Capítulo doce

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Día 10 (Fin de la apuesta-Primera parte)

El día señalado había llegado al fin.

Saint tenía todo preparado para que celebrar el día de su dieciocho cumpleaños.

Mean algo cabizbajo llegó al edifico de Gulf y tocó cel claxon de su coche para que este bajase.

El moreno apareció muy sonriente y tras saludarlo fervientemente con la mano se subió al vehículo y dio un beso en la mejilla al castaño.

-Estás muy guapo, precioso...siempre me sorprendes.

Gulf sonrió falsamente pues por dentro eta un manojo de nervios, los cuales sólo le animaban a regresar a casa para no tener que hacer lo que tenía pensado.

De una forma no muy distinta estaba Mean pues a pesar de su aparente tranquilidad, en su interior estaba hecho un lío.

Le era evidente que había empezado a sentir algo por Gulf, a pesar de todos sus esfuerzos por no hacerlo y por lo tanto le incomodaba seguir adelante con la apuesta.

Luego de un tiempo en la carretera, llegaron a la lujosa casa de la familia de Saint y tras aparcar, ambos se bajaron y entraron.

Gulf aunque estuvo en todo momento pendiente de los tres chicos pues quería saber en que momento llevarían a cabo su fechoría, no dudó en divertirse.

Mean en cambio se veía serio y preocupado pues en cuanto se fijaba en la hermosa sonrisa del moreno, su conciencia lo carcomía.

El momento de la tarta llegó y tras cantar el cumpleaños feliz al homenajeado, este desapareció junto con su novio, el cual había hecho un guiño a su amigo castaño

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El momento de la tarta llegó y tras cantar el cumpleaños feliz al homenajeado, este desapareció junto con su novio, el cual había hecho un guiño a su amigo castaño.

De repente Gulf notó la mano de Mean sobre su hombro y entonces comprendió que había llegado el momento.

-Ven conmigo, precioso...quiero mostrarte algo.

El moreno asintió pues estaba decidido a seguir el juego hasta el final.

-Si, claro.. ya voy.

Gulf y Mean subieron las escaleras y caminaron hasta la última puerta del segundo piso.

-¿Qué hacemos aquí?, ¿Acaso quieres decirme algo?-preguntó el moreno dándole una última oportunidad al castaño.

Mean le sonrió tristemente y tras negar abrió la puerta.

-Solo quiero estar a solas contigo, Gulf...las fiestas me agobian.

El moreno suspiró resignado y asintiendo entró cuando este le indicó.

-Esta es la habitación de Saint, supongo que no le importará que nos pongamos cómodos-habló entonces el castaño sujetandolo de la cintura y besando sus labios.

Gulf aunque le correspondió, los besos no le supieron a nada pero debía continuar un poco más.

Sin perder más tiempo, Mean comenzó a desabotonarle la camisa mientras caminaban hasta la cama donde ambos se tumbaron.

-Te deseo tanto, precioso-le susurró el castaño al oído mientras se desabrochaba su camisa-... quiero estar dentro de ti esta noche.

Los dos estaban ya con sus torsos desnudos y frotándose entre sí pero a pesar de que el moreno había soñado mil veces con estar así con Mean, en ese instante solo sintió asco.

-¡Basta!, ¡basta!, ¡Sueltame!-gritó ya harto de esperar un arrepentimiento que no llegaría-¡Alejate de mi!.

El castaño se apartó sin entender y rápidamente se puso la camisa, al ver que Gulf estaba tan alterado mientras se ponía la suya.

-Tranquilo, Gulf ...es que me gustas y quería estar contigo.

El moreno lo empujó.

-¡Deja de mentir ya!, ¡se lo de la apuesta!.

Mean lo miró con asombro.

-¿Qué apuesta?

El moreno soltó una risa amarga y caminó hasta el armario y lo abrió

-¡La apuesta que has hecho con estos dos hijos de puta!.

Perth y Saint salieron del armario muy sorprendidos también.

-Precioso... yo...

-¡CÁLLATE MALDITO CABRÓN!-Gritó Gulf aún más fuerte -... ¡NO NECESITO TUS MALDITAS EXPLICACIONES!.

Mean intentó sujetarle pero este volvió a empujarle.

-Precioso....

Entonces el moreno caminó hadta donde estaba su chaqueta y sacó de su bolsillo un mamojo de billetes y los tiró sobre la cama.

-Ahí tienes tus malditos veinte mil Bhats son todos mis ahorros pero te los doy porque eso es lo único que obtendrás de mi.

-Lo siento, precioso ...no me dejes yo te quiero.

Gulf sonrió amargamente.

-No Mean, tú solo quieres dos cosas... te quieres a ti mismo y al maldito dinero.

 te quieres a ti mismo y al maldito dinero

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-Por favor Gulf... lo siento, escuchame por favor...yo...

El moreno negó y acto seguido se giró y miró a Perth y Saint.

-Gracias por abrirme los ojos y gracias por enseñarme que la gente como vosotros no merecen ni un minuto de mi tiempo.

Finalmente, Gulf miró por untimavez al castaño antes de irse.

-Realmente me gustabas mucho, espero que te aproveche... adiós.

El castaño se quedó allí parado mirando a la puerta durante unos segundos y acto seguido miró el dinero y soltó un grito desgarrador.

-¡Lo siento, precioso!...¡lo siento!.

¡lo siento!

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15. La apuesta -MewGulf//Pinson//MeanPlan -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora