Volví a ver la

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ANA

Desperté a las 9 de la mañana para ayudar a mi papá a hacer unos recados mientras que Carmen y Alba dormían.

Paseando por mi Laguna, vi a una niña que parecía que estaba llorando.

Le dije a mi papá que iba a mirar mientras el entraba en el supermercado.

-Hola pequeña, ¿dónde está tú mamá?- la pregunte mirando su carita.

Tenia un pelo precioso rubio, parecía mayor de los 10 años.

-Eh, hola- dijo con un tono borde- no he perdido a mi madre, mi novio me ha dejado- dijo volviendo a aferrarse a sus piernas y rodear las con sus brazos y seguir llorando.

Adolescentes.

-Ah perdona, no era mi intención- no acabé cuando vi a una chica alta, rubia y preocupada o más bien, enfadada viniendo hacia nosotras.

-Eh, que coño la has hecho- dijo nada más acercarse a donde estábamos.

-Eh, no, no yo no- dije no sabiendo muy bien que decirla.

La niña se puso de pie detrás de aquella chica, y esta me miró con el ceño fruncido.

-Ni se te ocurra acercarte a ella- me dijo señalando me con el dedo.

-Pero, Mi-

-No, Rebe, estabas llorando y de seguro te ha hecho algo- dijo mirando a Rebe, para después girarse a mi.

-Como te vea cerca suya, te parto las piernas- dijo seca.

Me quedé en shock, se fue con ella de la mano lejos, la perdí de vista.

Mi papá me llamó por teléfono preguntando donde estaba.

Le esperé fuera de la tienda, ya que estaba terminando de pagar.

-Pero Ana hija, ¿por que tardaste tanto?-dijo saliendo de la tienda con tres bolsas. Le cogí una bolsa, para que no llevase tanto peso.

-La niña esa, estaba llorando y me acerqué a mirar- dije sin decir nada sobre aquella chica rubia, que no me sacaba de mi mente.

Volvimos a casa, y por mi sorpresa ya estaban levantadas.

Mire el reloj, las 11:30.

Guau, habíamos estado casi 3 horas fuera.

Me senté en el sofá y encendí la televisión hice zaping y cuando no vi nada y pasé por todos los canales, puse las noticias.

Mis ojos miraban atentamente las noticias, pero mi mente estaba en otro sitio.

Seguía pensando en aquella rubia.

La verdad es que no me cayó nada bien, pero mi mente la grabó a fuego.

Ella no parecía de aquí tenía otro acento, supuse que estaría de vacaciones o algo del estilo.

Mi papá me sacó de mis pensamientos llamando mi atención.

-Ana cariño, por que no te llevas a Alba a hacer turismos por la Laguna, mientras Carmen y yo cocinamos- dijo, con tono de Ana pírate con Alba y quedaros fuera unas horitas así que no pude quejarme.

Pero Alba fue la que se quejó, que si tenía que estudiar, que si les podía ayudar.

Y todo esto por  no salir conmigo.

Que oye que no me quejo, me voy yo sola.

-Bueno Ana, pues sal un rato ya que Alba tiene que estudiar, y así ves a ver a Agoney- la hija de puta lo ha conseguido, pero como se puede tragar semejante farsa.

HermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora