15. La apuesta -MewGulf//Pinson//MeanPlan -Terminada

Capítulo cuatro

Día 2 (Domingo)

Gulf estaba feliz y muy nervioso pues al fin su sueño se estaba haciendo realidad.

Tras pasarse casi una hora hablando por teléfono con Mean la noche anterior, este terminó pidiéndole quedar para verse.

El moreno se puso su mejor rota y muy puntual acudió al lugar señalado, la cafetería de la esquina de la calle principal.

Cuando llegó a penas dos personas estaban allí pero ninguna era el castaño, así que suspiró y se sentó en una de las mesas junto al ventanal pues si el lugar se llenaba pronto, su cita lo encontraría fácilmente.

No muy lejos de allí, Mean discutía con Saint pues este le estaba aconsejando que hacer.

...-Oye, si Perth se entera de que te estoy ayudando me matará.

-Si, si está bien, haré lo que dices.

-Si quieres hacer que Gulf se enamore de ti perdidamente, tienes que enterarte de sus gustos y hacer como que te interesan también, así él creerá que tenéis muchas cosas en común y que sois el uno por el otro... si no necesitas nada más, me voy... no quiero arriesgarme a que mi novio me corte el cuello si sabe que estoy aquí.

El castaño chasqueó la lengua con fastidio.

-Es que realmente me importa una mierda lo que le guste a ese chico...yo tan solo quiero que esté tan colgado como para que aceptar que me lo folle y ganar la maldita apuesta.

Saint rodó los ojos y con un ademán le indicó el caminó a la cafetería.

-Anda, vete y no lo hagas esperar más o creerá que lo has plantado y se acabará yendo...entonces si que estarás en problemas.

Mean resopló resignado y acto seguido comenzó a caminar sin mucho afán.

-Veinte mil... veinte mil baths... veinte mil- se fue repitiendo como un mantra, hasta que llegó a la puerta del local, entonces cogió aire, luego lo soltó lentamente y acto seguido entró.

Gulf algo desanimado bebió del segundo refresco que se había pedido y en cuando lo vio aparecer tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para no atragantarse.

-Hola precioso... perdona la espera, es que me surgió un problema y tuve que solucionarlo...por favor, discúlpame-mintió el castaño portando una amplia y falsa sonrisa.

El moreno asintió.

-Oh no te preocupes, no llevo tanto tiempo.

Tras sentarse frente a este, Mean también se pidió un refresco.

-Bueno, ayer estuvimos hablando por mucho tiempo pero en realidad no me contaste que cosas te gusta hacer-comenzó diciendo-...bueno a parte del fútbol y ver cine en el centro comercial, ¿hay algo más?.

Gulf pensó por unos instantes.

-Bueno me encanta la música actual, aunque no me decanto por un artista o grupo en particular...la verdad es que me encanta la variedad.

-Oh eso es estupendo, a mi también me gusta la música en general.

Ambos sonrieron.

-Bueno y cuéntame algo más de tu vida, ¿A qué se dedican tus padres?

-Oh pues ellos son empleados en la fábrica de pescado que está en el puerto...Es un trabajo muy humilde y nos da lo justo para vivir... ninguno tiene estudios, así que tienen muchas esperanzas puestas en mi...ellos quieren que llegue muy lejos.

-Es fantástico-Mintió el castaño tapándose la nariz, pensando en el repugnante olor que tendrían estos y la casa del moreno.

A pesar de todo, el tiempo voló y tanto el Gulf como Mean no se dieron cuenta de la hora, hasta que una conocida voz les interrumpió.

-Así que también estáis aquí.

-Oh Mew, hola...bueno si, hemos quedado y hemos estado hablando.

-Eso es genial-dijo el recién llegado haciendo una mueca-...Gulf, luego podemos ir al ca....

-Oye... has visto que somos nosotros, entonces ¿puedes irte ya?-interrumpió el castaño bastante molesto-...si no te importa estamos en una cita.

Mew le devolvió la mirada con enfado pues a pesar de que no lo conocía bien, el simple hecho de que este estuviese con el moreno lo enfadaba.

-Nos vemos mañana, Mew-Habló Gulf con pena, ya que aunque este era su amigo, no quería que el castaño se molestase más y se esfumase su oportunidad de estar con él.

-Ok, me voy, adiós-dijo el tercero decepcionado-... espero que te diviertas Gulf.

-Adiós Mew.

Verlo irse en ese modo, le había dolido pero el moreno no había podido evitarlo, aunque esperaba solucionarlo, en cuanto volviesen a ver pues realmente lo había empezado a estimar mucho.