Día 3 | Parte 4

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Encontraron un motel no muy lejos de su destino, lo cual era algo demasiado bueno porque Venom ya se estaba hartando de pasar mucho tiempo en el auto y Eddie no podría estar más de acuerdo.

—No me molestes, estaré durmiendo. Hay comida china en la mesa de noche por si tienes hambre y ahí está la televisión —Eddie se dejó caer a la cama de la habitación sin haberse cambiado de ropa. Se sentía cansado, el peso de las horas en el auto lo aplastaron hasta que se quedó dormido.

Venom, pese a estar igual o más cansado, decidió mejor acurrucarse con su Eddie y solo mirarle un rato. No se sabe qué estaría pensando exactamente, pero por su mirada cargada de amor y cariño uno se podía hacer una idea. Dieron las doce de la noche cuando, para sorpresa de nadie, Eddie despertó de sus sueños y notó a Venom mirándolo entre tanta oscuridad.

—¿Qué haces? —susurró perezosamente bajo las sábanas que, misteriozamente, cubrían su cuerpo. Venom seguramente se las puso.

—Venom está pensando.

—¿Qué piensas? —se acomodó en la cama, cerrando de nuevo sus ojos.

—Venom está pensando que quiere mucho a Eddie.

—Yo también, ajám —murmuró suave, ya sentía que iba a regresar a dormir.

—El querer es diferente al tuyo.

—Ah, ¿sí? —pregunta—. ¿Qué es diferente?

El mundo de Eddie dió vueltas, se sintió ligero y se relajó.

—Amor.

Luego, se quedó dormido.

Road TripDonde viven las historias. Descúbrelo ahora