Día 4 | Parte 4

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Regresaron un poco más tarde de lo esperado. Lo bueno, por supuesto, era que aún no se habían perdido de los fuegos artificiales que religiosamente se daban a las doce de la noche cada día del festival. Con el panfleto en mano, Eddie se dirigió hacia el centro de todo, sentándose en una banca de metal que encontró sorpresivamente desocupada. Eso no quitaba que a su alrededor había el bullicio de las personas, molesto e inistente.

Cuando Eddie cerró los ojos y se recargó en su asiento, Venom habló.

—¿Podemos agarrar algo para comer? —preguntó, silenciosamente.

Abrió los ojos y decidió mejor mirar hacia el cielo.

—Ya comimos en el hotel —murmuró, cuidando que nadie más escuchase la conversación.

—Tengo hambre.

—Yo casi no tengo dinero —su tono molesto y suspiró cansado, tallándose los ojos—, solo hazme un favor y, no sé, no insistas con eso.

—¿Por qué?

—Los fuegos artificiales van a empezar en cualquier momento —dijo—, y quiero terminar la noche viéndolos —abrió el panfleto y lo examinó—. Dicen que son muy coloridos y hermosos.

—Seguro no han visto a Eddie, también es hermoso.

Eddie se sonrojó violentamente, acercó más el panfleto a su rostro como excusa para esconderse.

—Si sigues así me haré una idea equivocada —rió nerviosamente, clavando mirada en el papel.

—El corazón de Eddie está palpitando muy fuerte.

—Seguro son los nervios.

—¿Nervios de qué?

No dijo nada, dejó que el bullicio hiciera su tan típico y molesto ruido. Un anuncio, iba a comenzar los fuegos artificiales en unos pocos minutos.

—No lo sé, Venom. Solo me estoy haciendo bolas yo mismo.

—Estás lleno de tristeza. Se nota en tus ojos, en tu pecho, todo en ti.

—Cosas mías, no te preocupes.

—Todo en ti —repitió—. No solo hoy, hay tristeza en ti, una diferente. Una tristeza extraña, ¿de nuevo es Venom?

—No, no tiene nada que ver contigo. Yo soy el problema, yo y lo que siento.

—Nunca eres el problema.

—Es complicado.

—Venom ama a Eddie, no importa si es o no complicado.

De nuevo esa tristeza, Venom lo notó.

—¿Seguro que sabes el significado de amor? —Eddie dijo.

—Sí y no. Amor tiene muchos significados, el significado que le puso Venom es el mejor.

Eddie sonrió.

—¿Y cuál es ese significado?

—Alma gemela.

—Estás viendo demasiadas comedias románticas.

—Eddie no lo está tomando en serio —sonó como un gruñido, continuó hablando—, cuando Eddie siente lo mismo que yo.

—¿Crees que siento lo mismo?

—No creer, saber.

—Cuando dos personas se aman de manera romántica —habló, sintiéndose observado por las personas que estaban a su alrededor, pero poco le podía importar— se besan, se toman de las manos, van a citas, ¿quieres hacer eso conmigo?

—Ya lo hacemos —observó—, al menos antes de nuestra pelea.

—Sí pero eso era, bueno, ¿amistoso?

—¿Eddie ve a Venom como un amigo?

—Para nada, no, yo te amo.

Los fuegos artificiales empezaron, uno por uno hasta llenar el cielo de colores.

—¿Qué quieres ser? —preguntó Eddie en un susurro, el cielo tomando parte de su atención, el simbionte tardó en responder.

—Si Eddie quiere, no seamos almas gemelas. Si Eddie quiere, podemos ser solo nosotros —aquello fue claro, una voz dentro de su mente que hizo su cuerpo estremecer.

No dijeron nada, se centraron en el firmamento repleto de colores, luces y estrellas. Y si Eddie se ponía a pensar, lo de ellos es algo indecible, un sentimiento tan complejo e imposible explicar con palabras, su corto y simple "nosotros".

¿Será eso suficiente? Esperaba que sí. Aún tenía dudas, aún tenía miedos. Aún tenía ese dolor pequeño en su pecho, pero de alguna forma sintió que, poco a poco, todo iba a estar bien entre ellos.

Porque lo suyo, si no era amor, seguramente era algo más que eso.

Road TripDonde viven las historias. Descúbrelo ahora