Gulf Kanawut vive suspirando por su amor platónico Mean Phiravich, desde que estaban en el colegio, el chico más guapo, rico y popular.
Cuando llega su ultimo año de instituto, un nuevo alumno llamado Mew aparece y este se enamora al instante de Gul...
A causa de un cambio en su trabajo, los padres de Mild tuvieron que mudarse a otra ciudad y tras vender la casa, dejaron a su hijo la elección de irse con ellos o quedarse.
El chico no quiso abandonar a sus amigos, ni tampoco quería perder su plaza en la Universidad, ni su puesto en el equipo de esta, así que decidió permanecer en Bangkok.
Para ello tuvo que buscarse un lugar donde vivir y luego de mirar aquí y allá, encontró un pequeño y económico apartamento aunque un poco alejado del campus.
Tanto Gulf como Mew le habían ofrecido sus hogares como alojamiento pero él se había negado pues les dijo que no quería ser un entrometido y meterse entre la pareja.
A pesar de que sus progenitores le dijeron que intentarían ayudarle con los gastos, era mucho dinero para afrontarlo todo, así que como disponía de dos habitaciones, decidió poner un anuncio en el tablón de la Universidad.
Mild entrevistó a varios interesados pero ninguno le pareció el indicado compañero, hasta que finalmente y por casualidad, apareció.
Mild estaba sentado en la puerta de su edificio, esperando a Gulf y Mew pues irían juntos al centro comercial y al cine.
-Perdona, ¿Puedes decirme si vive aquí Mild Suttinut?-Le preguntó un chico señalando el edificio.
Mild lo miró embobado pues este era realmente guapo.
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-Hey...hola, ¿Me has escuchado?, ¿Lo conoces o no?-preguntó nuevamente el chico al no obtener respuesta alguna.
Mild sonrío.
-Claro que lo conozco.
-Bueno, entonces, ¿Podrías decirme en que piso vive?, en realidad he perdido las señas y solo me acuerdo de la calle.
Mild se levantó y lo miró de arriba a abajo.
-Lo tienes delante pero ¿Por qué me buscas?
-Oh genial...soy Steven-habló este muy sonriente -...Estoy buscando un lugar donde vivir y me han dicho que tú tienes una habitación libre.
-Si, es verdad pero...
-Oh estupendo, ¿Podría verla ahora?, La verdad es que he estado en varios lugares pero ninguno me he convencido y este parece un buen lugar-Habló Steven repasándolo con la mirada también.
-Está bien pero estoy esperando a mis amigos...deja que le mandé un mensaje y luego subimos, ¿Ok?
-Ok
Tras unos minutos, el mas bajo hizo un ademán con la mano.
-Bien, vayamos.
Estos se encaminaron y tras entrar en el interior del edificio, Mild le dio prioridad al recién llegado y entonces Steven comenzó a subir las escaleras, mientras que este iba apreciando su lindo trasero.
-¿Eres de por aquí?-Preguntó el más bajo.
-No, he llegado a la ciudad hace unos meses...en realidad soy de Seúl pero me encanta vuestra universidad... tiene un gran programa de estudio.
-Bueno yo soy una rata de biblioteca y me encanta la lengua escrita, así que me o matriculado en Literatura Universal.
Mild hizo una mueca.
-Oh es muy interesante...¿Oye y prácticas algún deporte?.
-Bueno supongo que si pero no físico... yo juego al ajedrez, que está considerado también un deporte pero mental.
Mild volvió a hacer otra mueca con la boca.
-Oh vaya, que interesante.
Tras llegar a la tercera planta, dónde se encontraba su casa, Mild se adelantó y abrió la puerta.
-Ven, sigueme te lo mostraré.
Steven lo miró todo detenidamente y finalmente asintió conforme.
-La verdad es que está mucho mejor de lo que tenía en mente y el precio está muy bien... si te parece, puedo instalarme cuanto antes, de hecho tengo las maletas en el coche.
Mild seguía mirándolo embobado y sin darse cuenta, asintió.
-Oh genial, entonces estupendo...iré por mis cosas.
-O-Oye pero tienes que darme un mes de fianza.
Steven asintió metiéndose la mano en el bolsillo.
-Es verdad perdona, aquí está el dinero-dijo este dándole unos billetes doblados.
Tras contarlo, Mild lo guardó en su cartera, entonces caminó hasta el armario y cogió una copia de la llave y se la entregó.
-Yo me voy a ir con mis amigos puedes instalarte... nos veremos en la noche.
-Oh claro... vete a donde quieras, yo estaré aquí... no suelo salir mucho así que casi siempre me encontrarás aquí o en la biblioteca.
Mild sonrió con lascivia.
-Bueno eso puede cambiar...si nos llevamos bien, puedo enseñarte cómo divertirte en este lugar y además puedo presentarte a mis dos mejores amigos ...ellos son pareja y son fantásticos.
Steven asintió.
-Oh bueno, la verdad es que yo no conozco a nadie aquí y sería increíble poder hablar con alguien más que no sean personajes de los libros... mis padres siempre me están rompiendo la cabeza con eso de que soy como un ermitaño y creo que por eso he decidido independizarme...la verdad es que estaba harto de que me trajeran novias a casa para que me intentara en otra cosa que no fuesen los libros... ellos no saben es que soy gay y que las mujeres no me interesan.
-Oh vaya, ¿así que eres gay?
-Espero que no sea un inconveniente.
Mild negó.
-Oh no, claro que no ...ya te dije que mis amigos son una pareja bueno, las mujeres tampoco son lo mío... de hecho creo nunca ha aparecido nadie que me interesara pero creo que eso puede cambiar.
-Genial.
Ambos se sonrieron y acto seguido Mild cerró la puerta y se fue a esperar seguir esperando a sus amigos mientras que Steve regresó a su coche para cogió sus maletas.
Desde donde se encontraba, el más bajo siguió mirándolo embobado pues el chico que había aceptado como su compañero de piso, no solo le había parecido una buena persona, sino que además le resultaba realmente muy lindo.
