Road Trip

Día 4 | Parte 2

Llegaron a la habitación del hotel, Eddie se dejó caer a la cama con la intención de cerrar los ojos y dormir.

Venom no quería eso.

Estaba inquieto en verdad, deseoso de más chocolate y molestando una que otra vez hacia Eddie para mantenerse un poco entretenido.

Después de rato, ya cuando por fin el maldito parásito paró su mood infantil, el silencio consumió la habitación.

Eddie le envío unas imágenes a Anne, algunas eran del paisaje y otras del mismo festival, hasta había una que otra selfie de tanto él como Venom.

Anne le mandó muchos corazones y emojis enamorados, a lo que Eddie sonrió suavemente.

Dejó de lado su celular y comenzó a pensar y a perderse por su mente.

—Venom —nombró entre la ausencia de ruido—, ayer cuando estaba durmiendo... algo pasó, ¿no?

—¿Cómo qué pasó? —la voz sonó suave, cuidadosa.

Eddie soltó un gruñido frustrado.

—Nada, yo —pausó, arrugando su nariz— seguro no es nada. Seguro no fue nada. Olvídalo, no vale la pena.

Silencio.

—Gracias por ayudarme con el asalto de la tienda —dijo Eddie, sus ojos viajando por toda la habitación— y por la chica esa que quería conmigo.

Eddie notó a Venom, el cual lo miraba con unos ojos tan blancos y brillantes que le sacó un suspiro. Sintió calidez en su pecho y en sus mejillas, abrió y cerró la boca. Su mente era un torbellino de pensamientos.

—Gracias por quedarte —susurró—. Gracias, en serio.