaba a su lado. -Porque tengo que matarlos- terminó de decir sacando una pistola.
Un disparo resonó en todo el bunker, todos los que estaban dormidos despertaron y corrieron a la enfermería. En la puerta de esta se encontraba Camile con una pistola caliente, en el suelo estaba Mili, e Iñaki estaba paralizado sin entender nada.
-Volvenos a contar. ¿Qué pasó? - preguntó por décima vez Matías, quien había sido designado jefe de la investigación.
-Hace unos días, cuando estamos afuera, una amiga se descompuso al consumir agua. Luego de leer el diario de Mili hace una hora descubrí que fue ella quien le puso sangre de zombi. Al parecer tiene rencor por la muerte de su hermano. Su misión era matarnos, y mi instinto fue matarla antes.- contó nuevamente Camile.
-Entonces hubo un asesino bajo el mismo techo que el presidente- concluyó.
-Él no era su objetivo, él no corrió riesgo- se defendió ella.
-No importa quien haya sido el objetivo, no podemos aceptar extraños ¿Cómo no sé que alguno de ustedes sea también un asesino?
-Porque nosotros solo queremos un lugar en el cual no seamos atacados. Además, sos sicario, sos un asesino.
-Eso es diferente. ¿Y en serio quieren un lugar donde no sean atacados? Porque han destruido cada bunker en el que han estado.
-Esos han sido incidentes desafortunados. No debo darte explicaciones. Ni siquiera sos jefe del lugar.
-No, mañana al medio día van a tener una reunión con el presidente. Hasta entonces estarán recluidos en su habitación con seguridad en la puerta. No debemos correr riesgos.
- ¿Y por qué no ahora? - preguntó asomándose a la conversación Alexa.
- ¿No quieren pensar qué dirán en su defensa? - preguntó él.
-No hay nada que ocultar ¿Verdad chicos? - contestó ella con una sonrisa en sus labios.
El presidente fue informado de la amenaza que se encontraba dentro del bunker y cómo habían sucedido los hechos. Pensó que lo mejor sería hacerle un juicio justo al grupo completo, o a lo que quedaba de él.
Luego de dos horas aproximadamente, los jóvenes entraron a la sala de juntas. Vieron una mesa larga con tres personas sentadas mirando hacia ellos, alrededor había un grupo de personas que parecían ser el jurado, como si fuese un verdadero tribunal. A un lado estaba Tiago, a quien habían dejado ahí ya que dijeron que sus sentimientos hacia Valentín no lo dejarían decidir con claridad.
-Yo digo que los echemos- dijo Ariel antes de que siquiera comenzara el juicio.
-O haces silencio o te echo a vos de este lugar- aseguró la persona que estaba en la mesa, sentado en el medio. Notaron de inmediato que era el presidente, por eso y porque lo habían visto ya un millón de veces en las cadenas televisivas. -Supongo que saben por qué están aquí- comenzó. Todos asintieron. -Ustedes serán juzgados por traer a un homicida, destruir dos bunkers de seguridad y por despertarme en plena noche. ¿Algo que alegar?
-Sí - contestó Camile, tal y como ya habían practicado.- Primero que nada, no puede denunciar que trajimos a un homicida puesto que su bunker está repleto de sicarios, y evidentemente, para sobrevivir al exterior hay que matar. Si usted se refiere como homicida a Mili, ella no llegó a matar a nadie. Y si se refiere a mí como homicida, le recuerdo que fue legítima defensa hacia mi compañero, según las leyes de nuestro país no es delito - Finalizó su parte, luego siguió Iñaki.
-Segundo, nosotros no destruimos ningún bunker, de hecho, si la bomba que largaron no lo destruyó, nosotros menos. Lo que ocurrió fue que en Mendoza nuestro gobernador estaba siendo manipulado por un idiota. Nosotros solo le pedimos que nos diera respuestas. Luego todo se salió de control y los zombis invadieron el lugar. Después, en el bunker de Neuquén, las personas estaban ahí ignorantes del exterior, solo queríamos que todos supieran la verdad, y realmente nadie aquí sabe cómo entraron los zombis. Creemos que fue uno de los ciudadanos que al notar las luces apagadas decidió abrir la puerta para que entrara aire o algo por el estilo. Sin embargo, cabe recalcar que nosotros ayudamos a escapar a esas personas, ahora están camino a Chile, donde no hay zombis, liderados por la gobernadora- Camile hizo una extraña expresión con su rostro que solo él notó.
-Y, por último- continuó Alexa. - nosotros no lo despertamos, realmente solo propusimos hablarle a usted en el acto, no íbamos a estar hasta el mediodía encerrados solo por el hecho de que alguien de nuestro equipo colapsó mentalmente - hizo silencio por un minuto, luego continuó. -Aunque nuestro verdadero motivo para este juicio adelantado no es para saber si podemos vivir aquí o no. Nosotros vinimos para arreglar cuentas con usted, comenzando por unas preguntas simples ¿Por qué no largaron la cura que debió ser largada hace casi un mes? ¿Por qué esos monstruos mutaron? ¿Por qué los creo en primer lugar? Y ¿Por qué usted, presidente Ezequiel Aguilar, quien prometió cuidar al país con una mano sobre la biblia, decidió condenarnos?
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Sussesos
Ciencia FicciónLa noche del 17 de marzo unos extraños fuegos artificiales explotan sobre todo el país provocando una cadena de sucesos que incluyen muerte, zombies, traición y llevar la amistad hasta el limite. Tras una juntada con amigos, Camile e Iñaki deberán...