Lluvia

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MIMI

El sonido de la lluvia chocar contra mi ventana hizo que abriese los ojos con pereza y mirar hacia dicha ventana.

Soy de ese tipo de personas que les gusta el olor a lluvia, pero que no soporta que las gotas frías toquen su piel.

Fui hacia la ventana y mirar por encima un poco, las nubes negras cubrían todo el cielo de Madrid.

Suspire y cerré la ventana para caminar hasta mi armario y abrir las puertas y ver qué ponerme para bajar a desayunar con Ana, ya que quedé con ella.

Miré algo que no sea muy corto, pero tampoco fuese largo.

Abri cajones, saque perchas hasta que encontré lo que iba a ponerme.

Una falda de cuadros rojos y negros, con unos calcetines por encima de las rodillas negros, una sudadera negra lisa y mis fabulosas bambas negras.

Ni siquiera sabía la hora que era, fui al cuarto de baño y volví a mi habitación para buscar mi móvil.

Al encontrarlo vi la hora que era.

Las 8:38

Me cago en la puta, si he quedado con Ana a las 11.

Pues nada, muchas gracias lluvia.

Me metí de nuevo en el baño y en vez de ducharme, llene la bañera hasta los topes y cogí de mi cajón una bomba de color rosa.

La eché antes de meterme, y al ver que ya se estaba disolviendo, me desvesti y entré.

Estaba ya en el portal de Ana esperandola con mi abrigo negro puesto, abrochado hasta arriba y un paraguas también negro en mi mano derecha.

Al ver las luces de su portal encenderse me indicaron que ya bajaba, pero no era ella.

Un chico bajaba con las manos en los bolsillos, casi corriendo escaleras abajo, y con un gorro de lana puesto... oh mierda.

¿Era ese hombre otra vez y salía del edificio de Ana? ¿Me estaba engañando?

No, no, Ana esas cosas no las hace.

El portal se abrió y vi a ese chico mirar hacia dentro y mirar a mi dirección, su cara cambió radicalmente, vino hacia mí con las manos en puños.

-¡QUE COÑO TE DIJE LA OTRA VEZ! ¿NO TE QUEDO CLARO?- dijo cogiéndome el paraguas y tirarlo lejos, rompiendolo- Puta rubia de los cojones- dijo a milímetros de mi cara, haciendo que tragara saliva y mis lágrimas en el borde de mis ojos-¿qué se te comió la lengua el gato o que? Ah, es verdad, te la comio ella.

Me agarró de los brazos, llevándome hasta una pared del edificio y dándome fuertes golpes.

Mi vista empezó a nublarse y sentía como me iba a desmayar.

-¡Pero que coño haces!

Una voz lejana, mi vista no lograba enfocar y ver de donde procedía el sonido.

-¡Que la dejes te he dicho!- esta vez ya estaba detrás del hombre y le cogió del hombro y echarle para atrás, para darle un puñetazo.

No logré ver más.

Veía unas luces enormes en una sala blanca, con un pequeño sofá y poca cosa más.

Estaba tumbada en una cama de hospital y tenía a Ana al lado, cogiéndome de la mano derecha.

-Oh Mimi al fin despertaste- dijo Ana abrazandome y dejando un beso en mi frente.

-Qu-que ha pasado- dije mirándola sin entender nada.

HermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora