Gulf Kanawut vive suspirando por su amor platónico Mean Phiravich, desde que estaban en el colegio, el chico más guapo, rico y popular.
Cuando llega su ultimo año de instituto, un nuevo alumno llamado Mew aparece y este se enamora al instante de Gul...
Saint estaba en la puerta del edificio de la Universidad esperando a su nuevo amigo Yacht, el cual había conocido un día junto con su novio James, cuando estaban en la cola del comedor.
De repente a su espalda escuchó una voz muy familiar que lo dejó helado.
—Hey Saint, ¿Estás estudiando aquí también?.
Este se giró y asintió con timidez.
—Si... ho-hola Perth.
El más bajo le sonrió y se le tocó en el brazo.
—Oh vaya, estás mucho mas guapo que antes...de veras el verano te ha sentado realmente bien.
Saint sonrió sin poder evitar sonrojarse.
—N-No lo creo pero gracias.
Perth quería decirle un millón de cosas, entre ellas que lo había extrañado mucho y que nunca había dejado de amarlo pero entonces vio a un chico que se puso tras el más alto y le tapó los ojos.
—¿Quién soy?, nunca lograrás adivinarlo —dijo este con una gran sonrisa.
Saint suspiró y también sonrió.
—Claro que lo sé...eres tu Yacht... realmente muy malo.
El chico saco sus manos de la cara de Saint y ambos se miraron y rieron cómplices, mientras que Perth los observaba con una ligera molestia.
—Hey hola, ¿Y tú quién eres?—preguntó el recién llegado.
—Oh él es Perth mi emm...—contestó Saint quedándose pensativo por unos segundos.
En ese instante, el más bajo terminó por este.
—Soy Perth, su amigo y también su exnovio... ¿y tú quién eres?
Yacht notó la tensión y rápidamente se presentó.
—Oh pues yo soy solo su amigo y tranquilo... yo ya estoy comprometido.
Saint carraspeó incómodo.
—Bueno, nos vamos...me alegro mucho de verte Perth, adiós.
El más bajo levantó su mano tristemente y se despidió.
—Si, adiós.
Cuando ya estaban un poco alejados, Yacht tocó la cintura de su amigo y sonrió con picardía.
—Hey, eres todo un conquistador...vaya ese chico es muy atractivo y sigue loco por ti.
Saint negó con una media sonrisa.
—No, que va.
—Si, claro que si, amigo...creí que me golpearía.
—Eres un exagerado Yacht, de veras que lo eres.
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